RESCATE INNECESARIO
Artículos
de Opinión | Diego Jiménez | 28-09-2012 |
Está bastante claro que
Alemania ha conseguido de nuevo su hegemonía en el viejo continente sin
recurrir, como en el pasado siglo XX, a la fuerza militar.
Escribo estas líneas apenas
unas horas después de la visita de la canciller alemana a España y de la
posterior rueda de prensa en la que tanto Angela Merkel como Rajoy
escenificaron una aparente sintonía en sus respectivas políticas y un trato de
igual a igual de ambos mandatarios, pero que evidenció, una vez más, la
sumisión de nuestro Gobierno a la nueva emperatriz del que ya algunos analistas
denominan, no sin cierta razón, IV Reich.
Paralelamente a esa rueda de
prensa, había comparecido también ante los medios de comunicación, en
Frankfurt, el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, quien
anunció la disposición del BCE a adquirir, en el mercado secundario, bonos del
Tesoro de los países en dificultades, entre ellos España. A primera vista,
parecería que las aparentes reticencias alemanas a la intervención del BCE para
frenar las maniobras especulativas sobre el euro se habían diluido como
azucarillo. Pero Draghi supeditaba esta intervención del BCE en el mercado
secundario (deuda ya emitida) a estrictas condiciones y a la intervención de
los fondos europeos de rescate en el mercado primario (emisiones del Tesoro).
Esta oferta, pues, tiene
trampa: el BCE se compromete a comprar la deuda necesaria a cambio de que los
Estados pidan ayuda formal al fondo de rescate y cumplan hasta la última coma
de las condiciones que imponga Bruselas. Todo ello bajo la amenaza de cortar la
intervención, e incluso vender los títulos adquiridos.
A la vista de esta evidente
situación, podemos preguntarnos qué se esconde detrás de esta retahíla de
aparente buenos propósitos para permitir la supervivencia de la eurozona, la
moneda única y, en definitiva, la Unión Europea (UE). A mi modesto entender, en
primer lugar y ante todo, Alemania exige la garantía de que sus bancos
acreedores logren recuperar los cuantiosos préstamos que concedieron a las
entidades bancarias españolas y que, como se sabe, están en el origen de la
burbuja inmobiliaria en nuestro país. Según algunos analistas, la cuantía total
de los préstamos suscritos a tal fin por los bancos españoles con la banca
extranjera, y muy en particular con Alemania, roza los 900.000 millones de
euros, cantidad considerable si se tiene en cuenta que el PIB español se sitúa
hoy en 1,1 billones de euros. Estas cifras de vértigo no nos deben hacer perder
de vista una más que evidente paradoja: en ese endeudamiento de la banca
española con la extranjera, preferentemente con el BCE, hay que incluir también
los préstamos suscritos al 1% para comprar deuda española a medio y largo
plazo, con tipos de interés de hasta el 6%...
Cuando la burbuja
inmobiliaria estalló, esos bancos en dificultades no dudaron en pedir ayudas
públicas. Hoy, por ello, el Estado se encuentra en dificultades. Pero como las
instancias comunitarias establecen que la prioridad absoluta es dar prioridad
al pago de los préstamos suscritos por el Estado „para ello, recordemos, PP y
PSOE se pusieron de acuerdo para reformar la Constitución„, ello está en el
origen de unos recortes en derechos sociales y laborales sin precedentes en
nuestra reciente, pero cada día más endeble, democracia.
Son muchos los economistas
que, desde posiciones críticas, nos alertan de que hay alternativas a tal
estado de cosas. En el próximo artículo me propongo hacer una reseña de un
librito, aparecido este verano, escrito por tres economistas de renombre:
Vicenç Navarro, Juan Torres López y Alberto Garzón. Lo que España necesita es,
como reza el subtítulo, una réplica con propuestas alternativas a la política
de recortes del PP.
Pero de momento les sugiero
que, si tienen interés en reflexionar sobre una realidad que, evidentemente,
están falseando para que los poderosos de siempre sigan detentando sus
privilegios también de siempre, se acerquen a este interesante vídeo que me ha
llegado por la red: http://www.youtube.com/watch?v=NgxV.... Como una
imagen, dicen, vale más que cien palabras, presten atención a lo que dice
Francisco Viyuela. Como él, creo que el rescate a la banca no es necesario.
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