David Fernández Calviño, diputado de Alternativa Galega de Esquerda por
Anova, recuerda el proceso de formación de una coalición que desbancó al BNG
como tercera fuerza política en las última elecciones gallegas.
JAIRO VARGAS La Granja (Segovia) 01/09/2013 12:20 Actualizado:
01/09/2013 12:20
David Fernández Calviño, diputado de AGE y miembro de Anova, en un
imagen de archivo.- CEDIDA
En octubre de 2012, Alternativa Galega de Esquerda, una nueva
coalición formada por ANOVA-Irmandade
Nacionalista, Esquerda Unida (federación gallega de IU), EQUO Galicia y Espazo
Ecosocialista Galego, con Xosé Manuel Beiras a la cabeza, irrumpía en el
Parlamento gallego con 9 escaños desbancando al BNG y consolidándose como
tercera fuerza política en Galicia. Cinco diputados fueron para EU y los cuatro
restantes para ANOVA.
David Fernández Calviño (Toén, Ourense, 1979) es un doctor en
Ingeniería de Montes que, tras casi un año en el paro, pasó a ocupar un escaño
por ANOVA. Durante la IV Universidad de Verano de Izquierda Anticapitalista, en
la que participaba en un debate sobre unidad de la izquierda, este diputado
recordó para Público el proceso de formación de su partido y de la coalición y
explicó los pasos a seguir en el futuro.
¿Cómo surge Anova y por qué?
En febrero del año pasado, varias personas que estábamos en el
Encontro Irmandiño, una corriente interna del BNG, decidimos abandonar el BNG y
en los meses siguientes se hizo un llamamiento a la sociedad y a otras fuerzas
nacionalistas gallegas para crear una alternativa distinta a lo que había hasta
ese momento. Cuajó en el mes de julio del 2012, justo antes de que el
presidente de la Xunta convocara elecciones. Todo lo de después fue una
vorágine enorme.
¿Qué supone el nacimiento de
Anova para el nacionalismo gallego?
"El BNG había cometido una
serie de pecados muy graves y la gente había dejado de confiar en él"
Creo que es el aire fresco que demandaba una parte importante de
la sociedad gallega, ya que el BNG había cometido una serie de pecados muy
graves y la gente había dejado de confiar en él. Cuando estuvieron en el
Gobierno, creo pasaron determinadas líneas rojas que una formación de
izquierdas no se puede permitir. Se estaba convirtiendo en un partido clásico,
en el que el aparato decidía absolutamente todo, renunciando a los consensos
que venía existiendo dentro de la organización desde el año 82. Las políticas
que aplicó e incluso los propios discursos hicieron que la gente verdaderamente
de izquierdas empezara a no creerse el discurso de la organización.
¿Cómo fue el proceso de
construcción de Anova tras la escisión?
Fue bastante duro. Éramos gente que veníamos de procesos muy duros
dentro de otras organizaciones, con una diversidad enorme dentro de la
izquierda y el nacionalismo gallego. Fue muy difícil llegar a un acuerdo, pero
felizmente, el 14 de julio conseguimos echar andar con unos mínimos.
El adelanto electoral precipitó todo, por eso seguimos en proceso
de construcción y de mejora para tratar de ser esa herramienta para la sociedad
capaz de cambiar esta situación en la que estamos inmersos los ciudadanos
europeos.
¿Cuál es la perspectiva de su
organización sobre la actual coyuntura política y económica?
"Esta situación puede cambiar
simplemente aplicando políticas
socialdemócratas clásicas"
Creemos que una inmensa mayoría de ciudadanos está siendo agredida
por las políticas aplicadas tanto por la Unión Europea como por el Estado
español y la Xunta de Galicia. Creemos que esta situación puede cambiar
aplicando políticas de izquierda, ni siquiera muy radicales, sino políticas
socialdemócratas clásicas para tratar de mejorar la calidad de vida de las
personas. No creemos que el conjunto de la ciudadanía deba pagar los platos
rotos de los grandes poderes económicos.
Son un partido nuevo que trabaja
en el Parlamento con Esquerra Unida. ¿En qué se diferencia su trabajo
parlamentario del resto de grupos de izquierda?
Mi experiencia es que, viniendo de culturas políticas distintas,
Esquerda Unidad, Equo y los ecosocialistas gallegos, vemos que, a la hora de
trabajar, las afinidades son mucho mayores que las diferencias porque vemos que
la sociedad está siendo agredida de forma tan brutal que en nuestra acción no
tiene que haber diferencias. Creo que lo que nosotros aportamos o intentamos
aportar, al margen de las circunstancias y de lo que pueda pasar a nivel
electoral, es que nosotros decimos lo que pensamos. Tenemos que defender
aquello en lo que creemos y ser firmes en nuestras convicciones, si no no tiene
sentido estar en política. Los demás partidos de la izquierda como el BNG están
acostumbrados a hacer política de mercadeo en la que nunca son claros en su
posicionamiento.
El pueblo quiere que se le diga la verdad y, si no están de
acuerdo, que no nos voten, pero nosotros somos lo que somos.
Se caracterizan por emplear un
lenguaje duro en sus intervenciones parlamentarias. En su caso, le costó la
expulsión de la Cámara en una ocasión.
"Ante este ataque a la
ciudadanía no podemos aparentar que somos todos amigos en el Parlamento"
Sí, me expulsaron por hacer unos chistes, no por faltar al respeto
a nadie, lo que demuestra el talante democrático del PP.
En realidad, existe una cortesía absurda dentro del Parlamento.
Parece que no se pueden decir determinadas cosas. Nosotros no respetamos esta
cortesía porque creemos que ante este ataque a la ciudadanía no podemos
aparentar que somos todos amigos allí dentro. Para mí, unas personas que
retiran determinadas prestaciones sociales, como por ejemplo en materia
hospitalaria, aumentando la mortalidad de los pacientes, no merecen ningún tipo
de respeto, por mucha corbata que lleven. Creemos que tenemos que ser muy
firmes contra esta barbarie.
¿Cuál es su relación con el PSG y
el BNG?
Es buena. Tiene que ser buena, ya que creemos que debe existir una
alternativa de Gobierno en Galicia. Es cierto que tenemos que aguijonearles
para que hagan una política más dura frente al PP y, en ese sentido, lo hemos
conseguido. Al PSG y al BNG los respetamos aunque haya discrepancias, y
obligatoriamente tenemos que tener con
ellos un mínimo común denominador, al menos hasta que consigamos apartar
definitivamente al PP de la Xunta.
"En un posible acuerdo de
Gobierno con BNG y PSG, marcaremos unas líneas rojas que no vamos a pasar"
Lo que es cierto es que, en un posible acuerdo de Gobierno,
marcaremos unas líneas rojas que no vamos a pasar en ningún caso. Estamos a
favor de la educación pública, por lo tanto, en un Gobierno en el que estemos
nosotros, los conciertos con la educación privada se tienen que ir reduciendo
progresivamente. Al igual ocurre con la Sanidad. Nuestro objetivo es cambiar el
rumbo de la nave en la que estamos y, a nivel español, se debe hacer lo mismo.
Alternativa Galega de Esquerda
destacó también gracias a la figura del Xosé Manuel Beiras. ¿Hubiera tenido
tanto éxito esta coalición sin él?
Probablemente no. Es una gran catapulta mediática y más en este
momento. Es una persona que siempre dijo lo que pensaba, con imagen de político
limpio y decente. En Galicia es conocido por la mayor parte de la población y
sin su presencia, en lugar de nueve diputados, a lo mejor hubiéramos tenido
dos.
¿Es AGE una coalición con futuro
más allá de la últimas elecciones? ¿Hay perspectivas para ampliarla con otros
colectivos y partidos?
Desde luego. No tendría sentido una coalición de izquierdas si no
estuviera abierto a la sociedad y a otros grupos políticos que trabajan desde
el campo de la izquierda con los matices que sea. Todos los que estén a favor
de mantener y mejorar el Estado del bienestar en Galicia y el resto de España y
respeten el derecho de autodeterminación del pueblo gallego serán bienvenidos.
¿Cómo encaran las próximas
elecciones europeas?
Si no hay coalición de izquierda en
este momento vamos a dejar pasar una gran oportunidad de cambiar las cosas en
este país
Somos partidarios de plantear un frente plural de Estado como el
que expusimos en su momento para Galicia. Sabemos que no va a ser fácil, pero
en estos momentos tenernos dejar aparte nuestras diferencias de matiz, buscar
ese mínimo común denominador con un programa claro y creo que el conjunto de la
izquierda debe ir junta.
Parece difícil que Equo e Izquierda Unida se vayan a poner de
acuerdo para ir en coalición y creo que, en este momento, es necesario que
todos cedamos algo. Si no hay coalición de izquierda en este momento vamos a
dejar pasar una gran oportunidad de cambiar las cosas en este país.
Personalmente me gustaría un gran bloque con ERC, las CUP,
Compromís, la izquierda de Baleares, IU, Equo, Sortu, los partidos que están en
Amaiur,... Creo que todo lo que es la izquierda anticapitalista del Estado
español, los que defendemos un sistema más justo donde los ciudadanos estén por
encima de otros intereses debemos ir juntos, y creo que la ciudadanía lo
valoraría positivamente.
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