Las palabras
del portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, equiparando la
República y la dictadura pueden deberse a varias cosas. Una, que el hombre sea
un ignorante palmario. Dos, que el hombre sea un fascista él mismo y tres que
se trate de una estrategia calculada. Yo creo que habrá un poco de todo. Casi
todos los líderes del Partido Popular son un ejemplo de ignorancia y de
mediocridad intelectual; además, el partido es sentimentalmente franquista, en
absoluto demócrata. Pero por último, estoy convencida de que el Partido Popular
tiene interés político en “desdramatizar” el franquismo como parte de su
estrategia política y social amoral. Acabar con cualquier planteamiento ético
es parte de su ideología. Al neoliberalismo, profundamente inmoral, le
interesa, naturalmente, que la gente deje de pensar en términos de ética
social, política o simplemente personal. Para el PP nada es
intrínsecamente bueno o malo: malo es aquello contrario a sus intereses y bueno
todo aquello que los favorece. Y les importa que la sociedad piense y
actúe en estos términos. No olvidemos que siempre han sido enemigos de
cualquier asignatura que trate de enseñar a los alumnos ciudadanía o ética y
que siempre han querido sustituirlas por cualquier cosa que hable de ganar
dinero.
En ese
sentido, para ellos, la dictadura no es peor que la democracia sino, si acaso,
no está de moda, pero si la democracia amenaza con acabar con sus privilegios,
o con provocar un cambio constitucional o un cambio de régimen, no se andarán
con remilgos democráticos (el golpe contra el gobierno e izquierdas en la
Comunidad de Madrid está muy cerquita) ; la democracia es más práctica que la
dictadura y tiene mejor prensa si la controlan ellos pero la dictadura tiene
sus cosas buenas, fundamentalmente una: acabó con una democracia que amenazaba
radicalmente sus intereses de clase. Ahora que lo controlan todo y que se
pueden permitir gobernar como les gusta, con un desprecio absoluto al
Parlamento y a las instituciones, pretenden también acabar con esa “mala fama”
que tiene el franquismo. Igualarlo con la República es parte de su estrategia.
Mientras nos inundan, poco a poco, de “chiquilladas” franquistas, avanzan en la
criminalización, comenzada hace tiempo, de los símbolos republicanos.
Porque la
República no es sólo un momento histórico, una democracia acabada con un golpe
militar que dio paso a una guerra y a una dictadura sangrienta. Si lo mejor de
la República hubiera sido que era una democracia, una vez recuperada ésta ya
estaba la cuestión solventada. Pero la República Española fue, sobre todo, un
proyecto ético y un proyecto revolucionario radicalmente democrático y por eso
perdura en la añoranza y en la memoria. Con todos sus fallos, ¡cómo no iba a
haberlos en un proyecto de tal envergadura!, la II República fue una enorme
ilusión colectiva, un punto de luz en la historia más bien negra de este país.
La República fue una voluntad colectiva de cambio, de cambio estructural para
sentar las bases de una sociedad más justa, más libre, culta, igualitaria y
verdaderamente democrática.
El
franquismo mató muchas más cosas que la democracia. Y el PP ahora quiete matar
muchas más cosas que la justicia o los derechos sociales, el PP quiere matar la
memoria, y también cualquier exigencia ética. Por eso vivimos en un país en el
que ser franquista no es más que una anécdota pero tener un primo de Bildu te
inhabilita casi para todo. ¡Cómo va a molestarle al PP que nadie se declare
franquista si el PP de Madrid considera que es loable que su inversor favorito
reconozca ser un delincuente! Los inversores y socios del PP son delincuentes,
mafiosos, o grupos cuando menos sospechosos (Adelson o el grupo sanitario
San Pablo…) porque de presuntos delincuentes está el partido lleno y porque sus
políticas no se paran tampoco en consideraciones legales o morales,
naturalmente. Para ellos es importante que la población asuma que el sistema es
así y que si queremos tener éxito, tenemos que comportarnos así. Hay que ganar
dinero a costa de lo que sea y las leyes o la ética son pequeños impedimentos
para conseguirlo.
Por eso
ahora más que nunca, por lo que significó y por lo que tiene que significar en
el futuro yo digo, contra el PP: ¡Viva la República!
Beatriz
Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de
Lesbianas, Gays y Transexuales)
http://beatrizgimeno.es
http://beatrizgimeno.es
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