Félix Población
01 nov 2014
Con la atención que requieren tanto el periodista como su
entrevistado, el pasado domingo no me pude perder el encuentro en Ecuador entre
Pablo Iglesias y Jordi Évole. Para atajar y dejarlo claro ante quienes se
dispongan a leer este post con buen ánimo, creo que no hay nadie en España hoy
capaz de superar en interés a ninguno de estos dos ciudadanos como personajes
públicos en sus respectivos ámbitos.
Pese a la política de
la ranciedumbre, el encastamiento y la falsía que nos aqueja y es incapaz de
reconocer sus valores personales y comunicacionales, a Iglesias lo caracteriza
la clara y razonada exposición de sus ideas, en sintonía con un cada vez más
creciente sector de ciudadanos, según consta en las encuestas. A Évole, como
profesional del periodismo, nadie lo cuestiona
como ejemplo a seguir entre quienes esperan licenciarse en las
facultades de Ciencias de la Información. Era lógico, pues, que la conversación
entre ambos resultase de una excelencia inequívoca, tal como lo demuestran los
casi cinco millones de televidentes que se dieron cita para ver Salvados, todo un récord dentro de las ya
notables índices de audiencia que registra ese programa.
Es de una indignidad
rayana en la simpleza, por lo que de necia puede tener una tergiversación en la
interpretación de las declaraciones de Iglesias escuchadas por casi cinco
millones de oyentes, que la televisora Antena 3 -perteneciente al mismo grupo
empresarial que La Sexta, productora del programa de Jordi Évole-, haya
ofrecido en uno de sus informativos una lectura tan aviesa y falaz de las
palabras del dirigente de Podemos. El propio Jordi Évole ha tenido que
insertar, como necesaria y justa réplica a la información malvertida por sus
compañeros, el fragmento del vídeo en el que Iglesias dice algo muy distinto a
lo intepretado por Antena 3, que una vez más hace propaganda del líder de
Podemos a costa de las mentiras y denuestos que la España de cerrado y
sacristía vierte sobre su persona.
Echamos de menos, tanto entre los profesionales de la
información como entre los políticos de una y otra banda que lo combaten, que
uno solo al menos de unos y otros deje de recurrir a tretas tan bajas y utilice
contra Pablo Iglesias -en la pugna dialéctica y crítica- una argumentación tan
sólida como la que él mismo emplea para defender sus criterios. Si esto ya es
un valor, hacerlo sin faltar a sus adversarios es en el líder de Podemos una
costumbre, merecedora al menos de la misma correspondencia. ¿O es ya es tanta
la decadencia de cierta clase de periodismo y cierta clase de política que
resulta inútil pedirles al menos a sus profesionales un poquito de respeto y
algo más de dignidad?
PS.- El secretario general de los socialistas felicita al
líder de Podemos por los resultados obtenidos por su ‘programa’ para la formación,
tres meses después de que Iglesias le diera la enhorabuena por su nombramiento.
Hay que mejorar esos reflejos, Pedro Sánchez Pérez-Castejón.
Fuente: http://www.publico.es/
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