La desvergüenza del PP
y su Gobierno estatal o los autonómicos que domina, exige por limpieza
democrática y salud pública que le echemos. Llegó al poder mediante engaños,
financiado corruptamente según sus tesoreros y no ha cumplido sus compromisos
electorales, además de que cada vez somos más pobres, los de abajo,
naturalmente. No solo están deslegitimados por ser un partido corrupto,- en ese
aspecto y si bien no a su nivel recaudatorio, no está solo por desgracia y
todos los grandes partidos sistémicos tienen excesivos casos en su haber-.
Aunque llegados a este punto hay que advertir que no todos los partidos se han
corrompido, pero PP,PSOE,CiU figuran en el cuadro de honor junto a otros,
aunque más alejados. Pero, no solo hablamos de librarnos de esta franquicia
política de la derecha, por corrupta, sino también por cruel para con las
clases populares y trabajar solo en beneficio de los bancos y las grandes
compañías, fondos de inversión al igual que engañar y manipular a las clases
populares.
Las políticas del PP
solo buscan salir de la crisis capitalista, -es decir la de sus clientes-,
empobreciendo a las y los trabajadores, liquidando derechos laborales,
sociales, educativos y sanitarios. Ahorrando a costa de las personas humildes y
trabajadoras o desempleadas. Con un ejército de paradas y parados que supera
ampliamente los seis millones, y favorece el miedo, la sumisión y la
precariedad de unas clases trabajadoras asustadas, sin referentes de ningún
tipo y embrutecidas en muchos casos, por canales de televisión basura tanto
públicos como privados y una información en todos los medios corporativos,
tendenciosa, falsa y preñada de ideología neoliberal o directamente
conservadora y autoritaria.
Una población
hipotecada, engañada por años de falso crecimiento económico. Además los
partidos con opciones a gobernar la han burlado de forma sistemática, lo que ha
conducido a pensar que todos son iguales y que fuera del sistema, -de su
sistema-, no hay alternativas. El estallido de la burbuja inmobiliaria, inició
una subida feroz del paro. Siendo el estado español un desierto industrial
puesto que el precio de su ingreso en la Unión Europea a cambio de migajas en
forma de autovías fue desmantelar su industria y convertirse en país-balneario,
que sin ladrillo es incapaz de crear empleo. A ello se suma una oligarquía
incapaz, rentista, reaccionaria y nada imaginativa, de carácter especulativo,
así como profundamente retrograda y que sigue siendo la misma que domina el
país desde hace más de cien años, con alguna anecdótica adición. Por tanto y no
lo olvidemos, tenemos unas élites económicas que han cooptado a élites
políticas y que por tanto son las culpables por su chantaje económico
constante, sus golpes de estado o sus imposiciones, siempre. Pero también de de
nuestra nula capacidad productiva y la baja calidad democrática.
A ello se une un
pueblo desorientado, que tras la dura derrota de la clase obrera y la
democracia en 1939, ha sido incapaz todavía de generar una respuesta de clase y
una alternativa democrática frente a la plutocracia tradicional y el
neofranquismo activo que el PP representa de forma clara y convencida. Al fin y
al cabo el PP es el partido de los ricos, al que votan demasiados pobres
engañados, perdidos o sin dignidad. Pero también fruto de la incapacidad de las
izquierdas políticas y sindicales de generar la respuesta que la reaccionaria
oligarquía española y españolista merece. Una falta de valores y de valor de
algún partido formado de aluvión y con miedo en sus moderados dirigentes, a que
sus bases reclamaran demasiado o no olvidaran tanta miseria, represión, miedo y
hambres. Una ley electoral tramposa y divisiones sectarias en las izquierdas,
hicieron el resto.
La gigantesca
operación del ser Europa como muy bien señala uno de los politólogos más
lúcidos Manuel Monereo, fue el gigantesco señuelo que ahora nos tiene
atascados.
En el País Valenciano,
hay un deporte tradicional llamado el tiro y arrastre o” Tir i Arrastre”, que
consiste en pasar un carro cargado, sobre una pista de tierra, blanda y arenosa
en la que el carro se estaca si el conductor y el “aca” o caballo, no tienen
pericia. Están conjuntados y saben que deben hacer. Además y afortunadamente el
uso del látigo está mal visto e incluso penalizado. Luego por analogía, las
izquierdas sociales, sindicales y políticas, caminamos sobre una senda blanda,
embarrada y sin consistencia debajo, con un carro cargado de cientos de kilos
de sectarismo, división, miedo, egoísmo, falta de visión y estrategia política,
en el que todos además queremos ser el carretero y nadie el noble e
imprescindible caballo o yegua. El aca de los huertanos valencianos. Nadie para
tirar sobre un camino lleno de barro, cieno y hojas muertas, olvidando que el
caballo de las clases populares es imprescindible y que los carreteros no
pueden ser los que a cualquier aparato se le ocurran o los que la prensa
digital progresista invente. Además caballo o “aca”y carretero deben quererse,
estar unidos y conocerse. Y ojo cualquiera no sabe conducir el carro y amar al
caballo, sabiendo transmitir ese amor.
La lección del 15M es
la respuesta a tanto engaño y el inicio de la crisis de régimen. Pero renuncia
a plantear formulas organizativas políticas, que por otro lado no podía
plantear. Si bien, pone el dedo en la llaga lo cual es muy importante. Gracias
al 15M se reactivan además respuestas y plataformas ciudadanas y surgen
novedosas fórmulas de denuncia. Ha habido varias huelgas generales, pero sin
embargo vivimos una apatía generalizada en este ocaso del verano y las
agresivas propuestas de la gran patronal la CEOE, no han tenido la contundente
respuesta que merecen.
No encuentro otra vía
de acción que conquistar nuevamente la ilusión, los valores, el valor y las
emociones que nos inflamen y permitan crear un ambiente alternativo y de: si se
puede.
Todo este esfuerzo
exigirá un nuevo formato organizativo plural de movimientos, sindicatos y
fuerzas políticas antineoliberales. Un sujeto como lo fuera “Activos contra la
Crisis”, que llegó a juntar en una mesa a todos los actores sociales, excepto
aquellos a los que sus compromisos con el poder, no les permitían estar con las
gentes de la calle. Por tanto nada se podrá reemprender con éxito sin ese
sujeto que además ya se experimentó con éxito y nos permitió hacer un programa
sencillo y consensuado frente a la crisis capitalista.
No se trata de
reeditar nada, pero si tal vez de volver a poner en marcha estructuras
similares y que además surgieron desde los movimientos sociales, aunque se dio
entrada a partidos políticos incluso a personas.
Pero para echar al PP,
también se nos abre otra oportunidad y es derrotarlo en las elecciones
europeas. Aprovechar un proceso electoral para manifestar nuestro rechazo al PP
y al neoliberalismo en su conjunto. Este momento, exige, contundencia,
seguridad en nosotras mismas y generosidad, pero también inteligencia y ver qué
es lo mejor para las clases populares, no para unos profesionales o para un
sector determinado, sino para el conjunto de las víctimas de la crisis. Además
¿No se le dice al pueblo humilde y trabajador que la Unión Europea impone
recortes? Pues bien vamos a decirle a la burocracia autoritaria y no electa
democráticamente de Bruselas, que no queremos recortes, ni más subvenciones a
la banca privada y más dinero para los poderosos a costa de los de abajo.
Para lograr esto,
humildemente y como activista social y político, propondría:
La creación de un frente socio-político de movilización popular
contra la forma de enfrentar la crisis de los neoliberales en general y el PP
en particular, consistente en fortalecer a la gran banca privada y a la
patronal CEOE, rebajando sueldos, derechos y servicios. Es decir, ROBAR A LOS
POBRES Y DARSELO A LOS RICOS.
Elaboración de un programa político, sencillo y
comprensible, al objeto de marcarnos todo los más diez objetivos que nos
permitan vencer en las urnas europeas y poder a partir de ese triunfo
reorganizar la ofensiva antineoliberal, democrática y anti-oligárquica, de
carácter político.
Una candidatura de convergencia política de
todas las fuerzas antineoliberales, de clase, las izquierdas transformadoras y
reales y los sectores democráticos, sociales y culturales que nos permita la
victoria y por tanto la preparación para lograr transformar a este Estado en un
ente democrático, justo y representativo de los intereses de las clases
populares y no solo de los de las oligarquías políticas y económicas.
Si cuando acabe
Septiembre, si esto no está ya en marcha y organizándose, pienso que habremos
sido una vez más derrotados.
*Politólogo y
activista social
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