La
vida de Isabel II se basa en una fiesta continua. Se acostaba a las cinco de la
mañana y se levantaba a las tres de la tarde. Este modo de vida levantaba
fuertes críticas en la sociedad española.
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| Reyes y Reinas de España | Edmundo Fayanas Escuer | 23 Noviembre 2014 - 14:15 h.
Isabel
nació, el diez de octubre de 1830, en Madrid. Su padre era Fernando
VII y su madre María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, que era la cuarta esposa
del rey y además era su sobrina carnal. En sus tres anteriores
matrimonios no había tenido descendencia. Después de tener a Isabel II tuvo
otra hija, la infanta Luisa Fernanda, que nació en 1832.
Sube
al trono cuando todavía no había cumplido los tres años. Esto se produjo por el
fallecimiento del rey en 1833 y por no haber tenido hijos varones. Fernando VII
promulgó antes de fallecer la Pragmática Sanción, por lo cual se derogaba la
Ley Sálica, que impedía a las mujeres acceder al trono.
Este hecho provocó la sublevación del Infante Carlos María Isidro de Borbón,
que era hermano de Fernando VII y en consecuencia heredero al trono de España.
Retrato de Isabel II con la princesa de Asturias, Isabel, niña, de Franz Xavier Winterhalter (Palacio Real).
Este
hecho marcó para siempre el reinado de Isabel II, puesto que los absolutistas
se agruparon en torno a los derechos dinásticos del infante Carlos María,
provocando las conocidas tres guerras carlistas, que ensangrentaron al país a
lo largo del siglo XIX.
Como
no tenía Isabel II edad para reinar, fue nombrada como Regente su madre, María
Cristina de Borbón-Dos Sicilias que duró desde 1833 a 1840. A los dos meses de
quedarse viuda y siendo ya regente en nombre de su hija tuvo un nuevo amante,
Fernando Muñoz, que era sargento de la guardia real, dos años más joven que
ella. A pesar de todos los intentos de ocultarla, fue en vano, pues cada año
quedaba embarazada, lo que delataba ante la población una situación difícilmente
justificable cuando seguía siendo viuda.
En
las tabernas y conciliábulos del país se decía “La regente es una dama
casada en secreto y embarazada en público”. Los carlistas enemigos de ella,
popularizaron una copla alusiva:
Clamaban los liberales
Que la reina no paría
¡Y ha parido más muñecones
Que liberales había!
Que la reina no paría
¡Y ha parido más muñecones
Que liberales había!
Ante
los escándalos que había en la Corte, hace que sea sustituida por el primer
espadón de la época, el general Espartero, hasta que éste fue obligado a
abandonar el cargo a mediados de 1843. Con la finalidad de evitar una tercera
Regencia, se adelantó la mayoría de edad de Isabel II a trece años.
SU
EDUCACIÓN
La
Regente María Cristina no se preocupó de la preparación educativa y política de
su hija para el desempeño de tal alto cargo. Exclusivamente se dedicó a su
nuevo amante. Isabel II careció de un ambiente familiar y de la afectividad de
su madre, a todo ello hay que unirle la ausencia de una educación
adecuada y de una preparación política para una persona destinada a ser Reina
de España.
Su
educación además dependía de los vaivenes políticos, como ocurrió en 1841
cuando se produce un cambio radical cambiando al preceptor. A ello hay
que unir que con trece años es nombrada Reina de España, podemos entender
como fue fácil presa de la manipulación partidista e interesada
Tampoco
el poder político, ya fueran los progresistas o moderados, se preocuparon de
preparar a Isabel II, pues todos partían del principio básico, de que cuanto
más ignorante permaneciera, mejor resultaría servirse de ella y de su cargo.
El
preceptor mayor era Agustín Arguelles, su profesor general José Vicente
Ventosa, su maestro de música, Francisco Frontela, también llamado Valldemosa y
también formaba parte de los preceptores Salustiano Olózaga, hombre inteligente
y que destacaba por su gran preparación jurídica. Recibió una educación basada
en la formación doméstica, en la religión y el estudio del piano. Despojada de
cualquier estudio humanístico y político.
Estos
preceptores están en el inicio de las habilidades sexuales de Isabel II. José
Vicente Ventosa fue expulsado de palacio por razones graves. Francisco
Frontela, se le conocía como el amante de la reina y ésta le concedió la Cruz
de Carlos III. Salustiano Olózaga fue el encargado de desflorarla y de
iniciarla en los principios amorosos.
Isabel
II tenía un carácter temperamental y apasionado, al mismo tiempo que mostraba
una ardiente sensualidad probablemente heredada de su madre. Otro aspecto muy
reseñable era su gran generosidad y su ánimo alegre y vivaraz, que hacía muy
agradable su presencia.
Isabel
II se vio fácilmente manipulada por los intereses partidistas, tanto por
sus familiares como por las camarillas cortesana y determinados políticos. Al
mismo tiempo, se veía las dificultadles que tenía para cumplir de forma eficaz
las funciones políticas que el sistema constitucional le confería.
De
esta época podemos valorar la descripción que hace el conde de Romanones de
Isabel II:
“A
los diez años Isabel resultaba atrasada, apenas si sabía leer con rapidez, la
forma de su letra era la propia de las mujeres del pueblo, de la aritmética
apenas sólo sabía sumar siempre que los sumandos fueran sencillos, su
ortografía pésima. Odiaba la lectura, sus únicos entretenimientos eran lo
juguetes y los perritos. Por haber estado exclusivamente en manos de los
camaristas ignoraba las reglas del buen comer, su comportamiento en la mesa era
deplorable, y todas esas características, de algún modo, la acompañaron toda su
vida”.
Isabel
II era una mujer con escasas cualidades intelectuales, como se puede comprobar
en las Cartas que se conservan de la Reina en la Academia de la Historia de
Madrid. podremos observar la simpleza de sus planteamientos.
SU
MATRIMONIO
El
ocho de noviembre de 1843, Isabel II es declarada mayor de edad con trece años.
El primer problema que debe afrontar es del matrimonio. Este matrimonio se
convierte no sólo en una cuestión de Estado sino en un problema europeo, pues
lo que todos quieren es que no se rompa la actual situación de alianzas y
equilibrios, que había en ese momento en Europa. Todos los países maniobran
para que la nacionalidad del nuevo Rey no perjudicase sus alianzas e intereses.
Su
madre María Cristina, plantea como marido al conde de Trapani, que era hermano
de su madre y en consecuencia tío carnal. Francia plantea la candidatura del
duque de Montpensier, que era hijo de Luis Felipe. También aspiraba el infante
Enrique que era el segundo hijo de Francisco de Paula y de Luisa Carlota,
hermana de su madre María Cristina, pero esta candidatura se vino abajo por su
colaboración en el alzamiento carlista de Galicia.
Mientras
sectores sociales españoles apoyan la idea de casarla con Carlos Luis de Borbón
y Braganza, conde de Montemolín, hijo de Carlos María Isidro, el cual abdicó
para facilitar el enlace, con lo que el problema dinástico se hubiera evitado,
pero Isabel II no aceptó. Para ello contó con el apoyo de los liberales, y ahí
está el origen de la segunda guerra carlista.
El
general Narváez propuso a Francisco de Paula de las Dos Sicilias, conde de
Trapani, pero este fue rechazo por los progresistas. La madre reina, María
Cristina de Borbón-Dos Sicilias, propone a Leopoldo de
Sajonia-Coburgo-Saalfeld, que era pariente de la reina Victoria. Luis Felipe de
Francia apoya la candidatura de cualquiera de sus dos hijos, Enrique de
Orleans, duque de Aumale o de Antonio, duque de Montpensier, que acabó
casándose con la hermana de Isabel II, la infanta Luisa Fernanda de Borbón.
Se
celebra la conferencia de Eu, donde tanto Francia como Inglaterra
renuncian a que sus candidatos se casasen con Isabel II, por lo que se opta por
Francisco de Asís de Borbón, que era considerado un hombre apocado y de poco
carácter, que no iba a interferir en la política
Francisco
de Asís de Borbón, hijo del Infante Francisco de Paula y de Luisa Carlota, era
además primo hermano de Isabel. Esta elección satisfacía a todos los sectores
políticos del país, porque lo consideraban un personaje políticamente inocuo y
además se fundían en una sola las dos ramas reales.
La
boda se celebró en Madrid, el 10 de octubre de 1846, cuando Isabel cumplía
dieciséis años, siendo una boda doble pues también se casó su hermana Luisa
Fernando de Borbón, que tenía catorce años con el príncipe Antonio de Orleans,
duque de Montpensier e hijo menor de Luis Felipe I de Francia
La
expresión que se oía esos días en España era: ¡Pobres niñas, condenadas a
sendos matrimonios de conveniencia para salvar el trono!
Al
conocer el nombre de su futuro marido, Isabel II se negó diciendo ¡No, con
Paquita, no! Pero su madre María Cristina y una monja oscura, que estará
presente en toda su vida, sor Patrocinio, le presionaron para que aceptara. Así
el día antes del matrimonio Isabel II dijo a su madre: “He cedido como
reina, pero no como mujer. Yo no he buscado a este hombre para que fuese mi
marido; me lo han impuesto y no lo quería”.
Su
noche de boda fue un fracaso. Es conocido el comentario que hace Isabel II al
diplomático León y Castillo “que voy a decir de un hombre que en la noche de
bodas llevaba en su camisa más bordados que yo en la mía”.
La
presencia de Francisco de Asís enseguida levantó muchos dichos populares y se
crearon numerosas coplas como la siguiente:
Isabelona
/ Tan frescachona / y don Paquita / tan mariquita
Desde
el principio de su matrimonio ambos mostraron una mutua antipatía.
Francisco de Asís era homosexual, mientras que era conocida la escandalosa
afición de la reina Isabel por los hombres. Esto producía constante
separaciones. Son conocidas, como determinadas personas debían intermediar
entre la pareja regia, como fue el general Narváez, el confesor de la
reina, el arzobispo Antonio María Claret y hasta el mismo Papa, Pío IX
SUS
AMANTES
La
vida de Isabel II se basa en una fiesta continua. Se acostaba a las cinco de la
mañana y se levantaba a las tres de la tarde. Este modo de vida levantaba
fuertes críticas en la sociedad española.
El
primer amante oficial fue el general Serrano a quien Isabel II le calificaba
“el general bonito”, y producía un auténtico escándalo porque la reina lo
perseguía por todos los cuarteles de Madrid. Llegó a tal nivel el escándalo,
que el ejército decidió trasladarlo fuera de Madrid.
Otros
amantes reconocidos son el cantante José Mirall, cuya voz entusiasmaba a la
reina. El conocido compositor Emiliano Arrieta, el coronel Gándara, también
Manuel Lorenzo de Acuña, marqués de Bedma. Destaca el capitán José María Arana,
conocido como ”el pollo Arana”, en esta relación hay una anécdota, que
su marido Francisco de Asís, un día le dijo a la reina que tuviera cuidado con
el pollo Arana, que le estaba poniendo los cuernos. Lo ascendió a coronel y le
otorgó la Cruz Laureada de San Fernando. Fruto de esa relación nació la
infanta Isabel, que sería llamada popularmente la Araneja y también la Chata.
Otra
relación también muy conocida fue con el capitán de ingenieros Enrique Puig
Moltó conocido como “el pollo real”, que fue el padre de Alfonso XII, al
que llamaron puigmolteño. Se dice que un día hablando Isabel con su hijo
Alfonso XII de dijo “Hijo mío, la única sangre Borbón que corre por tus
venas es la mía”.
Otro
amante reconocido fue el general O´Donnell que había llegado al poder con la
Vicalvarada, iniciándose un periodo histórico conocido como el bienio
progresista, dirigido dicho gobierno por la Unión Liberal (1854-1856).
O´Donnell se sintió atraído por Isabel II y ésta le respondía, cultivando un
amor platónico, que aumenta su comprensión y confianza mutua. La diferencia de
edad entre ambos, veintiún años no les importaba nada. Sin embargo, este
entendimiento fue cambiando por la influencia conservadora, que ejercían sobre
la Reina, el padre Claret y sor Patrocinio, conocida como la monja de las
Llagas, que intentaban neutralizar las medidas liberales que el gobierno de
O´Donnell tomaba sobre la Iglesia. Esto llevó, a que Isabel II humillara
públicamente a O´Donnell, provocando su cese.
Cabe
destacar la anécdota, de que en el año 1860, O´Donnell va a despedirse de
Isabel II antes de iniciar una nueva guerra en Marruecos, la Reina le dice
cariñosamente que si ella fuera hombre iría con él. Francisco de Asís que
estaba presente, añadió “lo mismo te dijo O´Donnell, lo mismo te dijo”.
Otros
amantes fueron el secretario Miguel Tenorio; el cantante Tirso Obregón; José de
Murga y Reolid, marqués de Linares por concesión real; el gobernador de Madrid
y posterior ministro de Ultramar, Carlos Marfori y Calleja, que le acompañará a
París cuando se exilia por el triunfo de la Gloriosa de 1868. El capitán de
artillería, José Ramón de la Puente.
Fruto
de estas relaciones tuvo los siguientes hijos:
-
El 20 de mayo de 1849 da a luz un varón fallecido en el parto, hijo del marqués
de Bedmar.
-
El 12 de julio de 1850 dio a luz un nuevo varón que falleció a los cinco
minutos de nacer, enterrado en el Panteón de príncipes de El Escorial y que
probablemente fuera hijo del rey consorte Francisco de Asís de Borbón.
-
El 20 de diciembre de 1851, dio a luz a la infanta María Isabel Francisca de
Asís, popularmente conocida como la Chata, princesa de Asturias, hasta el
nacimiento de Alfonso XII, hija del capitán José Ruiz Arana.
-
El 5 de enero de 1854, nace la infanta María cristina, muerta al poco de nacer
y que fue enterrada en el Panteón de El Escorial, de padre desconocido.
-
El 24 de noviembre de 1855, tuvo un aborto avanzado, tras haberse publicado en
la Gaceta de Madrid el embarazo real, de padre no conocido.
-
El 20 de junio de 1856, hay un nuevo aborto de padre no conocido.
-
El 28 de noviembre de 1857; Alfonso, príncipe de Asturias y más tarde rey de
España, era hijo del capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó. A
punto de dar a luz al futuro Alfonso XII, la Reina pregunto al médico que la
atendía Tomás Eustaquio del Corral y Oña, si la criatura sería varón o hembra.
Le contestó “Varón”, por ello y en señal de agradecimiento le nombró
marqués del Real Acierto.
-
El 26 de diciembre de 1859, da a luz a la infanta Concepción, muerta a los
veintiún meses, hija del rey consorte.
-
En el año 1861 tuvo a María del Pilar Berenguela fallecida a los dieciocho
años.
-
En el año 1862 tuvo a María de la Paz de Borbón y Borbón, que fue casada con
Luis Fernando de Baviera.
-
En el año 1864 tuvo a María Eulalia de Borbón y Borbón, duquesa de Galliera,
fue casada con Antonio de Orleans y Borbón.
-
En el año 1866 nació Francisco de Asís Leopoldo de Borbón y Borbón, fallecido a
las pocas semanas de nacer.
EL
REY FRANCISCO DE ASÍS
Mientras
todo esto sucedía su marido Francisco de Asís y Borbón tuvo un amigo de por
vida, Antonio Ramón Meneses, con el que convivió toda su vida. Ante los
continuos amantes de Isabel II, los asumió con naturalidad. Por el
reconocimiento de la paternidad de los hijos de Isabel II, recibía a cambio un
millón de reales por hacer la presentación de cada uno de ellos.
Como
dice Isabel Burdiel “casada a los dieciséis años con su primo Francisco de
Asís, a quien aborrecía, Isabel II tuvo en ese marido a su más ferviente
enemigo, el espía de todos sus actos, el deslegitimador de sus derechos al
trono”.
Una
copla popular decía de Francisco de Asís:
Gran
problema es en las Cortes
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea sentado
Averiguar si el consorte
Cuando acude al excusado
Mea de pie o mea sentado
Destacaba
por su capacidad de intrigar en las Cortes, su gusto por las conspiraciones, su
tendencia a clericalizar el juego político mediante el apoyo a personajes
oscuros de la Iglesia. Debe destacarse el papel del confesor del
rey, el padre Fulgencio y de sor Patrocinio, que ejercieron una nefasta
influencia en las relaciones entre ambos cónyuges.
Francisco
de Asís prefería el palacio segoviano de Rio Frío a la cercanía de su esposa en
el Palacio Real de Madrid. Ya en el exilio se instaló en
Epinay retirado de la vida pública y dedicado a su afición a los libros y al
coleccionismo de obras de arte, hasta que muere en 1902, dos años antes que la
Reina
EL
FINAL DE ISABEL II
El
28 de septiembre de 1868, se produce el levantamiento de la Gloriosa,
encabezada por los generales Prim, Serrano y el almirante Topete que contó con
un gran apoyo popular que cantaban el himno de Riego y gritaban ¡Mueran los
Borbones! Y que en algunos momentos se convirtió en ¡Mueran los bribones!.
Esto supuso la salida de Isabel II al exilio de París. Desde él, no dejó de
conspirar e hizo todo lo posible para que su hijo Alfonso XII recuperara el
trono, como así sucedió en el año 1874.
Isabel
II muere el 16 de abril de 1904. El historiador conservador José Luis Comellas
hace un retrato de Isabel II “Desenvuelta, castiza, plena de espontaneidad y
majeza, en la que el humor y el rasgo amable se mezclan con la chabacanería y
con la ordinariez, apasionada por la España cuya secular corona ceñía y también
por sus amantes".
El
escritor Valle Inclán en su obra “la corte de los milagros“ hace la
siguiente descripción: “La Católica Majestad, vestida con una bata de
ringorrangos, flamencota, herpética, rubiales, encendidos los ojos del sueño,
pintados los labios como las boqueras del chocolate, tenía esa expresión, un
poco manflota, de las peponas de ocho cuartos”.
Ya
al final de su vida, Isabel II, en una entrevista con el escritor Benito Pérez
Galdós le decía: “¿Qué había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce
años, sin ningún freo a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis
antojos y para darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado
mío más que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más voces de
adulación que me aturdían ¿Qué había de hacer yo? Póngase en mi caso…”
Así
describia Pérez Galdós a Isabel II en 1902. “El reinado de Isabel II se irá
borrando de la memoria, y los males que trajo, así como los bienes que produjo,
pasarán sin dejar rastro. La pobre Reina, tan fervorosamente amada en su niñez,
esperanza y alegría del pueblo, emblema de la libertad, después hollada,
escarnecida y arrojada del reino, baja al sepulcro, sin que su muerte avive los
entusiasmos ni los odios de otros días. Se juzgará su reinado con crítica
severa: en él se verá el origen y el embrión de no pocos vicios de nuestra
política; pero nadie niega ni desconoce la inmensa ternura de aquella alma
ingenua, indolente, fácil a la piedad, al perdón, a la caridad, como incapaz de
toda resolución tenaz y vigorosa. Doña Isabel vivió en perpetua infancia, y el
mayor de sus infortunios fue haber nacido Reina y llevar en su mano la
dirección moral de un pueblo, pesada obligación para tan tierna mano”.
Para
Isabel Burdiel “Isabel II no fue una ninfómana; simplemente estuvo mal
casada. Es cierto que tuvo muchos amantes, pero eso era habitual entre la
aristocracia y la realeza de la época”. Sin embargo, para mí si fue una
ninfómana y no valen excusas de justificación.
NOTA
EXPLICATIVA
Tras
la caída de la reina Isabel II y su posterior exilio a Francia, los hermanos
Bécquer, Gustavo Adolfo Bécquer el poeta y Valeriano Domínguez Bécquer,
firmaban bajo el pseudónimo de SEM, la obra “Los Borbones en pelotas” realizada
entre los años 1868-1869, una serie de acuarelas de amplio contenido satírico y
pornográfico
Esta
obra consta de 107 originales, que nunca fue publicada pero circuló de forma
clandestina. Esta obra fue descubierta en 1986 pero solo se conservan 89
ilustraciones. Todas las ilustraciones menos la primera corresponden a esta
obra de los hermanos Bécquer
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Fuente:
www.nuevatribuna.es
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