“Los ‘alzados’ es uno de los sucesos de la historia
reciente de la Isla relegado al olvido”
29 de Agosto de 2013
(13:01 h.)
ESTHER R. MEDINA
Dailos González.
El historiador Dailos González considera que “se debe mantener la memoria
de las personas que sufrieron la represión por parte de la dictadura” –
Izquierda Unidad Canaria (IUC) ha proyectado este jueves, en la Sala La Recova
de Santa Cruz de La Palma, un documental del cineasta tinerfeño David Baute
sobre los palmeros que tuvieron que huir a los montes para intentar salvar su
vida.
Los ‘alzados’ de La Palma es “uno de los sucesos de la historia reciente de
la Isla que ha sido relegado al olvido”, según sostiene Dailos González (Santa
Cruz de Tenerife, 1985), licenciado en Historia y militante de Unión del Pueblo
(UP). “Las décadas de represión dictatorial han hecho que, incluso dentro de
las propias familias que lo vivieron, se haya mantenido silencio, persistiendo
el miedo tras el fin de la dictadura”, ha asegurado a LA PALMA AHORA.
La Sala de La Recova de Santa Cruz de La Palma ha acogido este jueves la
proyección del documental ‘Los alzados de La Palma’ dirigido por el cineasta
tinerfeño David Baute con guion del periodista y autor dramático Cirilo Leal.
Se trata del quinto capítulo de la serie ‘La memoria silenciada’ que aborda la
Guerra Civil y la represión franquista en Canarias. Esta proyección está
organizada por Izquierda Unida Canaria (IUC) y tiene como objetivo “acercar a
la ciudadanía un pasaje de nuestra historia reciente hoy casi olvidado, el que
La Palma fue la única isla del Archipiélago que se mantuvo fiel durante una
semana (la conocida como ‘Semana Roja’, de 18 al 25 de julio de 1936) a la
legalidad republicana tras el golpe de Estado”.
Dailos González recuerda que La Palma “se mantuvo una semana leal al
Gobierno constitucional de la Segunda República, hasta que la Isla fue ocupada
por las tropas franquistas”. “Comienza así un período de represión contra
líderes y militantes de organizaciones políticas democráticas y de izquierdas,
así como de sindicatos, ejercido por el ejército y las milicias de Acción
Ciudadana y la Falange”, añade. “Las ejecuciones extrajudiciales han
dificultado establecer el volumen de esta represión, siendo aún hoy objeto de
investigación”, asegura el citado historiador. “Junto a las ejecuciones y
asesinatos (tanto tras juicios sumarios como sin juicio), hay que añadir las
numerosas personas encarceladas o expulsadas de sus trabajos (destacando las
depuraciones de maestros y maestras) y la represión continua por medio del
miedo o las vejaciones, más difícil de medir, pero cuyas secuelas perduraron en
el tiempo”, señala.
Ante esta situación, explica, “muchas personas deciden huir y esconderse en
los montes y cumbres de la Isla, permaneciendo huidas, en algunos casos, hasta
más de diez años”. “Son los llamados ‘alzados’, que lograron sobrevivir gracias
a la solidaridad de vecinos y familiares que, burlando la vigilancia de las
autoridades, les enviaban alimentos y ayudas”. “Pero también las nuevas autoridades
de la dictadura organizaban partidas para capturar ‘alzados’, llegando a
algunos extremos como prender fuego a La Caldera de Taburiente, donde se
encontraban escondidos algunos de ellos. Años más tarde, algunos de estos
alzados logran huir a América, otros permanecieron escondidos en sus casas
hasta casi finales de la dictadura (los conocidos como ‘topos’)”, detalla
Dailos González.
En opinión de este joven historiador, “es nuestro deber mantener la memoria
de estas personas que sufrieron la represión, una represión ejercida por una
dictadura que representaba los intereses de la clase dominante”. “Frente al
manido discurso de la ‘guerra fratricida’ que pretende echar una losa de olvido
sobre este período sin que se haga justicia, se hace preciso hacer un análisis
de lo que fue realmente”, asegura. La Guerra Civil, a su juicio, “no fue sino
el resultado de la reacción violenta de las clases dominantes ante la pérdida
de privilegios que suponía el reconocimiento de toda una serie de derechos
democráticos y laborales”. “La represión del aparato dictatorial, de corte
fascista, cercenó de golpe todo el proceso de acumulación de fuerzas y
empoderamiento de las clases populares, los sectores obreros y campesinos que,
durante el periodo de la Segunda República, habían creado sus propias
organizaciones políticas, sindicales y culturales en defensa de sus derechos”,
concluye
Fuente: http://www.lapalmaahora.com/
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