31
de octubre de 2013
El acto de homenaje que mañana rendirá a sus seres queridos la
Agrupación de Familiares de las Personas Asesinadas en los montes de La Pedraja
(Burgos), tendrá en esta ocasión connotaciones especiales. Muchos de los
asistentes llegarán a este paraje, que se adecentó tras las exhumaciones en las
dos fosas comunes localizadas, con la serenidad de haber identificados a una
docena de familiares y con la esperanza de que las pruebas que siguen
realizándose puedan concluir con nuevas identificaciones.
Así, según espacia Miguel Ángel Martínez, presidente de la Agrupación,
hasta ahora se han identificado 12 cuerpos que pertenecen a personas
desaparecidas y posteriormente asesinadas, vecinos de las localidades de Santo
Domingo de la Calzada (Damián Sáez); Castañares de Rioja (Saturnino García,
Bonifacio Ostiategui y un hermano de Matías Rioja); Miranda de Ebro (Félix
Romero, Benigno Marín y Gerardo Alcón); Bujedo (los hermanos Martín, Cipriano,
Victoriano y Esteban Casabal) y Briviesca (Rafael Martínez Moro). Precisamente,
este último es abuelo del propio Miguel Ángel Martínez Movilla, quien no ha
cesado en su lucha por hacer justicia por éste y el resto de fusilados.
En las dos fosas exhumadas en 2010 y 2011 en La Pedraja se recuperaron
135 cuerpos. Hasta ahora se han realizado las pruebas de ADN, cotejándolas con
familiares que buscaban a sus seres desaparecidos en este monte, en 94 cuerpos.
Los resultados han dado positivo en una docena; los trabajos siguen adelante y
quedan por realizar análisis en otros 41 cuerpos.
Para Martínez Movilla, la identificación de su abuelo supone una «tranquilidad
espiritual» para él, su padre y sus tíos; éstos vieron a su padre por última
vez cuando apenas contaban con edades entre los 6 y los 13 años. Por otra
parte, Martínez lanza un mensaje a las autoridades, especialmente a los
ministros de Interior y Justicia, a quien pide una mayor sensibilidad con estas
víctimas, al menos, dice, tanto como mostraron hace unas semanas en el acto de
beatificación multitudinarios celebrado en Roma, «que merece todo mi respeto»,
añade. «Si aquellos fueron mártires y santos, éstos también lo son; eran en su
mayorías padres de familia, con hijos de corta edad y una gran obligación de
educar y sacar adelante a sus familias», recalca, y pide que acometan «con
dignidad los trabajos de recuperación y reparación de todos los españoles que
todavía permanecen en fosas comunes».
Fuente: www.diariodeburgos.es
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