#25S: al rescate de
la democracia
25/09/2012
09:56 Actualizado: 25/09/2012 13:10
Esther Vivas
Periodista y activista
Periodista y activista
"Le
llaman democracia y no lo es" se ha gritado reiteradamente en plazas,
manifestaciones... Y a medida que el tiempo pasa dicha consigna cobra aún más,
si cabe, todo su sentido. La estigmatización y la represión contra aquellos que
luchan por sus derechos en la calle no ha hecho sino intensificarse en los
últimos tiempos. A más crisis, más apoyo popular a quienes protestan, más
criminalización y más mano dura. Las ansias de libertad parecen estar reñidas
con la actual "democracia".
Y estos
últimos días han sido buena prueba de ello. El sábado 15, cuatro activistas
fueron detenidos en la manifestación contra los recortes en Madrid. ¿Cuál era
su delito? Llevar una pancarta con la consigna: "25S Rodea el
Congreso". Al día siguiente, dos furgones policiales identificaron a
decenas de personas en el parque del Retiro. ¿Motivo? Participar en una
asamblea preparatoria de dicha acción. Cinco días después, algunos de estos
activistas eran acusados de delito contra altos organismos de la nación,
enfrentándose a penas de hasta un año de cárcel.
Pero, ¿qué
objetivos tiene la acción #25S Rodea el Congreso? Su manifiesto lo deja claro:
"El próximo 25 de septiembre rodearemos el Congreso de los Diputados para
rescatarlo de un secuestro que ha convertido a esta institución en un órgano
superfluo. Un secuestro de la soberanía popular llevado a cabo por la Troika y
los mercados financieros y ejecutado con el consentimiento y la colaboración de
la mayoría de los partidos políticos". ¿Y cómo será esta acción? Sus
organizadores lo han dicho por activa y por pasiva: "No violenta".
Entonces, ¿a qué temen quienes dictan estas medidas policiales? ¿A la
violencia -a partir de la cual justifican dichas operaciones- o a la libertad
de expresión?
Y es que
como leía hace unos meses en un centro social: "Cuando los de abajo se
mueven, los de arriba se tambalean". Cuanta verdad. El miedo, ni que sea
parcialmente, ha empezado a cambiar de bando. Las medidas represivas, como las
anteriormente citadas, muestran el miedo de los que ejercen el poder. El miedo
a que la gente se levante, se organice, se exprese libremente, luche contra la
injusticia. El miedo de unos pocos a los muchos.
¿Golpe de
Estado?
La
criminalización del #25S Rodea el Congreso, sin embargo, empezó ya hace
prácticamente un mes cuando la delegada del Gobierno en Madrid Cristina
Cifuentes calificó dicha iniciativa de "golpe de Estado encubierto".
No fue menos el diputado del PSOE y ex-secretario de Estado José Martínez de
Olmos que comparó la acción con el golpe de Estado de Tejero: "Acampar
dentro del Congreso como hizo Tejero o fuera, como ahora se pretende para el
25S, tiene idéntica finalidad: secuestrar la soberanía". Palabras que ayer
repetía la secretaria general del PP Dolores de Cospedal.
¿Golpe de
Estado? Aquí los únicos golpistas son los poderes financieros que derriban
gobiernos a su antojo y colocan al frente a sus hombres de confianza. En
Italia, sacaron a Silvio Berlusconi, para nombrar a Mario Monti, ex-asesor de
Goldman Sachs. En Grecia, adiós a Giorgios Papandreu, bienvenido Lucas
Papademus, ex-vicepresidente del Banco Central Europeo. Y sin ir más lejos, el
flamante ministro de economía español Luís de Guindos, ex-Lehman Brothers. Como
decía el periodista Robert Fisk: "Los bancos y las agencias de
calificación se han convertido en los dictadores de Occidente". Y es que
cuando los "mercados" entran por la puerta, la democracia sale por la
ventana.
Hoy es
difícil pensar que el Congreso "representa la voluntad popular".
Ministros y diputados que llegaron al Congreso desde la empresa privada, otros
que saldrán, sin perder ni un segundo, en su dirección. Las empresas
recompensan generosamente los servicios prestados. ¿Se acuerdan de Eduardo
Zaplana? Primero ministro de trabajo, después consejero de Telefónica. ¿Elena
Salgado? De vicepresidenta de economía al consejo asesor de Abertis. Por no
citar a Rodrigo Rato, ministro de economía, después director del Fondo
Monetario Internacional, finalmente presidente de Bankia. Sus aventuras como
ejecutivo bancario no nos han salido precisamente baratas. Sin olvidar a
González y Aznar, el primero en el consejo asesor de Gas Natural y el segundo
en el de Endesa, News Corporation, Barrick Gold, Doheny Global Group... Así nos
van las cosas.
Más democracia
Pero
democracia es, precisamente, lo que reivindica el movimiento de l@s indignad@s,
una democracia real al servicio de las personas e incompatible con el secuestro
de la política por el mundo de los negocios y con el españolismo centralista
que niega el derecho a decidir de los pueblos. Paradójicamente de
"anti-demócratas" es como se les ha tachado desde el poder.
Anti-demócratas por "asediar" simbólicamente el Parlament de
Catalunya, el 15 de junio del 2011, cuando se empezaban a debatir los
presupuestos que implicaban, entonces, los mayores recortes en la democracia
catalana, y que no figuraban en ningún programa electoral. Anti-demócratas por
organizar asambleas en las plazas y generar debate público. Anti-demócratas por
ocupar viviendas vacías y darles un uso social. Anti-demócratas, en definitiva,
por combatir leyes y prácticas injustas.
Y a más
democracia en la calle, más represión. Multas por un valor de 133 mil euros son
las que exige Interior a 446 activistas del 15M de Madrid, 6 mil euros a 250
estudiantes de la #PrimaveraValenciana, centenares de euros a varios afectados
por las participaciones preferentes en Galicia, por solo nombrar algunos
ejemplos. A parte: más de cien detenciones en Catalunya desde la huelga general
del 29M, apertura de una página web para delatar a manifestantes... Y ahora se
modifica el Código Penal para criminalizar nuevas formas de protesta.
La otra cara
de la política de los recortes es la política del miedo y de la represión. A
menos Estado social, más estado penal. La democracia, pero, no es de quien dice
ejercerla sino de quien lucha por ella. La historia está plagada de ejemplos.
El #25S será uno de ellos.
Fuente: www.publico.es
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