La abdicación del rey el
pasado día 2 de junio, ha abierto un gran debate en el seno de la ciudadanía
española entre Monarquía y República.
El PP y el PSOE grandes
benefactores de un sistema bipartidista, se han declarado partidarios de
preservar la estructura del actual régimen monárquico. Ambos partidos, se han
puesto de acuerdo y han pactado acelerar la proclamación de Felipe de Borbón
como nuevo rey de España. Una vez apañados los trámites oportunos, la fecha elegida
para la coronación estaba prevista para el próximo 18 de junio, pero este
número recordaba tanto al alzamiento franquista, que finalmente será el jueves
19 de junio.
En apenas 14 días desde la
abdicación del rey, la maquinaría bipartidista ha puesto toda la carne en el
asador para perpetuar el régimen heredado del franquismo, todo ello sin pasar
por las urnas, no vaya a ser que el pueblo elija “República” y se les acabe el
chollo de las poltronas conseguidas durante la modélica Transición.
Para estos fines, han
contado con la inestimable ayuda de varios periódicos que no son otra cosa que
panfletos periodísticos y también las principales cadenas de radio y televisión
que son los actuales voceros del régimen. Todos ellos, han resaltado el papel
fundamental del rey como ejemplar y el del futuro monarca, como el mejor
“preparado” para esta labor.
Sin embargo, no contaban
que el pueblo iba a hablar donde mejor sabe hacerlo: en la calle. El lunes 2 de
junio, a través de las redes sociales y de una forma espontánea, surgieron
varias decenas de convocatorias en todas las plazas de las principales ciudades
del país (incluso en el extranjero) para reclamar un referéndum sobre la forma
de Estado.
El clamor republicano, baño
las calles con riadas de gente portando la bandera tricolor, y es que por mucho
que digan los antimonárquicos, la república une, no divide y el resultado de
las protestas fue tan espectacular que las concentraciones volvieron a
repetirse ayer sábado día 8. Otra vez, miles de personas se concentraron en las
calles para reclamar la abolición de la monarquía y la instauración de la
Tercera República por medio de un referéndum. Seguramente ambas protestas han
sido las mayores concentraciones republicanas, desde la proclamación de la II
República en aquel 14 de abril de 1931.
A grandes rasgos, la gran
diferencia es que en 1931 los partidos republicanos habían ganado las
elecciones y el rey Alfonso XIII huía despavorido del país. La monarquía de
hoy, tiene plantadas sus profundas raíces en el propio régimen heredado del
franquismo y como apoyo incondicional tiene a las dos grandes columnas
bipartidistas que la sostienen.
En cuanto a los partidos,
para el PSOE, la abdicación del rey resultaba por lo menos incómoda sobre todo
después del varapalo de las elecciones europeas y en pleno proceso de elección
de nuevo Secretario General tras la renuncia de Rubalcaba. El apoyo del PSOE a
la continuidad de la monarquía ha dejado el republicanismo del PSOE por los
suelos, el problema no era tanto que los barones como Rubalcaba, Felipe, Bono o
Jáuregui apoyen la monarquía, sino que ninguno de los candidatos principales a
la Secretaría General se ha postulado a favor del referéndum. Ni Susana Díaz,
ni Madina han alzado su voz a favor de la república ni del cambio de régimen.
Solo el candidato Pérez Tapias ha insinuado que es necesario un referéndum pero
sin llegar a concretar.
Por otra parte, Izquierda
Unida se ha volcado en el apoyo a la realización de un referéndum que consulte
a la ciudadanía si quiere República o Monarquía. Con ello ha logrado un espacio
político que otros partidos han abandonado o no han sabido liderar. Es el caso de
Podemos, el partido de Pablo Iglesias que decantó la invitación de IU para
hacer un frente antimonárquico, junto a otros partidos minoritarios. El partido
de Iglesias, evita hablar de República, aunque sus argumentos nos conducen a
ella.
Si nada lo impide, el
próximo 19 de junio, el príncipe Felipe será coronado como nuevo rey de España.
Lo hará a dedo, como lo hizo su padre cuando fue elegido por el dictador
Franco, sin el apoyo ni la simpatía popular, pero con la legalidad que el
régimen postfranquista le concede. Sin embargo, le faltará lalegitimidad
democrática, esa que sólo puede otorgar el pueblo en las urnas.
Tras las multitudinarias
manifestaciones pro republicanas que se han producido, los partidarios de la
república han perdido la gran oportunidad de hacer una declaración
institucionalizada sobre la ilegitimidad de la monarquía y hacer una proclama
por la restitución de la legalidad republicana.
Con los aires de libertad y
república presentes en las calles, habrá que esperar si la monarquía, tal cual
residuo franquista perdura o si se convierte en un estrepitoso fracaso, todo
parece indicar que 40 años de dictadura y 38 de propina ya han sido más
suficientes.
Importante hacer hincapié
para que los partidos afines a la República, hagan un esfuerzo de unidad,
dejando claro a la ciudadanía lo que se persigue, y para ello también es
importante que tanto IU, PODEMOS, Frente Cívico y otros colectivos, se sienten
en una mesa y formen un frente por la proclamación de la Tercera
República.
Luis Egea
Fuente: http://www.ecorepublicano.es/
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