Por Pedro Luis Angosto | Gallardón dijo que su suegro, el
exministro franquista José Utrera Molina, falangista y secretario general del
movimiento, era una de las personas más extraordinarias que había conocido en
su vida.
nuevatribuna.es | Pedro Luis Angosto | 01
Octubre 2013 - 19:25 h.
Gallardón, junto a su mujer y su suegro,
José Utrera Molina.
Hace unos meses, el ministroAlberto
Ruiz Gallardón fue entrevistado en la cadena de televisión
ultrademocrática Intereconomía. En el curso de la interviú, Gallardón dijo que
el también ministro franquista José Utrera Molina, falangista y
secretario general del movimiento, era una de las personas más extraordinarias
que había conocido en su vida, un ejemplo único para quienes se dedican a la
política y el político que más había dado a los demás por menos. No sé por qué,
pero al oír las declaraciones del Sr. Gallardón se me vino a la cabeza una
conjetura fácil: ¿Habría sido posible que Ángela Merkel –aunque
así lo sienta- hubiese expresado de ese modo su admiración por Hitler,
Goering, Keitel o Goebbels? Indudablemente no, luego estamos ante una
anormalidad, una aberración histórica. Ministros de la democracia borbónica
comparecen en público para hacer panegíricos de ministros franquistas que se
enorgullecen de serlo, y no pasa absolutamente nada.
Al no
romperse con la dictadura mediante los pactos de la transición, los modos y
costumbres, la moral y los hombres de aquellos tiempos oscuros han llegado a
nuestros días
Las palabras de Gallardón no
sorprenden a nadie porque cualquier persona mínimamente preocupada por la cosa
pública sabe que Gallardón era uno de los favoritos de Manuel
Fraga, ministro franquista y fundador del Partido Popular en el que siempre
militó; porque ni un solo ministro del actual Gobierno ha condenado la tiranía
franquista; porque el Partido Popular se ha negado sistemáticamente a que el
Congreso haga una declaración en contra de ese régimen criminal que todavía
condiciona nuestras vidas. Y es natural, no se les puede pedir otra cosa,
mamaron franquismo, lo aceptaron y hoy sólo saben hacer franquistadas. Lo que
no es natural es que los grupos políticos antifranquistas sigan compartiendo mesa
y mantel con quienes un día de 1936 decidieron acabar con la democracia a
cañonazos y hoy se niegan a que sepamos la verdad y se repare a las víctimas de
la dictadura más feroz y larga de Europa.
El franquismo se caracterizó sobre todo
por su crueldad sin límites, pero también y al mismo tiempo por ser un régimen
absolutamente corrupto dónde todas las concupiscencias eran posibles sin que
ocurriese nada. Al no romperse con la dictadura mediante los pactos de la
transición, los modos y costumbres, la moral y los hombres de aquellos tiempos
oscuros han llegado a nuestros días y han impuesto una política putrefacta que
nos hace desayunar cada mañana, todos los días del año, con una decisión
ministerial o un escándalo mayor que el de la mañana anterior. En España,
gracias al ladrillazo de Rodrigo Rato, José María Aznar, Mariano Rajoy y
compañía se desmanteló el tejido industrial, se creó una red de corrupción de
tal envergadura que es difícilmente comprensible en un país en el que las
instituciones democráticas estuviesen vivas. De aquella política cementera vino
la quiebra de muchas de las mayores instituciones financieras del Estado: Caja
Madrid, Bancaja, Caixa Galicia, Caixa Catalunya, Banco de Valencia, Caja del
Mediterráneo y el Estado tuvo que salir en su socorro para evitar –dicen- el
colapso: Sin embargo, el colapso se habría evitado igualmente disolviendo todas
esas entidades y otras también dañadas y creando en su lugar una banca pública
que garantizase los ahorros de los impositores. No se hizo así, y las entidades
con otro nombre siguen vivas y sus dirigentes, en vez de estar en la cárcel
para mucho tiempo, siguen su vida de lujo y despilfarro como si aquí no hubiese
pasado nada, exactamente igual que pasaba en el franquismo con esas “cosillas”.
Los funcionarios públicos, pieza
fundamental del engranaje de una democracia, reciben los sueldos más bajos de
Europa. Nada tuvieron que ver con la crisis, pero sobre ellos se ceba un día y
otro el Partido del Gobierno como si todos fuesen hijos deRodrigo Rato y
tuviesen que pagar por él lo que el padre debe. Se había logrado una
Administración profesional, las decisiones del PP respecto a los funcionarios
sólo conseguirán desmoralizar a los trabajadores públicos y crear la
inseguridad que sus políticas están creando en todos los trabajadores. El
funcionario –par los franquistas- sólo está para obedecer y no rechistar.
Un tal Bárcenas llevaba
no sé cuantos años como Tesorero del Partido Popular, hablaba con todos,
bailaba con todas, pero nadie lo conocía aunque su despacho estaba en Génova y
su jefe era Rajoy. Sin embargo, ha manejado millones y millones de
euros, ha repartido sobresueldos hasta en Los Hodres, pedanía casi deshabitada
de mi pueblo, y aquí como en el Caso Aceites Redondela, no pasa nada. Ni los
Noos, ni los Millet, ni los Palau, ni los EMARSA, ni los Camps, Barberá, Pujol,
Carceller, Castedo, Alperi, Milagrosa, Loterías, Metro-Valencia, Madrid-Arena,
Olimpiadas, son responsables de nada, las cosas pasan por la Predestinación y
nadie tiene culpa de nada. La economía nacional está en manos de la Banca que
nos arruinó, a ella se le presta al 1% y compra deuda del Estado al 4%, sus
ejecutivos y consejeros delegados, pese a demostrar su estulticia, su codicia y
pésima gestión, son los mejor pagados de Europa, eso sí, como están interesados
en quedarse con la Caja de las Pensiones Públicas, impulsan la creación de
Fondos de pensiones particulares mediante desgravaciones de todo tipo en el
impuesto de la renta. La Sanidad Pública funciona, pero es mejor que no
funcione y que las listas de espera quirúrgica lleguen hasta las doscientas
cincuenta mil personas para hacer ver, con la ayuda del Rey que siempre acude a
“clínicas”, que urgente privatizarla y entregársela a los dueños de todo para
que funcione como ha funcionado la banca durante el ladrillazo. Igual sucede
con la Educación, con la Investigación, con la electricidad, con las políticas
sociales: El ciudadano no es tal, sino un pagano, un ser amorfo al servicio del
Gobierno y la oligarquía que con él va. Si protesta, si se queja, si alza la
voz, un enemigo peligroso al que hay que neutralizar del modo que sea, incluso
con la fuerza de las porras en las cabezas o de las balas de goma en los ojos.
La ley del aborto que prepara Gallardón,
al igual que la de tasas judiciales, que el código penal nuevo, nos colocan en
periodos anteriores a la Constitución, y está claro, lo hacen por nuestro bien,
porque nosotros no sabemos lo que queremos ni estamos en condiciones de
dilucidar que es bueno y que es malo. La Contrarreforma Laboral que permite
contratar a una persona por unas horas, tener aprendices casi gratis y despedir
por una bolsa de patatas fritas y poco más, no tiene por objetivo aumentar la
explotación ni empeorar las condiciones socio-laborales, sino que vela por
nosotros ya que en tiempos de crisis el ocio es peligroso y es mejor estar todo
el día trabajando o en el sofá de casa viendo la TDT y pudriéndote en vida. Qué
importa que la matrícula universitaria valga dos mil euros, nadie obliga a ir a
la Universidad, además para lo que vale, que su hijo se haga torero que ya nos
encargamos de pasarlo por la Televisión Pública, que para eso es nuestra. Qué
importa que un recurso de inconstitucionalidad contra el Estatuto de Catalunya
presentado por quienes nos mandan haya abierto una brecha de consecuencias
difíciles de calcular si en última instancia tenemos los tanques, nada, somos patriotas
franquistas, siempre uniendo, sumando voluntades… ¿Seis millones de parados? ¿Y
qué? La mayoría viven con sus padres o sus abuelos y trabajan en la sumergida,
peor está Cristina en Suiza. ¿Las pensiones? Se vive demasiado y eso no es
bueno. Que el déficit público es galopante, pues nada subimos el IVA a la
cultura hasta el 21%, cerramos locales dónde trabajan y acuden rojos, y dejamos
el del Fútbol y los toros al 10%. ¿El impuesto de la renta? Qué va eso no se
toca, lo tenemos sólo para los que usan algo tan anticuado como la nómina, ¿no
querrán ustedes que los ricos paguen? Bastante tienen con administrar sus
bienes y los nuestros…
En fin, tenemos un gobierno que ha
presentado unos presupuestos en los que la partida para investigaciones
militares sube un 39,5%, y la de investigación, esa que afecta a las
enfermedades, al I+D+i, un 1,5; que, aunque no pase nada, ha armado a la
policía hasta los dientes dándole instrucciones bastante claras respecto a las
protestas. Un Gobierno al que sólo importa, como bien decía su Presidente en El
Faro de Vigo, las estirpes, las buenas estirpes, y nada el interés general. Al
país corresponde poner punto y final a este reverdecer del franquismo que
amenaza con sumirnos a todos de nuevo en la profunda oscuridad de “La longa
noite de Pedra” de que hablaba el gran poeta Celso Emilio Ferreiro.
Fuente: http://www.nuevatribuna.es/
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