De tangas a braga faja
Le vino grande el último escalón,
los últimos meneos de cadera,
ese ritmo no lo aguanta cualquiera
por mucho que se apellide Borbón.
Cambió el vino, a Corinna, la escopeta,
las vedets, las fugas por la ventana,
los tangas obedientes de Botsuana
por bragas de Sofía y las muletas.
“Si no puedo vivir como un rey, abdico,
que Felipe se coma este marrón,
quedarse en casa no es cosa de ricos”.
Que le dé de comer a las palomas,
que haga malabares con la pensión;
La calle habla, su pilar se desploma
Borja Angosto Rubio
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