Sin visos de
cambios o
apariencia de desgaste tras el periodo estival. El presidente está “como siempre,
muy tranquilo”, a ojos de un integrante del Consejo de Ministros, el primero
tras el parón vacacional. ¿Crisis de Gobierno? “En eso no estamos”, en palabras
de Soraya Sáenz de Santa María. Incluso Miguel Arias Cañete desechó
que piense en la candidatura europea o andaluza como tanto se ha escrito estos
días. Y, por supuesto, ni un solo cambio en la estrategia diseñada por Moncloa,
y que en ocasiones tanto ha molestado en círculos populares, para dar respuesta
al caso Bárcenas.
Una consigna
que pasa, básicamente, por blindar todo lo que se pueda al Ejecutivo
ante la presunta trama de corrupción que afecta al partido que le sustenta y
que lleva meses perturbando su día a día, amén de que forzó a Mariano
Rajoy a dar explicaciones en el Senado. El Gobierno, suelen repetir los
fontaneros gubernamentales, “trabaja sin descanso” para sacar a España
de la crisis -los datos, dijo este mismo viernes la vicepresidenta, apuntan a
la recuperación- mientras los tribunales trabajan sin presión política sobre los
casos abiertos, incluido al que afecta al PP.
Así, en su
regreso, Sáenz de Santamaría no se saltó una coma de esa línea de acción. Al
contrario, fue más escrupulosa si cabe en su cumplimiento estricto. Nada de
titulares sobre esta cuestión: “El Gobierno tiene que respetar los
procedimientos judiciales abiertos y no valorarlos”, fue la base expuesta
por la portavoz de Rajoy en el Ejecutivo. La misma que semana tras semana
utilizó antes del mes de agosto para dar portazo a las cuestiones relativas al
extesorero popular. Se le preguntó expresamente por el borrado de los discos
duros de los dos ordenadores de Luis Bárcenas: “Tampoco
podemos entrar a valorar las decisiones de los partidos” cuando “están actuando
como empresa”, zanjó. Esto es, “serán los jueces los que tendrán que
decidir”.
El
presidente demuestra de esta forma que no tiene intención de un cambio brusco.
Acudió al Senado, dónde se disculpó por confiar tanto tiempo en Bárcenas
-otrora, incluso, su hombre de confianza-, pero los resultados han sido escasos
a su favor. Y, con la vuelta a la rutina, intenta de nuevo proteger al gabinete
gubernamental. A Sáenz de Santamaría se le repreguntó si cree que el PP está
ayudando a la Justicia borrando datos claves de unos ordenadores solicitados
por Pablo Ruz: “No puedo añadirle más. No me corresponder a
mí valorar procedimientos judiciales”, contestó. Esto es, “los jueces
decidirán” y los populares esperan un archivo de la causa.
Mientras, en
el PP, algunos cargos observan con cierto malestar esta puesta de perfil. No es
nueva la queja, más aún cuando constatan que la vicepresidenta está aguantando
mucho mejor la crisis políticas que otros primeros espadas. Es una opinión
generalizada. “Todo el mundo habla mejor de ella”, llegó a afirmar un miembro
de la dirección nacional. Los populares esperan acontecimientos bajo la
máxima de que “algo hay que hacer” mientras Javier Arenas centra
todos los comentarios.
Este sábado, el presidente inicia
formalmente el curso político con el tradicional mitin de Sotomayor (Pontevedra).
Su silencio ha sido sepulcral estas semanas, desde que concediera una breve
rueda de prensa tras despachar con el Rey en Palma de Mallorca. En Galicia,
“informará de su hoja de ruta” pero “no tiene por qué hablar de Bárcenas”, en
voz de uno de sus asesores. Irremediablemente sí tendrá que afrontar el caso el
lunes, cuando ha citado el Comité Ejecutivo, del que forman parte los barones
regionales.
libertaddigital.com/
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