jueves, 2 de enero de 2014

PALABRAS DEL EMBAJADOR DE CUBA EN EL HOMENAJE A LOS BRIGADAS INTERNACIONALES CUBANOS QUE LUCHARON EN LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA

Artículos de Opinión | Alejandro González, Embajador de Cuba en España | 31-12-2013 |
Buenos días:
Agradezco la presencia hoy de nuestros amigos e invitados a punto de finalizar un año cargado de acontecimientos.

Se ha podido registrar que durante la guerra civil española combatieron del lado republicano ciudadanos de al menos 54 países. Siento que el pueblo español debió estar muy orgulloso de esta masiva convocatoria, aunque no fuese suficiente para alcanzar la victoria contra un adeversario poderoso.
Todos ellos merecen ser recordados y a todos rendimos nuestro permanente homenaje.
Hoy pido acepten referirme sólo a los jóvenes cubanos que aquí en España, como diría Pericles “con obras probaron su valor”; a los jóvenes que no dudaron en lanzarse a la gran batalla de su tiempo, defendiendo la tradición de internacionalismo que Cuba ha promovido y representado hasta el límite de lo humanamente posible.
Habría que recordar que apenas 38 años antes del inicio de la Guerra civil en España, cubanos y españoles se enfrentaban en un campo de batalla. De ahí, que la presencia de los voluntarios cubanos sea aún más extraordinaria. Debió estar en el ideario de aquellos jóvenes la presencia en Cuba de extranjeros que acompañaron nuestras luchas. El Instituto de Historia de Cuba ha identificado a 10 españoles que alcanzaron los grados de general del Ejército Libertador cubano y en las tres guerras pelearon en las filas mambisas más de 3 mil españoles. El Jefe del Ejército cubano era dominicano: Máximo Gómez y su ayudante un español, como lo fue el abanderado del Consejo de Gobierno de la República de Cuba en Armas. El último ascenso firmado por el General Antonio Maceo, un día antes de su muerte, fue a Plácido Vázquez, desertor del Ejército Español, que había servido bajo las órdenes directas del general Arsenio Martínez Campo. El estado mayor de Maceo tuvo al General de División catalán José Miró Argenter como uno de sus héroes.
Amigos e invitados:
Las publicaciones más conocidas sobre la Guerra Civil Española han reconocido muy poco la presencia latinoamericana.
Un ejemplo, es que hoy por primera vez en este cementerio se coloca una placa que honra a latinoamericanos.
Y ahora mismo deseo agradecer la dedicación, el cariño, la entrega, con que varias personas han asumido este deber con la historia de Cuba y de España. Al Foro de la Memoria Histórica, a la Fundación Domingo Malagón, a la Asociación “Playa Girón” de cubanos y cubanas residentes en la Comunidad de Madrid y la Asociación de Amistad Hispano-Cubana "Bartolomé de las Casas". En particular a Eusebio, a Luis y su esposa Mary, quienes tras encontrarse con el periodista cubano Iroel Sánchez asumieron como una misión victoriosa colocar esta simbólica tarja. Ellos llevan días de un lado a otro, para que dignamente se recordara a los cubanos como a otros combatientes. Pido un aplauso para ellos, en contra de la voluntad de Eusebio a quien siempre no le puedo hacer caso!
¿Cuántos cubanos vinieron a luchar por la República en España?
Ruego su benevolencia para hacer un poco de relato.
He llamado a La Habana a la licenciada María Sánchez Dotres y a su cónyuge el escritor Enrique Cirules. María, una heroína, no sólo por demostrar el valor de Cuba en esta batalla, sino porque fue combatiente del Ejército Rebelde que derrocó la sanguinaria dictadura de Batista, ingresó a la Sierra Maestra en diciembre de 1957 en la Columna No. 4, comandada por el Ché; y es fundadora del III Frente Oriental Mario Muñoz Monroy, a las puertas de Santiago, bajo la jefatura del Comandante Juan Almeida Bosque y como tal participó en la invasión hasta Occidente como parte del III Frente. María, ahora convaleciente de una operación, me estimuló a recordar a la juventud cubana, porque ella se ha dedicado a reivindicar a cada uno de los cubanos que aquí lucharon; ha dedicado sus fuerzas a encontrar cada uno de los anónimos combatientes cubanos y con esa entrega ha regalado a Cuba el conocimiento de un pedazo maravilloso de una historia que no podemos permitir que se pierda en el tiempo.
Me explica María, que hay tres investigaciones cubanas que se han dedicado a este tema. La primera, la de Ramón Nicolau, que fue el organizador, el jefe de la comisión de reclutamiento que, desde La Habana, enviaba a los valientes a España. Esta investigación se publicó en 1981, en el excelente libro “CUBA Y LA DEFENSA DE LA REPUBLICA ESPAÑOLA: 1936-1939, donde Nicolau llegó a identificar a 735 combatientes cubanos; y la segunda, la del profesor Alberto Bello y el periodista Juan Pérez Díaz, que publicaron en 1989, donde ofrecen un listado de 710 combatientes cubanos que lucharon por la República.
Pero la licenciada María Sánchez Dotres y su esposo el célebre escritor Enrique Cirules, profundizaron y escudriñaron donde no se había llegado. Visitaron por meses los archivos de la COMINTERN en Moscú y con ello lograron documentar a mil 412 cubanos que cruzaron el Atlántico para defender la batalla por la democracia y la dignidad. Hay otros 50 que María y Cirules saben que vinieron, pero hasta que no encuentren la documentación no lo confirman. Es el rigor de la historia unido al rigor del combate.
La cifra hace que la cubana puede representar proporcionalmente la mayor presencia en la contienda bélica con relación a la población de su país.
María me ha dicho que de los mil 412 combatientes que se identificaron llegaron a España por cuatro vías o grupos diferentes:
Un grupo lo conformaron los que salieron directamente desde La Habana, a través de la comisión de reclutamiento que dirigía Ramón Nicolau que envío hacia este país, de manera clandestina, a unos 850 hombres.
El segundo grupo lo integraron 355 cubanos que se alistaron en la XV Brigada Internacional “Abraham Lincoln., y que viajaron desde los EEUU, lo que representa la tercera parte de esa brigada que tiene su tarja aquí dedicada a canadienses, ingleses y estadounidenses.
Lamentablemente los historiadores de la XV Brigada Internacional Abraham Lincoln no mencionan la presencia en ella de los cubanos ni de los latinoamericanos, ni dicen que los argentinos conformaban un grupo de 650 combatientes, sesenta de los cuales aparecen en los archivos de los cubanos. Así como 40 brasileños, también mexicanos, centroamericanos, y un panameño.
El tercer grupo se conformó con los que se encontraban en España quienes desde el primer día, participaron junto a los revolucionarios españoles en el asalto al Cuartel de la Montaña de Madrid. Este grupo se conformaba de exiliados residentes en Madrid, estudiantes en esta ciudad y otros que sencillamente estaban en España con sus padres españoles. Aquí se integran los cubanos que se encontraban en Barcelona y participaron en los combates callejeros de la ciudad, incluso una delegación de deportistas cubanos, que participaban en una Olimpiada paralela que había convocado la República, para contrarrestar a la Olimpiada de Berlín. Entre ellos se encontraba Idsidro Díaz Gener, boxeador cubano que pueden ver reflejado aquí.
Y por último, hubo un cuarto grupo de cubanos que entró a España, procedente de República Dominicana, Venezuela, Centro América, México y otros países europeos, sobre todo Francia, incluyendo un cubano que desertó de la Legión Extranjera en África, para unirse a los revolucionarios españoles.
Queridos amigos:
La historia no se puede disolver. La historia fue así. No podemos omitir lo que pasó, si les faltó a algunos el valor para explicarla. Se puede ignorar, pero no se puede borrar ni cambiar lo que ya sucedió.
Los jóvenes que aquí combatieron creían que la lucha por la libertad valía más que sus vidas. No hay mayor nobleza y humanidad que ese gesto. Valen por lo que hicieron, no por lo que tenían. Tomaron el futuro en sus manos con una asombrosa madurez para su juventud. Eran hombres de 25 a 27 años de edad. Muy pocos sobrepasaban los 30 años.
Al combatir por la República, más de 100 cubanos entregaron aquí sus vidas.
Y ahora evoco a Pablo de la Torriente Brau, motivo por el cual la placa tiene inscripta la fecha 19 de diciembre: el día de su caída.
Pablo estaba en New York porque debió abandonar el país debido a la situación política en Cuba. Cuando conoció el estallido de la guerra, decidió viajar a España. Escribió a su familia: "Me voy a España, a la revolución española. A ver un pueblo en lucha. A conocer héroes...”. Ignoraba que él se convertiría en uno.
Con mucha dificultad consiguió dinero suficiente para el pasaje y al mismo tiempo la corresponsalía de dos revistas norteamericanas. Pablo, uno de los jóvenes más destacados de su generación, llegó entonces a convertirse en Comisario político en la 10ª Brigada Mixta, la que integraban campesinos.
Pero su tarea no impidió que tomara el fusil y combatiera hasta la muerte
Así sucedió. Cayó combatiendo en la defensa de Madrid siete días después de cumplir apenas 35 años, cuatro meses tras su desembarco en España. Murió en la denominada Batalla de la Carretera de A Coruña o “Batalla de la Niebla”, a 40 kilómetros de donde nos encontramos.
Cuenta Vicente González, vicepresidente de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales que un frente de cuatro kilómetros debía ser cubierto con ciento sesenta hombres, y a Pablo se le encarga dirigir a dos de las cuatro compañías del Batallón. La batalla, dada la superioridad militar del adversario, obliga a un repliegue de los republicanos y cae Pablo en esa escaramuza. Cuatro camaradas penetran en la retaguardia enemiga y recuperan su cadáver.
Dice Vicente González que Pablo recibió honores muy superiores a su rango. Pablo era el hombre que los españoles desde la trinchera pedían que hablara. Cuentan que no sólo Pablo arengó a su compañeros; también pidió a los de la otra trinchera que abandonaran el pérfido intento de derrocar a la República.
Entre los muchos poemas escritos en su memoria, destaca el que su amigo y compañero de regimiento, el gran poeta Miguel Hernández leyera con motivo de su despedida, quien como saben murió con apenas 31 en una celda, condenado por sus ideas. Me permito leer solo cuatro estrofas de este bello poema:
ELEGÍA SEGUNDA
(A Pablo de la Torriente, comisario político)
"Me quedaré en España, compañero".
me dijiste con gesto enamorado.
Y al fin sin tu edificio tronante de guerrero
en la hierba de España te has quedado.
Pablo de la Torriente,
has quedado en España
y en mi alma caído:
nunca se pondrá el sol sobre tu frente,
heredará tu altura la montaña
y tu valor el toro del bramido.
Pasad ante el cubano generoso,
hombres de su brigada,
con el fusil furioso,
las botas iracundas y la mano crispada.
Ante Pablo los días se abstienen ya y no andan.
No temáis que se extinga su sangre sin objeto,
porque éste es de los muertos que crecen y se agrandan
aunque el tiempo devaste su gigante esqueleto.
Pablo fue inicialmente enterrado, el 23 de diciembre de 1936, en el Cementerio de Chamartín de la Rosa, aquí en Madrid con el objetivo de ser enviado a Cuba, pero hoy descansa en una fosa común en Barcelona. Hoy, mis compañeros y yo, nos comprometemos a hacer el esfuerzo por lograr el traslado de sus restos a Cuba, conscientes de los innumerables obstáculos, pero no nos rendiremos como no se rindió Pablo.
Amigos, invitados, compañeros:
El internacionalismo es el valor sagrado de la humanidad que Cuba ha practicado sin fatigas, sin detenerse, sin cálculos económicos o políticos.
El Líder de la Revolución cubana Fidel Castro sintetizó con su frase: “Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad”, donde encierra la eterna consagración por los otros, la perenne cruzada por ayudar a los semejantes, el desprendimiento de egoísmos, sin los cuales no seríamos nada.
Y esta frase de Fidel no es un eventual juego de la retórica, sino la verdad de los hechos
Combatiendo por la libertad de África 381 mil soldados y oficiales cumplieron misiones militares junto a soldados y oficiales africanos en ese continente y más de 200 mil cumplieron misiones en el área de la salud, educación ingeniería civil entre otras. Dos mil 600 cubanos cayeron en la lucha africana. Aquí me acompañan varios compañeros de la Embajada que conformaron esos contingentes cubanos.
Ellos son un ejemplo de los cientos de miles de mis compatriotas.
Corresponde entonces, a los que hemos sobrevivido, aceptar el riesgo de entregar nuestras vidas para honrarlos.
Al combatir en el mundo, al cumplir misiones médicas o educativas, los cientos de miles de cubanos que han practicado el internacionalismo, aplazaron sus deseos de una buena vida para enfrentar el peligro. Los cientos de miles de cubanos que ofrecieron su tiempo y vidas por otros pueblos y naciones, lo hicieron conscientes de que el riesgo era enorme y optaron por correrlo. Nunca el atractivo goce de la calma, de la vida fácil, detuvo a un cubano al ayudar a otros pueblos. No seríamos nada sin la cualidad del desprendimiento de egoísmo.
Cuando asesinaron a dos profesores cubanos que cumplían misión en Nicaragua, 10 mil se ofrecieron para seguirlos.
Cuando el combate era en minoría, cuando fallaba el mando o las fuerzas, no renunciaron ni huyeron, resistieron y vencieron. Confiaron en la victoria cuando el combate era desigual o inseguro. Al final los caídos, lo hicieron en el umbral de la consagración, no del miedo; en la sublime condición humana que nos debe inspirar.
Cuando el paciente agonizaba, el médico cubano no se rendía y combatía por la vida como lo hacemos por nuestros hijos.
Me remito a los griegos nuevamente “La tumba de los grandes hombres es la tierra entera: de ellos nos habla no sólo una inscripción sobre sus lápidas sepulcrales; también en suelo extranjero pervive su recuerdo, grabado no en un monumento, sino, sin palabras, en el espíritu de cada hombre”.
Así pido que recuerden a los cubanos que llegaron a defender la libertad en España; en el espíritu de cada hombre o mujer.
Porque la solidaridad es una elección. No se nace con ella. Se promueve con los valores, que ha multiplicado la Revolución de Fidel y Raúl; con el optimismo de vencer porque se tiene la razón; con el valor de entregar la vida por un ideal porque estamos conscientes que el FUTURO PERTENECE A LOS VALIENTES, a los que luchan, a los que no se rinden.
Queridos amigos e invitados:
En nombre del noble y valiente pueblo cubano, con la pasión y el honor que caracteriza a mis connacionales; con el compromiso de no traicionar la tradición cubana del internacionalismo; de no renunciar al deber sagrado con la humanidad, hoy pido que rindamos homenaje a los jóvenes cubanos que entregaron lo mejor de si por la libertad de España!
Viva el internacionalismo!
Viva la amistad de los pueblos español y cubano!
Viva la Revolución cubana!
Viva Cuba Libre!


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