EFE
Alicia G. Arribas 26/08/2013 12:20 Actualizado: 26/08/2013 12:38
Fotografía facilitada
por Agallas Films, del cartel de película 'Lobos sucios'. EFE
La
productora gallega Agallas ha convencido al ICAA (Instituto de la
Cinematografía y las Artes Audiovisuales) para que subvencione en parte su
primer largometraje, 'Lobos sucios', que recupera un episodio desconocido
de la historia gallega: la presencia de nazis en las minas de wolframio de
Casaio.
'Lobos
sucios' fue la segunda mejor propuesta considerada por el ICAA en el listado de
películas que, sobre proyecto, recibirán ayuda del Ministerio, un dinero que se
otorga según su especial valor cinematográfico, cultural o social y por la
incorporación de nuevos realizadores, cláusulas, todas ellas, que se cumplen en
este "thriller" histórico.
Todos
los miembros del equipo, desde el director, el coruñés Simón Casal de Miguel,
de sólo 29 años, a la productora ejecutiva Paula Cons, también responsable del
guión, proceden de la televisión, aunque Casal de Miguel es asimismo
cortometrajista y fotógrafo, además de asistente de producción y dirección de
cine.
Con
un presupuesto de 1.796.714 euros, de los que el ICAA aportará 452.020,
'Lobos sucios' -que ya tiene como socio a la productora belga Left Field
Ventures- cuenta con el apoyo "y no sólo económico", precisa Cons, de
la Televisión de Galicia, de Canal Sur y del AGADIC (Axencia Galega das
Industrias Culturais).
Siempre
ha sido difícil sacar adelante un proyecto de cine, explica la productora
ejecutiva, pero ahora "en los tiempos que vivimos, una película es más que
un proyecto industrial, es que te va la vida", afirma.
Aunque
'Lobos sucios' tiene su origen en un corto documental que hizo en 2006 Felipe
Rodríguez Lameiro, guionista junto a Cons y Noelia del Río de esta versión en
largometraje, la historia original giraba en torno a un maquis huido de las
minas, Miguel Ángel Cárdeñas.
En
esta nueva interpretación, explica Cons, la película se contará desde el punto
de vista de una mujer, "una minera, madre de un hijo enfermo capaz de
cualquier cosa para salvarlo", una mujer que existió y se llamaba Manuela
del Valle.
Bombas para la II Guerra
Mundial
Ocurre
entre 1944 y el final de la Segunda Guerra Mundial en "el fin del
mundo", dice Cons, "un sitio escondido de los montes orensanos, el
bosque del Teixadal, donde se oculta una mina de wolframio explotada por los
nazis con la connivencia del franquismo".
La
película recupera un episodio desconocido de la historia gallega
"Imagínate
el pueblo: lleno de analfabetos y muertos de hambre que, de repente -añade-, se
ven cambiando la historia de la humanidad, porque ese wolframio que salía de
Galicia era el mismo con el que se fabricaron las bombas que cayeron sobre
Londres, era un material vital para los alemanes".
Y
también lo era para los aliados, lo que llenó los bosques de espías. Y todo eso
es real, sucedió en Galicia, enfatiza.
"No
queríamos hacer una película política, ni tampoco otra historia sobre la Guerra
Civil; queríamos contar cómo en un pueblo pequeño y perdido de Galicia se podía
estar decidiendo el destino de la Segunda Guerra Mundial", apunta la
guionista.
"Queríamos
contar cómo en un pueblo de Galicia se podía estar decidiendo el destino de la
guerra"
"Wolf-ram"
significa en alemán "Lobo sucio", un juego de palabras que sirve para
contar una historia de solidaridad; también de un amor a tres bandas,
desvela Cons, que insiste en defender su "thriller" como "una
película luminosa y entretenida": "no queremos que la gente salga
hundida del cine, todo lo contrario".
En
fase de preproducción, la película se rodará en 2014.
"No
hay que rendirse, hay que confiar en tu proyecto y entender que hay que salir
(de España a buscar financiación), que necesitamos al socio
internacional", recomienda la productora como fórmula para sacar adelante
una película, porque "solos ya no se puede".
Fuente:
www.publico.es
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