BY EL COMUNISTA on AGOSTO 29, 2013
Creado por Lucas León Simón.
Blog del autor: http://lucasleonsimon.wordpress.com
La crisis general ha devuelto el fascismo a los
ojos. Ve uno a esos cachorros de Hitler envueltos en banderas que huelen a
sangre derramada, mofándose de ancianos estafados o saludando brazo en alto y
cree que la inmundicia, resucitada, nos invade.
Siempre han estado ahí. Cuando la vaina de la
“transición” pasó por ellos, sólo se enquistaron. Se hicieron “demócratas” para
invernar. El fundador de su partido, que arrancaba los teléfonos que le daban
malas noticias, fue ministro de lo intangible, camisa azul y siempre le sobraba
media España. La calle “era” suya y suyos los destinos de sus compatriotas,
como los de la Catedral de Vitoria o Montejurra.
Fundó un partido que en realidad no era un partido: era
la extensión temporal de un régimen caduco. Solo faltaba que la prensa de los
banqueros, los defraudadores fiscales, los rancios empresarios esclavistas le
jalearan o financiasen.
Y ahí los tenemos. Subidos a sus mayorías obtenidas con
financiación ilegal y sobresueldos, con donaciones y arrogancia de chulillos
del macarrón. Y no son una minoría dentro de una organización modélica y
democrática, son la mayoría, porque lo llevan en los genes. Un día sale un
alcalde gallego justificando genocidios y otro un portavoz parlamentario,
atropellando a la justicia, a la historia y a la verdad, adjudicando la
responsabilidad del “millón” de muertos a la República. Y equiparando, con
ausencia de información y conocimiento, a una bandera, legitimada con
democracia y sangre, con un trapo criminal agangrejado.
El resultado de todo esto, es que esta sociedad ha
desandado a marchas agigantadas el túnel de tiempo. Vivimos ochenta años atrás.
Y como entonces una alianza de las oligarquías y la Iglesia está torturando y
aprisionado al pueblo y a las clase populares.
Y sus cachorros, ansiosos de razias, revientan de
fascismo en sus sedes, pintan los ruedos con leyendas que son un dislate para
la humanidad o sus portavoces principales ofenden a miles y miles de muertos.
Conviertan a las víctimas en verdugos y sigue disfrutando su escaño.
Tengo la absoluta confianza que esta tendencia, esta moda
social es coyuntural y que pasará. Y que la próxima vez ya no habrá
“transiciones” y “reconciliaciones”, y que los asesinos del brazo en alto y sus
cachorros, soltados como cangrejos saliendo del nido común, serán,
definitivamente juzgados y ajusticiados.
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