Artículos de
Opinión | Luís Alberto Henríquez Lorenzo | 26-01-2013 |
“PSOE y PP,
la misma mierda es” es una consigna repetida en manifestaciones de lucha social,
en España, en los últimos lustros al menos.
Se trata de
una opinión y, como tal, “opinable”, es decir, discutible, más acertada o
menos. No es ninguna verdad absoluta, pero ahí está, para tenerla en cuenta.
Para tenerla en cuenta, sí, porque a mi juicio, son tantos los casos de
corrupción protagonizados o perpetrados por políticos de ambos partidos, en las
últimas décadas en España, que ambos, PSOE y PP, han perdido prácticamente toda
credibilidad. De ahí lo de la consigna de las manifestaciones. Mucha gente está
ajita, como se dice en Canarias (fricatización vulgarizante de la “h”
muda intermedia) de tanta corrupción politiquera, e impotente. Muy
desilusionada.
Una doble
auditoría pide ahora el Partido Popular. ¿Para qué? ¿Para hacer creer a la
opinión pública, a la ciudadanía, que ellos y ellas están a muerte con la
corrupción? ¿A estas alturas de la película nos vuelven con lo mismo, luego de
no sé cuántos casos de corrupción politiquera que han salido a la luz pública,
sin contar, por tanto, con otros tantos que no han trascendido pero que se
sospecha con todo fundamento que se han dado…? ¿Pretenden que a estas alturas
de la película, que ya casi va por su desenlace, nos creamos que el PP es un
partido limpio, honesto, perseguidor de corruptos, enemigo de los sobresueldos,
enemigo del enriquecimiento fácil y fraudulento…?
A otros con
ese hueso. De haber sido por ellos, por los dirigentes del PP, no se habrían
descubierto las fechorías de los sobresueldos y cuentas suizas del extesorero
Bárcenas, que ahora resulta que “ya está fuera del partido, ya no es dirigente
del PP”, cuando lo cierto es que durante más de 20 años fue tesorero del
partido conservador español, y todos sus dirigentes sin enterarse de que se
estaba enriqueciendo que era un primor. Vaya caraduras.
Y los
ciudadanos, que nos chupemos el dedo, les falta recomendar a los dirigentes del
PP. Para mí sin ninguna duda, los dos principales partidos políticos de este
país (con excepciones en sus filas que solo Dios conoce y que, por ende, no he
de entrar a valorar), los de la consigna con que inicié esta reflexión, sí,
están más corrompidos que la carrera deportiva del norteamericano Lamce
Amstrong.
Los
políticos de todo pelaje y color lamentan la crisis que sigue golpeando sin
piedad, y aseguran estar involucrados en la búsqueda de soluciones a la crisis.
No obstante, como cabía esperar, los dirigentes nacionales y autonómicos del PP
cierran filas en torno a su partido tratando de hacer creer a la opinión
pública que el extesoro del PP Luis Bárcenas, que ha acumulado se calcula que
22 millones de euros en cuentas suizas, es solo una manzana podrida de un cesto
en el que lo que abundan son las manzanas sanitas y apetitosas.
Mentira podrida.
La corrupción de la politiquería política tiene tres niveles: la que podríamos
llamar corrupción “a lo bestia” (tipo Luis Bárcenas, trama Gúrtel…, que se
acaba descubriendo); un segundo tipo de corrupción igual de bestia cuya única
diferencia con respecto a la primera es que queda impune, porque no se acaba
descubriendo (algo así como lo ocurrido durante una buena partida de años con
el excliclista Lamce Amstrong, aunque este no ha tenido más remedio que
reconocer que hizo trampas durante muchos años en el pelotón del ciclismo
internacional); un tercer tipo de corrupción, que es perfectamente legal: la
corrupción de los sueldazos de los políticos y los privilegios (fiscales,
económicos y sociales) de la llamada casta política. Este último tipo es el que
cuenta realmente, el que más cuenta, pues permite, sin incurrir en los dos
primeros, que son ilegales, mantenerse en el poder chupando lo más que se pueda
de la teta del Estado.
Estaremos
atentos a este nuevo caso de corrupción de la politiquería española: las
alucinadas que escucharemos proferidas por tantos y tantas dirigentes del
Partido Popular, más la también falta de total credibilidad política de los
dirigentes del PSOE… Y mientras, la crisis, que no cesa de golpear fuerte, la
seguiremos sufriendo otros: los funcionarios puteados, los interinos
despedidos, los parados de corta, media o larga duración, los sanitarios
“desmantelados”, las pequeñas y medianas empresas que ni venden ni contratan
como debieran…
Qué asco: la
democracia, dirigentes políticos del PSOE y del PP (recordemos el grito
indignado, la consigna manifestante: “PSOE y PP, la misma mierda es”), no está
amenazada por la ciudadanía, incluso por la que hace tiempo que ya, ajita
de todo, no va a votar, y sí más bien está amenazada por tantos y tantas de
ustedes que no tienen vergüenza y que, por no tenerla, están en la política
partidista no para servir a la cosa pública sino para enriquecerse a costa de
la administración de lo público, a base de toda suerte de trapisondas.
De algo tan
loable como la política bien vivida y administrada, tomar conciencia de que
tantos políticos de todo pelaje y color se dedican a enfangar el ejercicio de
la política a base de corruptelas…
Postdata: me he referido principalmente al
Partido Popular y también, de paso, al Partido Socialista Obrero Español, como
partidos políticos abarrotados de casos de corrupción. No he querido nombrar
otros partidos políticos, algunos de ámbito local autonómico, que si bien no
han perpetrado esos atentados contra lo público que sí se han dado en los dos
grandes partidos políticos de la escena política española, no están libres
de... Pienso, por ejemplo, en ciertos dirigentes de algunos de esos partidos,
políticos profesionales que hasta van de izquierdistas y solidarios por
la vida y que llevan hasta 30 años o más viviendo de la política... Curioso,
como poco.
Enero, 2013.
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