"En
el Pleno de la Confederación Regional del Trabajo de Cataluña triunfó su
postura, partidaria de la línea insurreccional (la «gimnasia revolucionaria»
del grupo «Nosotros»), y formó parte, con Isaac Puente y Cipriano Mera, del
Comité Insurreccional de diciembre de 1933, tras dirigir la abstención
electoral de la CNT-FAI."
Memoria Histórica | CNT Puerto Real | 20-11-2014 |
El 14 de julio de 1896 nace en León el revolucionario
anarquista y militante anarcosindicalista Buenaventura Durruti Domínguez. Hijo
de una familia de ferroviarios de ideas socialistas, sus padres fueron Santiago
Durruti Malgor y Anastasia Dumange Soler - el segundo apellido de Buenaventura
Durruti, Domínguez, es el resultado de la castellanización del primer apellido
catalán de su madre, Dumange.
Tuvo seis hermanos (Santiago, Vicente, Plate, Benedicto,
Pedro y Manuel) y una hermana (Rosa), y él fue el segundo hijo nacido - sólo
tres sobrevivieron al finalizar la guerra.
Entre los cinco y los 14 años fue la escuela leonesa de
Ricardo Fanjul, que abandonó en esta edad para entrar a trabajar como aprendiz
en el taller mecánico de Melchor Mártinez, un socialista destacado de León. En
1912 empezó a trabajar como ajustador mecánico en los talleres del ferrocarril
e inicia su actividad sindical en la Unión de Metalúrgicos de la Unión General
de Trabajadores (UGT). Tras abandonar el taller, trabajó como montador de
lavaderos de carbón y pronto se vio envuelto en la lucha de unos mineros de
Matallana, a 30 kilómetros de León, que pugnaban por expulsar a un ingeniero
antiobrero; entre todos consiguió que fondos despedido.
En 1917, trabajando como ajustador mecánico en la Compañía
de Ferrocarriles del Norte, participó activamente en la huelga organizada por
ferroviarios ugetistas y secundada por los anarcosindicalistas - especialmente
en actos de sabotaje dirigidos a impedir el funcionamiento de los trenes (quema
de locomotoras, levantamiento de vías, etc.) -, huelga que fue duramente
reprimida por el ejército: 17 trabajadores muertos, 500 heridos y 2.000 encarcelados
sin juicio. A resultas de ello, buscado por la Guardia Civil, despedido del
trabajo y expulsado por su radicalismo de la UGT, y de declararse desertor del
ejército, tuvo que exiliarse en Francia. Entre diciembre de 1917 y enero de
1919 trabajó de mecánico en París, donde entró en relación con militantes
anarquistas catalanes y empezó a asimilar los planteamientos libertarios.
Tras una breve estancia en la Península, donde después de
descubrirse su condición de desertor es detenido y encarcelado, y,
posteriormente, liberado por sus compañeros, se exilió de nuevo en Francia, en
julio de 1919 y trabajó como mecánico en la fábrica Renault de París. En la
primavera de 1920 volvió a cruzar los Pirineos, trabajó primero en el País
Vasco y luego recorrió gran parte de la Península. Junto con otros compañeros
crean el grupo anarquista «Los Justicieros» para hacer frente a la represión
institucionalizada y para obtener armas y dinero para el mantenimiento de las
luchas y los detenidos. El campo de su acción se repartía entre Aragón y
Guipúzcoa y una de las misiones que se plantearon fue la ejecución del rey
Alfonso XIII que había de asistir a la inauguración del Gran Kursaal de San
Sebastián; el intento fracasó por una denuncia. En 1920 se trasladó a Barcelona,
aconsejado por la
anarcosindicalista Manuel Buenacasa, donde se afilió a la anarcosindicalista
Confederación Nacional del Trabajo (CNT).
En 1921 se encontraba en Andalucía trabajando en una campaña
de afiliación anarquista, cuando el 9 de marzo de ese año, un día después del
asesinato de Eduardo Dato, fue detenido en Madrid, pero engañó a la policía y
escapó en Barcelona; se ignora su grado de participación en este atentado. En
la capital catalana hizo amistad con Francisco Ascaso, con quien constituyó en
1922 la agrupación anarquista "Los Solidarios» - «grupo específico o de
afinidad», encargado de realizar acciones de represalia contra el pistolerismo
patronal y de recaudar fondos mediante golpes de mano, además de desarrollar
las estructuras de la CNT y de crear una federación anarquista de ámbito
peninsular -, de la que formaron parte García Oliver, Liberto Callejas,
Aurelio Fernández y Ricardo Sanz. En 1923 este grupo se le imputó la muerte del
cardenal Juan Soldevila y Romero, producido como represalia del asesinato de
Salvador Seguí.
Ese mismo año, con la instauración de la dictadura de Primo
de Rivera, se decide que Ascaso y Durruti se trasladen a Francia para organizar
un comité revolucionario para ayudar a las actividades subversivas de los catalanes
y fundar en París una editorial anarquista («Librairie Internationale»). En
esta estancia, Durruti trabajó en la Renault y Ascaso en una fábrica de tubos
de plomo. Cabe destacar que ambos siempre que la situación lo permitía
trabajaban para mantenerse con sus salarios. A finales de 1924, Ascaso y
Durruti, por indicación del Comité de Barcelona, se
embarcaron hacia América
Latina (Cuba, México, Perú, Uruguay, Chile y Argentina) para
llevar a cabo una campaña de
propaganda y agitación y
recaudar fondos con la expropiación
a los bancos. Trabajaron como descargadores portuarios y en otros oficios y
crean el grupo "Los Errantes".
En abril de 1926 vuelven a Francia y después de un tiempo,
donde conocieron Néstor Makhno, fueron encarcelados por un intento de atentado
contra Alfonso XIII. Una multitud de gobiernos, empezando naturalmente por el
de Primo de Rivera, exigieron sus extradiciones, sin embargo, una importante
campaña de solidaridad lo impidió, y en 1927 consiguen un indulto. Una vez
liberados, recorrieron varios países de Europa (Bélgica, Luxemburgo, Suiza,
Alemania). En esta época tiene una compañera fija, Émilienne Morin, que no le
abandonará nunca y con la que tendrá una hija, Colette. En 1931, con el
establecimiento de la II República, volvió a la Península y se integró en la
Federación Anarquista Ibérica (FAI). En junio de 1931, como representante del
Sindicato Fabril y Textil de Barcelona, asistió, con García Oliver, en el congreso de la CNT, donde se manifestó contrario a las federaciones de
industria. Después de la
excisión treintista y de la
separación de Peiró y de Pestaña, se convirtió gradualmente en una de las
figuras más representativas y de mayor autoridad moral en la CNT y en la FAI.
Opuesto por sistema a la consolidación de la república
parlamentaria, en 1932 participó activamente en la insurrección anarquista del
Alto Llobregat (Fígols, Sallent, Súria, Berga y Cardona), por lo que fue
deportado, con más de un centenar de compañeros, primero en Bata (Guinea) y
luego en Puerto Cabras (Fuerteventura, Islas Canarias), de donde volvió ocho
meses después. Formó parte del Comité Revolucionario de la fracasada
insurrección de enero de 1933 (Casas Viejas, etc.), Y fue nuevamente
encarcelado cinco meses en El Puerto de Santa María (Cádiz). En el Pleno de la
Confederación Regional del Trabajo de Cataluña triunfó su postura, partidaria
de la línea insurreccional (la «gimnasia revolucionaria» del grupo «Nosotros»),
y formó parte, con Isaac Puente y Cipriano Mera, del Comité Insurreccional de
diciembre de 1933, tras dirigir la abstención electoral de la CNT-FAI.
Fracasada la insurrección, fue encarcelado en Burgos.
Liberado en mayo de 1934, fue detenido la víspera del levantamiento del 6 de
octubre de 1934 y confinado en Valencia; salió de la cárcel a finales de 1935.
Tras comprobar el fracaso de la revolución de octubre de 1934 y la represión
sufrida por la clase obrera, contribuyó a que la CNT no boicoteara las
elecciones de febrero de 1936, lo que favoreció el triunfo del Frente Popular.
El 17 de julio de 1936 organizó la defensa confederal en los barrios
barceloneses de Sant Martí de Provençals, Sant Andreu de Palomar, Pueblo Nuevo
y en la plaza de Cataluña.
Muerte Ascaso, asaltó las Atarazanas barcelonesas. El 20 de
julio, ya derrotado el levantamiento en Barcelona y controlando la CNT la
situación, sobre todo después de apoderarse del parque de artillería de San
Andrés, sus principales dirigentes tuvieron una entrevista con el presidente de
la Generalitat catalana , Lluís Companys.
En una segunda entrevista al día siguiente, después del
Pleno de Federaciones Locales de la CNT, Durruti junto con otros principales
dirigentes de la CNT, propusieron nombrar un Comité Central de Milicias
Antifascistas de Cataluña, lo que fue aceptada por el resto de organizaciones.
Este comité - formado por libertarios, republicanos, nacionalistas y marxistas
- se convirtió en el verdadero poder en Cataluña, ratificando la Generalitat
posteriormente lo que se decidía. Cansado de las disputas internas y el
desgaste debido al hecho de encontrarse en una guerra civil, del Comité de
Milicias Antifascistas - del que era jefe del Departamento de Transportes -
decidió pasar al frente bélico, empezando por liberar los fascistas Zaragoza,
que, como Barcelona, era
otro gran núcleo urbano
anarquista de la península.
El 23 de julio creó, a instancias del Comité Central de
Milicias Antifascistas, la «Columna Durruti», que tomó rumbo hacia Zaragoza. En
la columna se le negó por parte de las instituciones el suministro de armas, de
artillería y de infraestructura. A medida que iban toman pueblos aragoneses,
desde Caspe a Pina, a las tropas fascistas, los campesinos se veían libres para
hacer la revolución: los terratenientes eran expropiados de sus tierras, las
cuales eran colectivizadas, se abolía la propiedad privada y se instauraba el
comunismo libertario. En esta coyuntura favoreció la creación del Consejo de
Defensa de Aragón. Zaragoza no pudo ser tomada por falta de armamento. Llamado
por García Oliver y Abad de Santillán volvió a Barcelona, donde se mostró contrario a la organización militar clásica ya la
participación de la CNT-FAI en los gobiernos republicanos catalán y español,
manteniendo una militarización de las fuerzas.
El 13 de noviembre de 1936 marchó al frente de Madrid con su
columna de 3.500 milicianos para ayudar a contener la ofensiva de las tropas
franquistas (batalla de Madrid).
El 19 de noviembre de 1936, cuando se encontraba en las
inmediaciones del Hospital Clínico de la Ciudad Universitaria de Madrid,
ocupado por los sublevados, fue herido mortalmente por un disparo en el pulmón
cuya procedencia no está muy clara, existiendo diversas hipótesis sobre el origen
de la bala que le hirió. Mientras algunas versiones afirman que fue disparada
accidentalmente por su propio naranjero - versión hispana del subfusil
Schmeisser MP28 II -, otras apuntan a que pudo ser asesinado por agentes
estalinistas. La versión del accidente es bastante verosímil, por cuanto el
citado modelo de subfusil carecía de seguro y podía dispararse por un simple
golpe de la culata contra el suelo. El hecho, sin embargo, es que Durruti nunca
usó naranjero.
Buenaventura Durruti murió a las 4 horas del 20 de noviembre
de 1936 en la habitación número 15 del Hotel Ritz (Hospital de la «Columna
Durruti») de Madrid (España). Su entierro el 22 de noviembre de 1936 en
Barcelona, al que
asistieron unas 200.000 personas, tuvo un enorme eco popular. Al morir, surgió en Cataluña el grupo «Los
Amigos de Durruti», creado
para defender sus ideas, eran partidarios del insurreccionalismo revolucionario
y contrarios a la colaboración con la burguesía y con los sectores reformistas,
que García Oliver y de otros dirigentes anarquistas aceptaron, al tiempo que
criticaban la burocratización de la CNT y las maniobras contrarrevolucionarias
del comunismo marxista. Durruti es una de las grandes referencias del
movimiento libertario hispano y prototipo del revolucionario anarquista.
Existe abundante literatura sobre su figura, siendo el
estudio más significativo la obra del militante y estudioso del anarquismo Abel
Paz Durruti en la Revolución española, publicado en numerosas ediciones, y
sobre el cual, en 1998, el realizador Paco Ríos realizó un documental con el
mismo título. En 1999, la compañía teatral Els Joglars participó y coproduce el
filme francés llamado Buenaventura Durruti, anarquista, dirigido por Jean-Louis
Comolli y Ginette Lavigne. Buenaventura Durruti Domínguez (1896-1936)
Fuente: www.tercerainformación.es
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