Diego Cañamero, que también participaba en esta acción, ha justificado la iniciativa asegurando que "hay miles de familias que no pueden comprar material escolar" de cara al inicio del próximo curso. La protesta finallizó sin que se produjera ningún tipo de incidente
Cerca de las 11.00 de la mañana más de un centenar de miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) se concentraba en los aparcamientos de la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla. Alguien daba la señal y una hilera de coches salía hacia el cercano Carrefour del barrio de Montequinto, en el término municipal de Dos Hermanas y limítrofe con la capital hispalense. Casi sin tiempo para aparcar los vehículos, se producían las primeras carreras hacia la puerta del hipermercado, de donde varios integrantes del sindicato jornalero sacaban ya, de forma apresurada, “entre ocho y diez” carritos de la compra cargados de material escolar básico: libretas, lápices, ceras de colores….
Sánchez Gordillo, parlamentario de IU, no ha participado en esta acción
“Llama al 091, llama”, gritaba un guardia de seguridad. A las puertas del centro comercial comenzaba a escucharse las primeras consignas: “Contra el paro, lucha obrera”, gritaban una y otra vez los miembros del sindicatos. Mientras tanto el material escolar “expropiado”, era cargado en diferentes vehículos. “Gastos militares para escuelas y hospitales”, seguían coreando los miembros del SAT, mientras clientes y trabajadores del Carrefour observaban con atención el desarrollo de los acontecimientos a la espera de la llegada de la Policía Nacional.
El portavoz nacional del sindicato, el histórico líder jornalero Diego Cañamero, se colocó en la puerta de entrada y justificó esta nueva “acción simbólica” del SAT. “Dos millones de andaluces y andaluzas están en situación de pobreza y 400.000 familias no reciben ningún tipo de ayudas, y ahora cuando empieza el colegio ven cómo sus hijos no pueden llevar los zapatos, no tienen bolígrafo, no tienen libreta… no tienen absolutamente nada y eso es injusto”, clamaba Cañamero, a la vez que denunciaba “la estafa” del sistema y “el robo” que supone el pago de la deuda pública. Según su explicación, “el material será repartido en colegios y entre familia que lo necesiten”.
Responsables de Carrefour aseguraron que no se presentará denuncia contra el SAT
Una vez finalizado el breve discurso, Cañamero dio indicaciones para abandonar el aparcamiento antes de que llegara la Policía. En cuestión de un par de minutos el aparcamiento del centro comercial quedó desierto y los coches de los sindicalistas y jornaleros se cruzaban a la salida con dos vehículos de la Policía Nacional, de los que los agentes se bajaron de forma veloz para intentar controlar lo antes posible la situación.
SIN INCIDENTES Y SIN DENUNCIA DEL CARREFOUR
“¿Ha habido alguna agresión o forcejeo?”, fue lo primero que preguntó el policía que se puso al frente del dispositivo. La respuesta de los responsable del hipermercado fue negativa. A diferencia del verano de 2012, en el que miembros del SAT se llevaron de un Mercadona de la provincia de Sevilla varios carros con comida, en esta ocasión no se produjo ningún tipo de altercado ni rifirrafe con los trabajadores de la gran superficie. Tampoco ha participado el parlamentario de Izquierda Unida Juan Manuel Sánchez Gordillo.
La Policía rodeó dos furgonetas blancas. Resultaron ser de unos albañiles. En su interior ni rastro de material escolar.
Según informó un responsable de la cadena de hipermercados, esta no va a presentar ninguna denuncia contra el SAT. “No ha habido ningún incidente, y no se va a denunciar”, afirmó a Andalucesdiario.es.
Mientras tanto, y con los miembros del sindicato ya lejos del Carrefour, varios agentes rodeaban dos grandes furgonetas blancas. Junto a ellas había varios de los carros que habían sido utilizados para transportar el material escolar. ”Ya se han ido todos. Hay dos furgonetas blancas y vamos a comprobar si está aquí el material requerido”, informaba un agente a través de su walkie-talkie.
Tras varios minutos de espera, un albañil, que estaba en plena faena de echar cemento, tal y como atestiguaban sus verdes y altas botas de agua, llegaba para abrir los dos vehículos. Ni rastro de bolígrafos, ni lápices, ni libretas. Como los miembros del SAT, el material sacado del Carrefour ya estaba lejos.
Según Cañamero “se trata de una acción simbólica, para denunciar los recortes en educación y lo mal que lo están pasando las familias. Se ha realizado en el Carrefour igual que se podía haber hecho en un Lid´l, un Mercadona o cualquier otro”
Fuente: http://www.andalucesdiario.es/
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