Las interacciones entre
el cambio climático y la contaminación del aire pueden tener un papel
importante en frenar los suministros de alimentos.
nuevatribuna.es |
01 Agosto 2014 - 12:18 h.
Muchos estudios han
demostrado el potencial del cambio climático global para cortar los suministros
de alimentos, pero, en su mayor parte, estas investigaciones han ignorado las
interacciones entre el aumento de la temperatura y la contaminación del
aire, específicamente la polución por ozono, que es conocida por dañar los
cultivos.
La producción agrícola
es "muy sensible a la contaminación por ozono", sentencia Heald,
quien agrega que estos hallazgos "demuestran lo importante que es pensar
en las implicaciones agrarias de la normativa de calidad del aire"
Un nuevo estudio con participación de investigadores
del Instituto Tecnológico de Massachusetts analizó en detalle
la producción mundial de los cuatro principales cultivos alimenticios,
arroz, trigo, maíz y soja, que representan más de la mitad de las calorías que
consumen los seres humanos en todo el mundo. Se predice que los efectos
pueden variar considerablemente de una región a otra y que algunos de los
cultivos están mucho más fuertemente afectados por uno u otro factor.
Por ejemplo, el trigo es
muy sensible a la exposición al ozono, mientras que el maíz resulta mucho más
negativamente afectado por el calor, como señala este trabajo, realizado por
Colette Heald, profesora asociada de Ingeniería Civil y Ambiental (CEE)
en el MIT, el exbecario postdoctoral de CEE Amos Tai y Maria van Martin, de la
Universidad Estatal de Colorado, en Estados Unidos.
Heald explica que aunque
se sabe que las temperaturas más altas y la contaminación por ozono
pueden dañar las plantas y reducir los rendimientos de los cultivos,
"nadie los ha analizado juntos". Aunque se debate ampliamente sobre
el aumento de las temperaturas, el impacto de la calidad del aire en los
cultivos está menos reconocido.
Los efectos tienden a
variar ampliamente según la región, según predice el estudio, que se publica
en 'Nature Climate Change'. En Estados Unidos, se espera que
regulaciones más estrictas de la calidad del aire den lugar a una fuerte
disminución de la contaminación por ozono, mitigando su impacto en los
cultivos, pero en otras regiones, el resultado "dependerá de las políticas
de contaminación del aire domésticas", destaca Heald. "Una limpieza
de la calidad del aire podría mejorar el rendimiento de los cultivos",
insiste.
"El ozono es algo
que cuyas causas y medidas para mejorar la calidad del aire todavía no
entendemos"
UN 10 POR CIENTO MENOS
PARA 2050
En general, con todos los
demás factores estando iguales, el calentamiento puede reducir los rendimientos
de los cultivos a nivel mundial en un 10 por ciento para el año 2050, tal y
como revela este trabajo. Pero los efectos de la contaminación por ozono son
más complejos, afectando más a fuertemente a algunos cultivos que a otros, lo
que sugiere que las medidas de control de la contaminación podrían
desempeñar un papel importante en los resultados.
La contaminación por
ozono también puede ser difícil de identificar, plantea Heald, porque el daño
que produce puede parecerse a otras enfermedades de las plantas, como manchas
en las hojas y decoloración. Se espera que el mundo necesitará un 50 por ciento
más de alimentos para el año 2050, según los autores del estudio, debido al
crecimiento de la población y el cambio de las tendencias alimenticias en los
países en desarrollo.
Por ello, cualquier
disminución de los rendimientos se producirá en un contexto de una necesidad
general de incrementar la producción de manera significativa a través de
mejores selecciones de cultivos y métodos de cultivo, así como la expansión de
las tierras agrícolas.
46 POR CIENTO DE DAÑOS
EN LA SOJA POR EL OZONO
Aunque el calor y el ozono
pueden perjudicar a las plantas cada uno de forma independiente, ambos factores
también interactúan. Por ejemplo, temperaturas más cálidas aumentan
significativamente la producción de ozono a partir de las reacciones en la luz
del sol de compuestos orgánicos volátiles y óxidos de nitrógeno. Por estas
interacciones, el equipo encontró que el 46 por ciento de los daños a los
cultivos de soja que previamente habían sido atribuidos al calor son causado
por el aumento del ozono.
En algunas situaciones,
los investigadores vieron que las medidas de control de la contaminación
podrían influir en las esperadas reducciones de los cultivos por el cambio
climático. Por ejemplo, mientras que se preveé un descenso de un 15 por ciento
en la producción mundial de alimentos, la reducción de emisiones proyectada en
un escenario alternativo reduce esa caída al 9 por ciento.
La contaminación del aire
es aún más decisiva en la desnutrición del mundo en desarrollo, hallaron los
investigadores. Así, en el escenario más pesimista sobre la calidad del aire,
la tasa de desnutrición podría aumentar del 18 al 27 por ciento en 2050,
con un incremento de casi el 50 por ciento; y bajo el escenario más optimista,
la tasa todavía se elevaría, pero esa subida se rebajaría casi a la mitad.
La producción agrícola es
"muy sensible a la contaminación por ozono", sentencia Heald, quien
agrega que estos hallazgos "demuestran lo importante que es pensar en las
implicaciones agrarias de la normativa de calidad del aire". "El
ozono es algo que cuyas causas y medidas para mejorar la calidad del aire
todavía no entendemos", concluye.
Fuente: www.nuevatribuna.es
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