sábado, 28 de febrero de 2015

UNA NOVELA RECREA EL PRIMER MACROJUICIO SUMARIAL DEL FRANQUISMO



Ana Isabel Cerro / 25 feb 2015
Mineros detenidos en Sevilla en 1936. // ICAS-SAHP. FOTOTECA MUNICIPAL DE SEVILLA. ARCHIVO SERRANO.
“La memoria fortalece el futuro de los Pueblos. No olvidar sucesos como el de La Pañoleta nos muestra la urgencia de la justicia”. Esta frase de Baltasar Garzón para La memoria varada introduce la primera novela del periodista andaluz Rafael Adamuz, una obra que desmenuza el macroproceso judicial que padeció una columna de mineros y campesinos reclutada para combatir en Sevilla el golpe militar de 1936 y apresada a traición. “Nunca pensé que Garzón accedería a leerla. Cuando me comunicaron que le había entusiasmado mi trabajo no me lo creía. Para un autor novel como yo es un honor que el máximo exponente de la lucha por la Memoria Histórica avale de esta forma mi primera obra literaria”, señala Adamuz.
En La memoria varada, que Ediciones Atlantis pondrá a la venta el próximo 4 de marzo, el autor desgrana el procedimiento y posterior Consejo de Guerra que un grupo de militares llevó a cabo contra los setenta detenidos, recluidos en las bodegas del Cabo Carvoeiro, un barco-prisión atracado en el Guadalquivir que sirvió a posteriori para acoger a cientos de presos políticos durante los inicios de la Guerra Civil. En el buque, los componentes de la columna permanecieron en condiciones inhumanas más de un mes y medio tras su detención en La Pañoleta, la barriada próxima a Sevilla donde sufrieron una sangrienta emboscada por fuerzas de la Guardia Civil y de Asalto enviadas desde Huelva por el gobierno de La República.
UNA ESCABECHINA
“Fue una escabechina y una traición en toda regla. Los mismos que tenían órdenes de acompañarles les prepararon una encerrona y todo saltó por los aires, incluidos los cuerpos de los fallecidos”, recuerda el autor. Precisamente, Gregorio Haro Lumbres, el comandante de la Guardia Civil que tenía órdenes del Gobierno de la República de unirse junto a sus hombres a la columna minera, se erige en La memoria varada en uno de los protagonistas. “Tenía claro su plan y no dudó en ejecutarlo. Llegó, se pasó al otro bando y esperó a los mineros para darles un escarmiento sin ningún tipo de escrúpulos. Sabía que algunos camiones transportaban dinamita y dispararon contra ellos. A los pocos días tuvo su recompensa y se convirtió en el Gobernador civil y militar de la Huelva falangista”, recuerda Adamuz.
Para reconstruir los hechos, el periodista utiliza el expediente sumarial 95/36, compuesto por más de 700 folios, y se sirve de las cartas inéditas escritas por Luis Marín Bermejo, uno de los reclusos mineros del Cabo Carvoeiro. A través de ellas, el reo logró cruzar información con distintos parientes, incluida su mujer, Ángela, otra de las principales protagonistas de la novela. “Esos textos son una joya en sí mismos. Cuando supe de su existencia me puse en contacto con la familia y le pedí el material, que había permanecido oculto desde que todo sucedió. No hay ni una sola coma cambiada. Hablan por sí solos”, destaca Adamuz.
DATOS INÉDITOS
En las cartas, que verán por primera vez la luz, su protagonista arroja datos históricos hasta ahora desconocidos, incluso, para los propios investigadores. “Pero no sólo eso. En ellas hay mucho dolor, mucha emoción, mucha rabia. ¿Qué puede decir un hombre que se considera inocente antes de morir? Luis Marín Bermejo tuvo tiempo de hacerse esa pregunta y, sorprendentemente, de responderla. Hay mucho dramatismo en esos textos. Son el corazón de la novela”, explica el autor.
Rafael Adamuz, autor de la novela.

Pero La memoria varada va más allá. Adamuz rescata en ella las declaraciones judiciales de los setenta detenidos y parte de sus biografías, un trabajo de investigación que le ha llevado cuatro años. “Esta no es una historia inspirada en hechos reales. Es, en gran medida, una historia real. Todo tiene su origen en un atestado, en un auto o en una diligencia judicial”, señala. Según Adamuz, “nunca antes en nuestra literatura se había desmenuzado un macrojuicio de estas características con un desenlace tan vergonzoso y sorprendente”. “El final es indignante, terrorífico. Me refiero a lo que sucedió antes de que el tribunal dictara sentencia. No puedo desvelarlo pero estoy seguro de que removerá conciencias”, advierte el autor. Tanto es así que Adamuz se planteó en origen hacer una tesis aunque al final optó por el género literario.

UN FINAL DE INFARTO
“Me sorprendió tanto lo que descubrí, resulta tan impactante… que elegí la novela con idea de llegar a más público. Desde cualquier punto de vista, aquellos hombres fueron condenados injustamente pero averiguar el modo en que ocurrió rompe con todos los esquemas, incluido el jurídico. Fue algo tremendamente mezquino que tiene que darse a conocer”, apunta.
En pocas horas, La memoria varada verá la luz y Adamuz verá cumplido de su objetivo: “Es la historia de los olvidados, de los olvidados de la Historia. Quería contarla. Tenía que contarla. Ahora los nietos y biznietos de aquellos hombres podrán saber la verdad. Ésta, para mí, es la gran aportación de esta novela: el valor de la información que está a punto de salir a la luz y que he trabajado pensando en ellos, en la recuperación de una memoria perdida, de una memoria varada…”.







No hay comentarios:

Publicar un comentario