Artículos de
Opinión | Iñaki Berazaluce | 29-03-2013 |
¿Por qué no ha estallado la violencia en
España? Todos hablamos de la crisis pero no nos ha afectado a todos por igual.
Este clarificador gráfico indica que son los más
desfavorecidos –el 30% menos pudiente- el que más ha mermado sus ingresos y su
calidad de vida. Es decir, los parias… “Y los parias no suelen hacer
las revoluciones –explica Florentino Moreno, profesor de
Psicología Social de la Universidad Complutense-. La historia nos demuestra que
han sido las clases medias y los burgueses los que han encabezado las
revoluciones, generalmente cuando sus expectativas se han visto
frustradas. No fue el lumpen el que tomó La Bastilla, sino los
comerciantes. De hecho, en los países más pobres, como los africanos, nunca se
han producido revueltas políticas violentas”.
El factor frustración es
troncal en la eclosión de la violencia colectiva. Según el modelo propuesto por Hugh Davis en 1962, un detonante de la
violencia sería la “privación progresiva”, es decir el inconformismo creciente
de un individuo posterior a la prolongada espera para obtener algo: “No solo
estoy mal sino que me comparo con mis propias expectativas”.
“Es más probable que ocurra una revolución
cuando a una época prolongada de crecimiento social y económico siguen períodos
cortos de reveses agudos –explica la teoría de Davies- “… la gente aprende a esperar mejorar
continuas”.
“Existen varios factores que explican la
relativa paz social en España –respondeFlorentino Moreno-. Por un lado,
la dispersión de la identidad social. Se han desdibujado conceptos
como el sentimiento de pertenencia a una clase, muy fuerte en conflictos
anteriores. A esta dispersión social hay que sumar una dispersión geográfica”.
“En relación con lo anterior, ha tenido
lugar un largo proceso dehiperpsicologización de la población: nuestro
problema es solo nuestro. Cada cual tiene que buscar su propia salida”.
“Un tercer factor –prosigue Moreno- es la
percepción de que no se han agotado las alternativas no violentas: la
violencia se ejerce por cambiar mucho, no por cambiar un poco”. En el mismo
sentido se aplica la deslegitimización de la violencia como herramienta de
cambio en las últimas décadas, un zeitgeist opuesto al que se vivía en los años
70 y 80: “No existe nadie ahora mismo que tenga un discurso que justifique la
violencia como reacción a la violencia del sistema. Con la posible salvedad de
Negri, la violencia se considera un recurso último y muy devaluado”.
Cuando la violencia amenaza con llegar a
las calles, el Estado y su brazo armado, la Policía, ejercen un “eficaz
control social preventivo”, apunta Elena Ayllón, del mismo departamento de
Psicología Social de la UCM: “La Policía está trabajando con mucha perspicacia
para localizar y desactivar los posibles focos de conflicto antes de que
estalle la violencia. Los líderes son reprimidos o bien las demandas de los
colectivos más beligerantes son satisfechas”, explica. En caso de que esto
falle, la violencia está “muy penalizada”, como demuestra el endurecimiento del Código Penal que
ultima el ministro Gallardón.
Por último, pero no por ello menos
importante, es la existencia de un “factor precipitante” –el último de los seis
factores contemplados por el sociólogo Dinam Smelser en su
modelo de 1962-, una chispa que prenda el combustible de la indignación,
como fue el apaleamiento de Rodney King por la policía,
que desembocó en los mayores disturbios del siglo XX en Estados Unidos o la
muerte de dos adolescentes de origen africano en París, que desencadenaron
una violentísima revuelta en Francia en el
verano de 2005.
Las declaraciones aquí recogidas están
tomadas de la clase pública. ¿Por qué no ha estallado
la violencia en España? impartida por un grupo de profesores y
alumnos de Psicología Social de la Universidad en una plaza de
Madrid el pasado 9 de marzo.
Con información de Rinzewind: ¿Quién se está llevando la hostia de la crisis? y‘Psicología Social’, de Worchel y Cooper.
Articulo de Iñaki Berazaluce, publicado
en www.yorokobu.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario