miércoles, 2 de octubre de 2013

UN «NIÑO» EMIGRANTE DE CEE MUERTO A MANOS DE LA DICTADURA ARGENTINA

Manuel Ramón Souto Lestón fue rescatado esta semana del olvido gracias a las pruebas de ADN sobre los restos óseos hallados en un cementerio de Buenos Aires
S. G. RIAL
Carballo / la voz  02 de octubre de 2013  10:54

Compañeros de militancia. Manuel Ramón Souto Lestón es el segundo por la izquierda, junto a un grupo de amigos y compañeros de militancia del PRT. ARCHIVO DE LOIS PÉREZ LEIRA
Manuel Ramón Souto Lestón fue rescatado esta semana del olvido en el que permanecen muchos víctimas de la dictadura argentina (1976-1983), contra el que luchan desde hace lustros familiares y activistas de los derechos humanos. Gracias a las pruebas de ADN sobre los restos óseos hallados en un cementerio de Buenos Aires, se ha podido identificar a un obrero chapista, militante del Partido Revolucionario de los Trabajadores, secuestrado en 1976, y posteriormente asesinado.
Había nacido en A Cabaleriza, en la parroquia ceense de Toba, en enero de 1946. Su padre emigró a Argentina poco después, y él le siguió con su madre (con la que acabaría viviendo, tras la separación de los progenitores) y abuela cuando tenía 13 años.
Hace ya mucho de eso, y en Cee solo queda el recuerdo de esta familia. Domingo Blanco Fandiño, que sería su primo tercero (la abuelas eran hermanas) también reside en A Cabaleriza y conoce bien la triste historia de Ramón, tanto por lo que se contaba en casa como por lo que le relataban sus familiares emigrados que vivían cerca del joven.
«Deles aquí xa non queda nada, as terras e os bens que tiñan vendéronnolos todos a nós, e o único que se conserva é unha lápida que pertenceu á súa bisavoa», explica, en la que seguramente también está enterrado un hermano de Manuel, que murió de niño, aún en Cee.
Domingo no llegó a conocer a su primo, por la diferencia de edad, y no le consta que la familia haya hecho viajes para conocer su tierra de origen (el padre del fallecido era originario de Camariñas). La noticia del descubrimientos de los huesos le sorprendió.
Quien ha indagado en la historia de Manuel y de otras víctimas gallegas de la dictadura es es el escritor e investigador Lois Pérez Leira. Junto a Mónica Lázaro Jodar publicó en el 2007 (Bauprés) el libro Galegos: Víctimas do xenocidio arxentino.
Para conocer la vida de Souto se entrevistó con su única única hija, que reside en Argentina, y que tenía dos meses cuando su padre, y también su madre, Marta Susana Caro, originaria de Tucumán, fueron asesinados. La abuela ceense de la pequeña, Carmen Lestón Blanco, tuvo que hacerse cargo de la niña y nunca dejó de indagar el paradero de su hijo. Ya no lo sabrá, porque falleció en el 2004.
Pérez Leira, miembro de Nova Esquerda Galega, pidió ayer al Gobierno español y el rey que se «disculpen cos familiares das vítimas» por no haberlos defendido, además de reprochar el papel jugado durante los años de la dictadura.
Reclama además que se den a conocer los archivos de la embajada en Argentina con las denuncias de los compatriotas secuestrados y desaparecidos, y que los familiares se beneficien de la ley de apoyo a las víctimas del terrorismo.




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