Luis Gonzalo Segura,
autor de la novela ‘Un paso al frente', será juzgado por un tribunal militar
este viernes acusado de faltar a la disciplina castrense, lo que podría
suponerle el arresto en un centro disciplinario, la expulsión del Ejército o la
cárcel
LUIS
GIMÉNEZ SAN MIGUEL Madrid 10/06/2014 07:00 Actualizado: 10/06/2014 07:38
Luis Gonzalo Segura.- L.
G.
El teniente Luis Gonzalo Segura se sentará este
viernes en el banquillo de los acusados delante de un tribunal militar que le
acusa de dos faltas graves a la disciplina castrense por haber publicado Un
paso al frente (Tropo Editores), una novela a modo de alegato en la que
este joven oficial del Ejército de Tierra denuncia ante la sociedad "lo
que ya saben todos dentro los cuarteles": que las Fuerzas Armadas "siguen
ancladas en el siglo XX", regidas con mano autoritaria y
plagadas de casos de corrupción en los que "la casta" de los altos
oficiales se aprovecha de sus privilegios con la complicidad de una justicia militar "nada
independiente". Cuando lo publicó, este teniente de 37 años
aspiraba a que el libro se convirtiera además en un movimiento que sirviera
para ayudar la regeneración democrática de los ejércitos. Apuntó bien su
arma, pues en poco más de un mes hay más de 10.500 ejemplares vendidos.
"Más
que un libro, es una lucha por los derechos y la igualdad en el mundo
militar", afirmó a Público en una de sus primeras entrevistas
cuando decidió dar un paso al frente. Y ahora se enfrenta a lo que ya esperaba,
un procedimiento por falta grave, lo que podría suponerle el arresto en un
centro disciplinario de hasta seis meses y la expulsión del Ejército. Además,
el fiscal está estudiando los cargos para ver si le puede acusar de un delito
militar, con lo que se enfrentaría a una condena en una cárcel militar de seis
meses a seis años de prisión.
"En el Ejército
es más grave llamar franquista a un coronel que insultar a la Constitución y al
rey"
El
mes pasado le comunicaron el pliego de cargos en el que las autoridades consideraban
que había cometido dos faltas graves a la disciplina militar y le abrían
un expediente. "Una por escribir el libro y las declaraciones que hice a
la prensa y otra por hablar del libro en horario de café con mis compañeros que
me preguntaban", explica en declaraciones a Público. "La
investigación tendría que estar dirigida contra los casos de corrupción que
denuncio en el libro. Y no contra quien los revela".
"Es
un procedimiento sin ninguna garantía jurídica, es decir, el que juzga
es también fiscal y parte", se lamenta ahora a unos pocos días de acudir
al tribunal. "El acusado está prácticamente condenado de antemano",
añade. De esta forma, explica cómo sería "insólito, un hecho
histórico", que no le condenasen. Más aún viendo antecedentes recientes.
Él mismo recuerda cómo hace poco un militar cumplió una pena íntegra de seis
meses encerrado en un centro disciplinario por haber llamado franquista a un
oficial. "Está mal, no puedes insultar a nadie siendo militar. Pero seis
meses de cárcel enteros por eso es injustificado cuando el teniente coronel
Ayuso llamó bastarda y espúrea a la Constitución y renegó del rey. A él no le
sancionaron con nada". Este tipo de casos fueron los que le llevaron a
escribir Un paso al frente.
Una
de las principales críticas que vierte en el libro es contra el funcionamiento
de la justicia militar, que es la que permite que se cometan importantes casos
de corrupción sin que nadie investigue. "Aunque la justicia civil no
funcione del todo bien, hay muchos políticos que están pasando por el juzgado.
Bárcenas está en la cárcel. Y eso hace que muchos otros se lo piensen. En el
mundo militar no. ¡Imagina si los políticos sintieran que tienen impunidad
absoluta!", relataba en la entrevista. Y es esa misma justicia la que
acalla al que protesta, como el caso del presidente de Asociación Unificada de
Militares Españoles, Jorge Bravo, que recomendó que se redujesen los gastos
superfluos en el ámbito militar antes que hacer recortes sociales en otros
ámbitos. Por esas declaraciones le arrestaron
un mes y un día y le enviaron a un centro disciplinario
Y
ahora le toca su turno. "Yo siempre me he acogido a mi derecho a no
declarar, no voy a gastar saliva en un proceso en el que ya sabes de antemano
que no tienes ninguna posibilidad", se lamenta. "No soy como
cualquier otro ciudadano ante un tribunal, aquí quien nos juzga es juez y
parte. Es como si un abogado de la acusación de la vida civil fuera al mismo
tiempo el juez y el fiscal. Jurídicamente hablando es imposible
defenderse".
Militares y civiles
Un
paso al frente va ya por su cuarta edición. Pero "la primera medida
del Ejército, en vez de reunirse con las asociaciones militares que me están
apoyando para ver qué pasa, ha sido apretar más las tuercas y han aplicado una
normativa para sancionar a los militares que hagan críticas a la institución en
las redes sociales" denuncia Segura. Pero él se mantiene firme: "En
la Europa del siglo XXI no se tendría que poder encarcelar a alguien por
escribir un libro o expresar su opinión".
"En la Europa
del siglo XXI no se tendría que poder encarcelar a alguien por escribir un
libro"
Pero lo que más resalta el teniente es la
afluencia en las charlas y presentaciones del libro que está haciendo por todo
el país, en los que, poco a poco, ha ido incrementando la asistencia de
civiles, superando a la de los militares, que también acuden a cientos.
"Es un fenómeno de conciliación entre militares y civiles",
asegura. Y es que, para él, se trata de un problema que afecta a toda la
sociedad, puesto que es una gran cantidad de dinero la que maneja el Ministerio
de Defensa y mucho está siendo defraudado.
"Lo
que necesitan más urgentemente las Fuerzas Armadas es fiscalizar el gasto,
implantar transparencia y hacer auditorías externas al Ministerio",
asegura una y otra vez este teniente que comenzó su andadura de denuncia a raíz
de su observación personal. Siendo encargado de un inventario de material
informático descubrió que había un desfase del 25% de dicho material, 5 millones
de euros. El juez no hizo nada cuando lo denunció. "Si puedo escamotear a
la hacienda militar 5 millones de euros tan fácilmente, ¿qué no puedo
escamotear para comprarme un coche?", se preguntaba.
"Todos los
desmanes de los altos oficiales los están pagando los ciudadanos"
De
esta forma, cree que, dado que los militares tienen las manos atadas, es la
ciudadanía la que debe protestar contra esta realidad instalada en el seno de
los ejércitos españoles. "La ciudadanía no es consciente de lo mucho que
se juega con esto, no solo porque sea lógico tener unas Fuerzas Armadas
avanzadas y democráticas, sino porque se están jugando mucho dinero. Estamos
hablando de 29.000 millones de euros de deuda. Todos los desmanes de los altos
oficiales los están pagando los ciudadanos".
Fuente: www.publico.es
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