Los
fondos, cuya utilización no deben justificar, "complementan" sus
abultados salarios y las dietas
Domingo, 27
de enero de 2013
Por Arturo
Inglott - Canarias-semanal.org
¿A cuánto ascienden los emolumentos que se
embolsan los privilegiados miembros de la casta política en el Estado
español? La interesada opacidad con la que los partidos institucionales tratan
este peliagudo asunto dificulta enormemente la posibilidad de ofrecer una
respuesta definitiva a esa pregunta. Sueldos oficiales, dietas, sobresueldos,
presuntos sobres de dinero B como los denunciados por Luis Bárcenas,
el ex tesorero del PP de las cuentas en Suiza... Las fuentes de
ingresos de los políticos profesionales se encuentran, en suma, suficientemente
diversificadas como para que el recuento total de las mismas resulte
especialmente complejo.
La pasada
semana, sin embargo, se conocían los datos sobre una de las generosas partidas
que los diputados regionales se reparten cada año. Un acuerdo interno de
la Mesa del Parlamento de Canarias, datado el 7 de abril de 2008 e
ignorado por la opinión pública hasta la fecha, otorga una asignación económica
mensual de 18.000 euros para cada grupo presente en el hemiciclo, más
1.750 euros por cada diputado obtenido en las elecciones autonómicas.
Se trata de una subvención destinada
oficialmente a "sostener la estructura de los cuatro grupos que
integran la Cámara regional". El Grupo Nacionalista (CC-PNC-CCN)
y el PP, con 21 diputados cada uno, se llevan cada mes 54.750 euros.
El PSC-PSOE, 44.250 y el Grupo Mixto (Nueva Canarias-PIL),
23.250 euros.
Corresponde a la Mesa de la Cámara,
presidida por Antonio Castro (CC), la redistribución y gestión de los
fondos. En total, el Parlamento reparte cada mes 177.000 euros para los
60 diputados. Al año, esto supone un gasto de 2 millones de euros. Es decir,
casi 333 millones de las antiguas pesetas. Una multimillonaria
cantidad que no incluye los sueldos de los diputados ni las dietas
que cobran por alojamiento y manutención. Se trata de sobresueldos que
los partidos institucionales justifican porque - dicen - "les
permiten mantenerse y costear todo lo que concierne al sostenimiento de sus
oficinas en el Parlamento y a su acción de control al Gobierno".
El Partido Popular afirma
tener una cantidad fija de unos 600 euros, procedentes de estos fondos,
para asignarla a los diputados que "que lo necesiten por su cargo o
intensa actividad", mientras que el resto de grupos aseguran que no
tienen establecida una cuantía estable. Todos coinciden en señalar, no
obstante, que los salarios y las dietas que cobran sus "señorías" no
bastan para cubrir los gastos de traslados entre islas para reunirse con
"los agentes económicos y sociales".
SOBRESUELDOS QUE NO SE DEBEN JUSTIFICAR... TAMPOCO EN CABILDOS Y
AYUNTAMIENTOS
Los grupos políticos canarios
aseguran que "cumplen a rajatabla" el control interno del destino de
esta partida. La realidad es, no obstante, que los diputados no tienen
obligación alguna de presentar sus facturas ante ningún órgano fiscalizador
interno o externo del Parlamento autonómico.
Pero los diputados regionales no
son los únicos que pueden disponer libérrimamente de los recursos públicos que
ellos mismos se asignan haciendo uso de su capacidad para legislar. La misma
falta de control se reproduce en los ayuntamientos y cabildos insulares. Los
grupos políticos con presencia en estas instituciones reciben también una
asignación mensual cuyo gasto no está fiscalizado por ningún órgano
independiente.
“No hay ninguna obligación de justificar
nada” - reconocía un político, desde el anonimato, a un diario local de
grancanaria. Según otro dirigente político - cuyo nombre fue igualmente omitido
por este periódico - “esto es como la mili el valor se te supone y, si
haces mal uso de ello, allá tú y, si haces mal uso y el pleno se entera pues
tiene la facultad de pedirte la justificación de la asignación cuando quiera”.
Son muy pocos, sin embargo, los que
a estas alturas conceden esa presunción de honradez a una casta que, día sí día
también, da muestras palpables de que los múltiples casos de corrupción que
llegan a destaparse en sus filas son un mero reflejo de la misma esencia de un
sistema hoy justamente desprestigiado ante los ojos de la mayoría de la
población.
Fuente: http://canarias-semanal.org/
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