El 1 de abril de 1939 Franco anunció la
victoria de los golpistas en la Guerra Civil sumiendo a los españoles en una
minoría de edad que duraría 40 años. Leyes como la del aborto, el divorcio, el
derecho a la autonomía de los territorios, la libertad sindical o la libertad
de expresión fueron enterradas.
ALEJANDRO
TORRÚS Madrid 01/04/2014 07:00 Actualizado: 01/04/2014 07:58
Francisco Franco y sus generales en el desfile de la
victoria en Madrid, en 1939.- EFE
La dictadura
fue un tajo en la evolución histórica de España. Los datos hablan por sí solos.
En economía, la España de Franco necesitó 14 años, hasta 1953, para recuperar
el PIB que la República había alcanzado en 1935. En derechos sociales, la
población española pasó de ser dueña de su destino a ser tutelada en una
dictadura totalitaria y, en cultura, el Estado español pasó de disfrutar de la
Generación del 27 a convertirse en un auténtico desierto cultural donde sus
intelectuales vanguardistas acabaron en el exilio o en la cárcel.
"La
victoria militar de Franco y la implantación de su dictadura significó acabar
con la última oportunidad que tenía España para ponerse a la altura de los
países democráticos. En el caso de no haberse producido ese golpe, ahora mismo
tendríamos, intuyo, un país más democrático, más desarrollado y con menos
desigualdades", explica a Público el catedrático,
diplomático e historiador Ángel Viñas.
Era el 1 de
abril de 1939. Con las palabras de "en el día de hoy, cautivo y desarmado
el Ejército Rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos
militares", Franco daba por terminada la Guerra Civil y comenzaba su
dictadura y la construcción de su propio mito. "España pasó de tener un
régimen constitucional, con una Constitución aprobada y refrendada por el
Parlamento a un sistema totalitario donde el derecho no venía del Parlamento si
no de las decisiones de Franco y su cúpula", señala a este medio Rafael Escudero, profesor
de Filosofía del Derecho en la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Modelos
de Democracia en España.
La lista de
derechos que la sociedad española perdió aquel 1 de abril de 1939 es casi
interminable: libertad sindical, de expresión, política... "No había
derechos fundamentales, ni protección jurídica, ni imperio de la ley. Lo que
Franco hizo fue instaurar un régimen totalitario similar en su concepción y en
sus políticas al régimen nazi", prosigue Escudero, que señala que España
pasó de una democracia que fomentaba la participación de la sociedad a un nuevo
Estado donde "era totalmente ignorada".
"No
había derechos fundamentales, ni protección jurídica, ni imperio de la
ley" A la desaparición de derechos le acompañó el aislacionismo
internacional y la autarquía económica. Esta última, supuso, como señala el
historiador Manuel Álvaro Dueñas a Público, un fracaso sin
paliativos. "El repliegue económico castigó particularmente a las clases
populares, sometidas a duras condiciones de vida y privadas de
cualquier posibilidad de acción colectiva para mejorarlas", explica
Álvaro Dueñas, coautor de la obra La gran represión. Los años de plomo
del franquismo, que añade que "a la precariedad de las condiciones materiales"
se añadía "el temor a engrosar la lista de víctimas de las represalias
laborales".
En política
internacional tampoco fue mejor. Tras el rechazo de Franco a continuar en la
denostada Sociedad de Naciones en mayo de 1939, el régimen trató de incorporarse
a la ONU tras la II Guerra Mundial. Sin embargo, su petición fue denegada una y
otra vez. "A Franco le atraían más otro tipo de alianzas que la Sociedad,
como el Pacto Anti-Komintern. Si Hitler y Mussolini no
estaban allí en Ginebra, ¿qué pintaba él ahí rodeado de masones escondidos tras
débiles regímenes democráticos? Después, sería la ONU la que rechazaría admitir
a la España de Franco", explica el historiador e investigador David Jorge,
profesor en la Universidad de Wesleyan.
La mujer, la gran derrotada
Pero si el
futuro de los ciudadanos aquel 1 de abril era dramático, más lo sería para el
futuro de las ciudadanas. "La pérdida para las mujeres fue brutal.
Perdieron la posibilidad de la equiparación de género. La República equiparó
jurídicamente mujer y hombre como primer paso para la equiparación
económica", explica a Público Ángel Bahamonde, catedrático de
Historia Contemporánea de la Universidad Carlos III de Madrid.
"Recae
un peso enorme en la idea de mujer como madre, mujer sana y buena esposa" Pero
la República no sólo legisló para la igualdad, también renunció a la idea de
que el Estado debe legislar sobre el útero de las mujeres. La Generalitat de Catalunya publicó el
9 de enero de 1937 la norma más avanzada de Europa en esta
materia, permitiendo el aborto libre hasta las doce semanas. Con el gobierno
republicano de Francisco Largo Caballero, la ministra de sanidad Federica
Montseny ideó también un proyecto de ley para regular la interrupción
voluntaria del embarazo, pero su iniciativa quedó en suspenso debido a la
oposición de la mayoría de miembros del Ejecutivo en plena Guerra Civil. Aun
así, Montseny buscó la forma de aplicar el decreto catalán en las zonas republicanas.
A partir del
1 de abril de 1939, la mujer pasó a ser tutelada por el Estado. Catalogadas
como individuas de dudosa moral, sobre ellas se pretendió cimentar el nuevo
régimen nacional católico de Franco. Monjas y falangistas de la Sección Femenina de
Falange trataron de domesticar a las mujeres para ajustarlas al
modelo de madres y esposas sacrificadas. Los tres ejes sobre los que se
cimentaron su educación resumen el papel que el régimen tenía planeado para
ellas: "Formación del espíritu nacional, labores y gimnasia".
"Las
mujeres pueden considerarse como los ejes de la dictadura de Franco. A pesar de
ser una dictadura paternalista recae un peso enorme en esa idea de mujer como
madre, mujer sana y buena esposa. La mujer debía ser una especie 'superwoman'
capaz de hacerlo todo: cuidar a los hijos, atender al marido, llevar la casa,
ser buena cristiana y conocer la doctrina franquista", analiza la investigadora
María Rosón, comisaria de la exposición 'Mujeres bajo sospecha. Memoria y
sexualidad' para.
La cultura, la gran pérdida
Pero si algo
marcó aquel 1 de abril de 1939 fue el punto final a la edad de plata de
la cultura española. En
opinión de Ángel Bahamonde, la España de la República estaba disfrutando de la
mejor generación de artistas, literatos, científicos, investigadores, físicos,
matemáticos de su historia "con todo su efecto multiplicador".
Antonio Machado, Miguel Hernández, Juan Ramón Jiménez, Federico García Lorca...
Un sinfín de intelectuales fueron asesinados, encarcelados o tuvieron que
exiliarse para escapar de la España de Franco.
"Perdimos
las humanidades, el primer tejido de investigadores, la universidad...""Aquel
1 de abril los españoles no solamente perdieron su referente democrático.
Perdieron la España de las escuelas, de la democracia social y la España de la
cultura. Perdimos el mundo de las humanidades; el primer tejido de
investigadores; el mundo universitario, que estaba sobrepasando los umbrales de
la modernidad; la posibilidad de una Educación igual para los dos sexos; y la
posibilidad de Estado completamente laico", explica Bahamonde, que señala
que España "aún está pagando las consecuencias de esas pérdidas".
También
Rafael Escudero considera que España sería hoy muy diferente si aquel 18 de
julio de 1936 no hubiera existido ningún golpe de Estado o si el 1 de abril de
1939 no hubiera sido Franco el que diera el parte de la victoria.
"Estaríamos ante una España con una con una democracia más fuerte, con
mayor respeto por los derechos humanos y ante una sociedad más participativa y
responsable. La sociedad estaría más preparada para afrontar crisis económicas
sin necesidad de poner en jaque los cimientos del sistema institucional.
Tenemos esta crisis institucional por los cuarenta años de dictadura y por la
forma en la que se hizo la transición", sentencia Escudero.
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