¿PAGARÁ TRIBUTO RAJOY A SUIZA?
18 septiembre 2012
Juan Hdez. Vigueras
Doctor en Derecho,
miembro del Consejo científico de Attac y autor del libro El casino que nos
gobierna
Desde el pasado
julio, la Audiencia Nacional tiene abierto un procedimiento de extradición del
ingeniero informático Hervé Falciani de nacionalidad monegasca y ex empleado
del banco global HSBC en Ginebra que por motivos altruistas o por simple
interés crematístico, acumuló en su portátil datos personales de 130.000
cuentas bancarias secretas, la lista Falciani para los medios, lo que le obligó
al abandono de Suiza y de su empleo. Dado que su detención en territorio
español se debió a una orden cursada a la Interpol por la Confederación
Helvética, está planteada la interrogante sobre si el gobierno de Rajoy
entregará a Suiza a quien ha prestado un
gran servicio a Europa y en particular a España, aportándole una información
valiosa que ha permitido recaudar unos 6.000 millones de euros. Por lo cual,
dado el tradicional comportamiento pirata del país alpino, desde aquí nos
unimos a la campaña promovida por ATTAC para que Hervé Falciani sea liberado y
al mismo tiempo le sean reconocidos los servicios prestados a la Hacienda
Española y a Europa.
Aparte de las razones
jurídicas que las hay, como asunto de decisión política las motivaciones para
denegar la extradición solicitada son muchas y contundentes, comenzando por la
deslealtad reiterada de la Confederación helvética hacia sus socios europeos en
las últimas décadas, sobre todo. Por ejemplo, en Bruselas reconocen que Suiza
incumple sistemáticamente el espíritu y a menudo la letra de los convenios de
intercambio de información fiscal, suscritos en aplicación de la directiva
europea de 2003 sobre fiscalidad del ahorro particular, que le obligan a
aplicar una retención tributaria sobre las rentas de los capitales propiedad de nacionales de países de la UE,
siguiendo una escala que llegaba a un 35 % % a partir de 2011; con la
obligación de transferir el 75 % de la recaudación obtenida por esas
retenciones a las autoridades fiscales del Estado miembro donde resida el
titular de las rentas gravadas. Sin embargo, a estas alturas: ¿quién conoce
cuál ha sido la cuantía anual de esa retención correspondiente a fondos de
españoles en cuentas bancarias suizas? Si el gobierno español dispone de esa
información tributaria debería hacerla pública y si no la tiene, debería
reclamársela a Suiza y a todos los demás paraísos fiscales vinculados por esos
convenios internacionales que España suscribió y de los que tanta propaganda se
hizo en su momento.
Tras los acuerdos del
G-20 en Londres de abril de 2009, Suiza hizo público en televisión una
declaración de su ministro de hacienda subrayando que ningún convenio
internacional afectaría a su secreto bancario que era intocable. Pero el
gobierno de Zarkozy pensaba que iba a horadar ese secreto bancario, al lograr
la negociación del convenio fiscal bilateral más avanzado jamás logrado con
Suiza. Pero cuando el gobierno francés se hizo con la lista Falciani, las
autoridades suizas protestaron y pusieron tales pegas sobre el texto acordado
que se detuvo el proceso de ratificación de ese convenio ya negociado y firmado
en 2009, planteando su renegociación. Y ante el fracaso de Sarkozy frente a
Suiza, para salvar la cara el lunes 15 de febrero de 2010 el gobierno francés
publicaba un decreto que recogía una lista de paraísos fiscales de solo 18
países, todos ellos países y territorios de escaso relieve financiero.
Más aún, Francia
repartió la información de la lista Falciani entre sus socios europeos
implicados, en la que aparecieron nombres famosos con historias que han llenado
páginas en la prensa. Entre los miles de nombres, estaba la mujer más rica de
Francia, Liliane Bettencourt, propietaria de la marca de perfumes L´Oreal, y
Arlette Ricci, la heredera de la marca Nina Ricci; de España, los banqueros
Emilio Botín y su hija Patricia Botin con cuentas en Suiza desde los años
treinta; de Italia, el modisto Valentino, el joyero Bulgari y la esposa del
patrón de la fórmula Uno Flavio Briatore, etc. Aunque pagaron determinadas cantidades adeudadas,
las benevolentes legislaciones permitieron que ninguno de estos personajes
fuera a la cárcel ni tuviera tampoco la sanción social que se merecen por
defraudar a un Estado que paga su seguridad y la de sus negocios con cargo al
resto de los ciudadanos.
Sin embargo, tras la
crisis del sistema financiero global, paradójicamente Suiza ha salido reforzada
políticamente, como demuestran los relatos y datos en mi libro El casino que
nos gobierna (Clave Intelectual, 2012). Y si los activos de extranjeros en los
bancos suizos alcanzaban casi el billón de dólares antes del comienzo de la
crisis, según la Oficina estadounidense contra el narcotráfico, actualmente han
crecido de modo muy importante. Y todo apunta que desde que arrancó la crisis
financiera en Wall Street, se han incrementado esos activos extranjeros probablemente en un 100 %, aunque
desconozcamos la cifra global exacta; pero
como país refugio para las grandes fortunas la crisis de la deuda
soberana ha supuesto el incremento del cambio del franco suizo frente al euro y
al dólar y el reforzamiento de la moneda alpina.
En unos años de
bajada de los ingresos públicos, de políticas duras de recortes sociales y de
aumento descarado del gran fraude y la evasión fiscal en España, al escándalo
de la amnistía fiscal en curso (que favorece la repatriación de fondos
españoles en Suiza) añadiría un ultraje a la conciencia ciudadana si el
Gobierno de Rajoy entregara a las autoridades suizas al ex empleado del banco
HSBC que simplemente ha violado el particular secreto bancario alpino, cuando
gracias a la colaboración de este ingeniero monegasco se han recuperado unos
6000 millones de euros según estimaciones no oficiales, consiguiéndose “la
mayor regularización de la historia del fisco” según dicen fuentes de Hacienda.
Y para colmo, tal decisión gubernamental de naturaleza política contribuiría a
reforzar la actividad bancaria ilícita del HSBC que, como ha demostrado la
reciente investigación del Senado estadounidense, favorece el blanqueo del
dinero sucio de los cárteles mejicanos de la droga, incumpliendo todas las
normas internacionales antiblanqueo. Son esas y otras múltiples razones para
apoyar la campaña de Attac y muchas otras asociaciones a favor de la liberación
del ciudadano Falciani.
Fuente: www.publico.es
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