Para ilustrar el malestar que había dejado en la curia episcopal la Ley
del Divorcio, César Lucas se trasladó a Toledo
Procesión
del Corpus Christi en Toledo. / CÉSAR
LUCAS
Hay fotos
que no envejecen. Las guardas en un cajón y cuando vuelves a mirarlas cobran
nueva vida. La imagen que reposa sobre estas palabras se realizó, en 1981 poco
después de aprobarse la Ley de Divorcio, pero bien mirada sigue teniendo su
punto de actualidad. César Lucas (1941, Cantiveros, Ávila) ya era director de
fotografía deInterviú y pasaba muchas horas editando las fotos de
los demás pero seguía saliendo a la calle a la caza de noticias. Para ilustrar
el malestar que había dejado en la curia episcopal la polémica ley se trasladó
a Toledo. Eligió la procesión del Corpus Christi, con el ambiente propio de la
celebración y la estética religiosa, para reflejar ese descontento
gráficamente. Lucas solía confundirse entre la gente —en todas sus fotos los
protagonistas son personas— y desde ese anonimato disparaba sobre su objetivo.
La foto elegida no llegó a publicarse, tampoco el reportaje, pero contenía
todos los elementos que buscaba: los tres sacerdotes con las casullas doradas,
las velas encendidas, el escaparate de la tienda de fondo, donde solo falta un
sostén o unas bragas, y los flecos del mantón que acarician el cartel con el
rótulo: liquidación por reforma. Vista ahora, la foto da para más de los que realmente
es. Llaman la atención dos cosas. Por un lado, que no es tan corriente cruzarse
con sacerdotes ataviados con toda la parafernalia fuera de los templos y, por
otra, el cartel que lo enmarca todo. Si dejamos de lado por un momento la
distancia que nos separa de la fotografía, la escena podría servir para
ilustrar la situación actual de la Iglesia Católica, en pleno cambio tras la
llegada del papa Francisco.
Fuente: www.elpais.com
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