La
declaración de la UIT-CI, después de señalar a “Israel enclave imperialista”,
señala: “Lo que ocurre ahora es otro episodio de una guerra genocida
planificada desde hace casi setenta años. El estado de Israel fue creado en
1948 como enclave imperialista en la región, con el apoyo del imperialismo
yanqui, inglés y de Stalin de la URSS, con población judía europea. El objetivo
de crear semejante estado fue la dominación militar, política y económica del
Medio Oriente (la región más rica en petróleo del mundo), utilizando para tal
fin como carne de cañón a judíos migrantes de Europa a los que se les dio
tierras robadas a los árabes, con la ideología racista del sionismo de que el
actual Israel era una “tierra prometida” por Dios a los judíos. Un estado
gendarme dotado de armas poderosas por el imperialismo y con población
migrante. Desde el comienzo practicó el genocidio y la “limpieza étnica”
expulsando a un millón de árabes palestinos que ahí vivían. El objetivo actual
del sionismo sigue siendo el de su fundación, expulsar definitivamente a los 5
millones de palestinos que aún viven en Gaza, Cisjordania y la propia Israel,
que eran la antigua Palestina. El imperialismo, con Obama a la cabeza, repite
que “Israel tiene derecho a defenderse”. Una comisión del Congreso
norteamericano estableció que Israel recibió 121.000 millones de dólares en
ayuda militar yanqui (denuncia del intelectual norteamericano Noam Chomsky). El
intento imperialista, lamentablemente apoyado por la dirección histórica
palestina de Al Fatha, de crear “dos estados en paz”, ha fracasado y no tiene
futuro. Mientras no se imponga el derecho al retorno a su país de todos los
palestinos expulsados y la destrucción del estado genocida para construir una
Palestina laica y democrática en todo el territorio de la antigua Palestina,
hoy ocupado por Israel, no habrá solución a la agresión militar genocida
permanente del estado de Israel contra los palestinos y otros pueblos árabes”.
¿Por
qué no son posibles dos estados que convivan pacíficamente?
“Palestina laica, democrática
y no racista” fue la posición histórica del movimiento revolucionario palestino
de resistencia a Israel. Significa terminar con el estado racista y genocida de
Israel, y construir un nuevo estado con mayoría palestina (hoy hay 10 millones
de palestinos en Medio Oriente, 5 millones en Gaza, Cisjordania e Israel, y
otros 5 millones refugiados en otros países vecinos). Estado donde convivan con
los judíos y otras minorías en igualdad de derechos, como convivieron
pacíficamente una mayoría islámica con una minoría judía durante siglos, antes
de la fundación de Israel.
En
1993 la OLP -Organización para la Liberación de Palestina-, encabezada por
Yasser Arafat, en el marco de un acuerdo de Paz con Israel, renunció a la
posición histórica palestina a cambio de la promesa israelí de que, en un plazo
de cinco años, habría dos estados, uno israelí y otro palestino. El palestino,
en Franja de Gaza y Cisjordania (20% de la Palestina histórica) y el israelí en
la actual Israel (80% del territorio de la Palestina histórica). En esos 5 años
se entregaría la administración de Franja de Gaza y Cisjordania a la Autoridad
Nacional Palestina, reservándose Israel la “seguridad” (es decir la única
fuerza militar) y el derecho a intervenir en Cisjordania y Gaza. En ese tiempo
también debían resolverse puntos no definidos, como la posesión de Jerusalén y
el derecho al retorno de los palestinos.
Muy
pronto se vio que el acuerdo de “los dos estados” era una trampa. Israel
invadió con 400.000 colonos la mayor parte de Cisjordania, adueñándose del
agua, creando un muro que cerca las zonas palestinas, llevando a los palestinos
ahí residentes a una situación económica catastrófica y sometidos a constantes
y humillantes controles militares. Retiró sus colonos de Gaza, sólo porque era
un pequeño territorio sin riquezas naturales, y en el cual podía reducir a los
palestinos a una especie de campo de concentración gigante al que puede
bombardear cuando quiere (como ahora).
Fue
la segunda demostración histórica de que eran imposibles dos estados. La
primera fue cuando la ONU concedió a Israel en 1948 el 52% de la Palestina
histórica. Israel en pocos meses se adueñó del resto y expulsó a los
palestinos. El carácter racista y colonialista de Israel, que se autodefine
como “estado judío”, hace imposible que acepte a un estado palestino soberano.
Su objetivo es expulsar a todos los palestinos, así lo demostró en los últimos
66 años.
29
julio 2014
Miguel
Lamas
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