Ana Isabel Cerro / 25 feb
2015
Mineros detenidos en Sevilla en
1936. // ICAS-SAHP. FOTOTECA MUNICIPAL DE SEVILLA. ARCHIVO SERRANO.
“La memoria
fortalece el futuro de los Pueblos. No olvidar sucesos como el de La Pañoleta
nos muestra la urgencia de la justicia”. Esta frase de Baltasar Garzón para La
memoria varada introduce la primera novela del periodista andaluz Rafael
Adamuz, una obra que desmenuza el macroproceso judicial que padeció una columna
de mineros y campesinos reclutada para combatir en Sevilla el golpe militar de
1936 y apresada a traición. “Nunca pensé que Garzón accedería a leerla.
Cuando me comunicaron que le había entusiasmado mi trabajo no me lo creía.
Para un autor novel como yo es un honor que el máximo exponente de la lucha por
la Memoria Histórica avale de esta forma mi primera obra literaria”, señala
Adamuz.
En La
memoria varada, que Ediciones Atlantis pondrá a la venta el próximo 4 de
marzo, el autor desgrana el procedimiento y posterior Consejo de Guerra que un
grupo de militares llevó a cabo contra los setenta detenidos, recluidos en las bodegas
del Cabo Carvoeiro, un barco-prisión atracado en el Guadalquivir que
sirvió a posteriori para acoger a cientos de presos políticos durante los
inicios de la Guerra Civil. En el buque, los componentes de la columna
permanecieron en condiciones inhumanas más de un mes y medio tras su detención
en La Pañoleta, la barriada próxima a Sevilla donde sufrieron una sangrienta
emboscada por fuerzas de la Guardia Civil y de Asalto enviadas desde Huelva por
el gobierno de La República.
UNA
ESCABECHINA
“Fue una
escabechina y una traición en toda regla. Los mismos que tenían órdenes de
acompañarles les prepararon una encerrona y todo saltó por los aires, incluidos
los cuerpos de los fallecidos”, recuerda el autor. Precisamente, Gregorio Haro
Lumbres, el comandante de la Guardia Civil que tenía órdenes del Gobierno de la
República de unirse junto a sus hombres a la columna minera, se erige en La
memoria varada en uno de los protagonistas. “Tenía claro su plan y no dudó
en ejecutarlo. Llegó, se pasó al otro bando y esperó a los mineros para
darles un escarmiento sin ningún tipo de escrúpulos. Sabía que algunos
camiones transportaban dinamita y dispararon contra ellos. A los pocos días
tuvo su recompensa y se convirtió en el Gobernador civil y militar de la Huelva
falangista”, recuerda Adamuz.
Para
reconstruir los hechos, el periodista utiliza el expediente sumarial 95/36,
compuesto por más de 700 folios, y se sirve de las cartas inéditas
escritas por Luis Marín Bermejo, uno de los reclusos mineros del Cabo
Carvoeiro. A través de ellas, el reo logró cruzar información con distintos
parientes, incluida su mujer, Ángela, otra de las principales protagonistas de
la novela. “Esos textos son una joya en sí mismos. Cuando supe de su existencia
me puse en contacto con la familia y le pedí el material, que había permanecido
oculto desde que todo sucedió. No hay ni una sola coma cambiada. Hablan por sí
solos”, destaca Adamuz.
DATOS
INÉDITOS
En las cartas,
que verán por primera vez la luz, su protagonista arroja datos históricos
hasta ahora desconocidos, incluso, para los propios investigadores. “Pero
no sólo eso. En ellas hay mucho dolor, mucha emoción, mucha rabia. ¿Qué puede
decir un hombre que se considera inocente antes de morir? Luis Marín Bermejo
tuvo tiempo de hacerse esa pregunta y, sorprendentemente, de responderla. Hay
mucho dramatismo en esos textos. Son el corazón de la novela”, explica el
autor.
Rafael Adamuz, autor de la novela. |
Pero La
memoria varada va más allá. Adamuz rescata en ella las declaraciones
judiciales de los setenta detenidos y parte de sus biografías, un trabajo de
investigación que le ha llevado cuatro años. “Esta no es una historia inspirada
en hechos reales. Es, en gran medida, una historia real. Todo tiene su origen
en un atestado, en un auto o en una diligencia judicial”, señala. Según Adamuz,
“nunca antes en nuestra literatura se había desmenuzado un macrojuicio de estas
características con un desenlace tan vergonzoso y sorprendente”. “El final
es indignante, terrorífico. Me refiero a lo que sucedió antes de que el
tribunal dictara sentencia. No puedo desvelarlo pero estoy seguro de que
removerá conciencias”, advierte el autor. Tanto es así que Adamuz se planteó en
origen hacer una tesis aunque al final optó por el género literario.
UN FINAL DE
INFARTO
“Me sorprendió
tanto lo que descubrí, resulta tan impactante… que elegí la novela con idea de
llegar a más público. Desde cualquier punto de vista, aquellos hombres fueron
condenados injustamente pero averiguar el modo en que ocurrió rompe con todos
los esquemas, incluido el jurídico. Fue algo tremendamente mezquino que tiene
que darse a conocer”, apunta.
En pocas horas,
La memoria varada verá la luz y Adamuz verá cumplido de su objetivo: “Es
la historia de los olvidados, de los olvidados de la Historia. Quería contarla.
Tenía que contarla. Ahora los nietos y biznietos de aquellos hombres podrán
saber la verdad. Ésta, para mí, es la gran aportación de esta novela: el
valor de la información que está a punto de salir a la luz y que he trabajado
pensando en ellos, en la recuperación de una memoria perdida, de una memoria
varada…”.
Fuente: http://www.andalucesdiario.es/
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