CHIPRE: LOS
"COMUNISTAS" EN LA RATONERA
Un análisis sobre la izquierda europea y la crisis
Miércoles,
20 de marzo de 2013
Por Máximo
Relti - Canarias-semanal.org
La mayoría
de las organizaciones que integran el grupo denominado "Partido de la
Izquierda Europea, (PIE), perseveran en su reclamación de
autodenominarse "comunistas". Sin embargo, no dejan de asumir
al sistema capitalista en su conjunto, sus normas y sus
instituciones. Los "comunistas" adscritos a este grupo
esgrimen el argumento de que en el marco del régimen capitalista es
posible desarrollar políticas favorables a los trabajadores. El caso de Chipre
puede servirnos como muestra de la inconsistencia de este
planteamiento ideológico.
Chipre es un país de aproximadamente 1.120.489 habitantes. La isla, no
obstante, está dividida en dos. Una parte está dominada por la población
griega, y la otra por habitantes de origen turco. El gobierno de Chipre está
organizado de acuerdo con la Constitución de 1960, que repartió el poder entre
las comunidades grecochipriota y turcochipriota. En el año 2004, el sur de la
isla ingresó en la Unión Europea.
LA CRISIS
CHIPRIOTA
El "Partido Progresista de los Trabajadores de Chipre", nombre
con el que se conoce al Partido Comunista (AKEL), ha dominado
hasta hace poco el Parlamento de la isla. Además de ser partidario de la
reunificación de las comunidades étnicas que dividen Chipre, defendió también
la integración del país en la Unión Europea.
El pasado fin de semana Chipre se añadió a la lista de los cinco
países de la UE que han sido "rescatados" por la Unión
Europea. A cambio del rescate, el gobierno chipriota, ahora
controlado por la derecha, ha suscrito una serie de obligaciones políticas y
económicas que lesionan gravemente los intereses del conjunto de la sociedad
isleña.
Los países del Norte europeo han destinado 10.000 millones de euros
a sanear a los grandes bancos de la isla. A cambio, exigen la
imposición de un peculiar "impuesto" sobre
los ahorros que los ciudadanos tienen depositados en los bancos.
Aquellos chipriotas que posean más de 100.000 euros en
sus cuentas de ahorro tendrán que pagar casi el 10% de sus depósitos. A los que
no alcancen esa cifra el Estado se verá obligado a "expropiarles"
el 6,75%. A diferencia del expolio indirecto al que la UE ha sometido a Grecia,
España, Portugal e Irlanda a través de los recortes en los
servicios públicos y las privatizaciones masivas, los representantes de los
capitalistas noreuropeos desean apropiarse directamente de los
ahorros de los depositantes chipriotas. Desde fuentes de la UE se
especula con la posibilidad de que, de resultar exitosa, esta
novedosa "experiencia" pueda aplicarse en los países
"rescatados" que no cumplan con las exigencias de Bruselas.
Estas drásticas medidas impuestas a Chipre por las entidades financieras
del Norte europeo han generado una gran tensión social en la isla. En la
última sesión del martes 19 de marzo, el Parlamento chipriota no aceptó los
criterios de Bruselas para la aplicación del rescate. Pero dados
los posicionamientos sostenidos hasta ahora tanto por el gobierno -
conservadores - como por la oposición -"comunistas"-
todo indica que este rifirrafe quedará en una exhibición de gestos que,
finalmente, dará lugar a un "arreglo" con la Unión Europa.
LOS
COMUNISTAS CHIPRIOTAS
El Partido Progresista de los Trabajadores, AKEL, fue fundado en
1926 con el nombre de Partido Comunista de Chipre. Sin embargo, su lucha
contra el colonialismo británico lo llevó pronto a la clandestinidad, siendo
ilegalizado en 1931. Los comunistas chipriotas han estado una parte importante
de su historia muy vinculados a la clase trabajadora de su país,
encabezando sus luchas y sufriendo los efectos de la represión y el crimen.
EN SEGUNDO
LUGAR POR LA IZQUIERDA EL "COMUNISTA" DIMITRIS CHRISTOFIAS,
PRESIDENTE DE CHIPRE REUNIDO CON HERMAN VAN ROMPUY, PRESIDENTE DEL CONSEJO
EUROPEO, JOSE MANUEL DURAO BARROSO, PRESIDENTE DE LA COMISION EUROPEA, Y MARTIN
SCHULZ, PRESIDENTE DEL PARL
En la década de los 90, después de la desaparición de la Unión Soviética,
AKEL sufrió una escisión en sus filas. La corriente eurocomunista,
minoritaria, se separó de la organización, convirtiéndose en una fracción
extraparlamentaria en trance de desaparición. Pero, contrariamente a lo que
podría deducirse, la línea ideológica de la organización de los
comunistas chipriotas no siguió una senda de radicalización
revolucionaria sino que, por el contrario, fue escorándose también hacia
posiciones eurocomunistas y de reformismo económico . En el año
2008, el 53% de los votantes chipriotas eligió a AKEL para formar
gobierno. Dimitris Christofias, el presidente de la formación política "comunista",
fue designado para presidir el ejecutivo de su país.
CAMBIAR
NADA PARA QUE NADA CAMBIE
Pero, pese a esos holgados resultados electorales, las cosas en Chipre
apenas cambiaron a partir de entonces. En los últimos cuatro años la
isla fue convertida en un enorme paraíso fiscal, donde fluían
ingentes cantidades de capital provenientes de la Unión Europea y
de Rusia para proceder a su blanqueamiento en los bancos
chipriotas. El gobierno "comunista" hizo caso
omiso de la situación que se estaba creando, prefiriendo recurrir a
la aplicación de medidas llamativas y electoralistas, en lugar de
“Los drásticos recortes no son
medidas coyunturales, reversibles en cuanto se supere la ‘crisis’ El objetivo
de la clase capitalista europea es estratégico”.
aplicar
una política de profundas reformas sociales que contribuyeran a una
transformación radical en la vida del país. El propio gabinete de Dimitris
Christofias alentó la compra de bonos griegos, aprovechándose de las
desgracias de su vecino continental y de los réditos que proporcionaba
la ruleta especulativa de los mercados bursátiles.
LA POLÍTICA
ECONÓMICA DE LOS "COMUNISTAS" CHPRIOTAS
El gobierno "comunista"
de AKEL fue incapaz durante su legislatura de romper las
cadenas que ataban a la economía de la isla a la Unión
Europea. Con su aliento, Chipre fue convirtiéndose
en una pieza clave de la economía especulativa mundial. En lugar de
proceder a la nacionalización de una banca que arrastraba irremediablemente al
país hacia una quiebra segura, el primer ministro "comunista" Dimitris
Christofias unió su suerte a las directrices marcadas por Bruselas. La
dirección política de AKEL defendía por entonces - y
defiende ahora - el principio de que las líneas de la economía de
la isla debían ser "negociadas" con las
mismas instituciones europeas que facilitaban que Chipre se
convirtiera en un refugio de corsarios financieros internacionales , de
mafiosos bursátiles y de criminales de toda laya. Como los hechos se han
encargado de demostrar, de nada ha valido la promesa del primer
ministro Christofias, según la cual las cargas de la crisis
tendrían que "repartirse en función de la capacidad de cada uno, y
nunca a costa de los trabajadores".
Como suele suceder, el electorado tiende a adscribirse a las marcas
políticas auténticas, rechazando las copias que tratan de imitarlas. Algo
así fue lo que le sucedió a AKEL, el partido de los "comunistas"
chipriotas. Ocuparon el gobierno con la promesa de realizar cambios
verdaderamente transformadores en la sociedad de la isla. Pero en lugar
de afrontar esa tarea, desarrollaron políticas de derechas, amoldándose a las
exigencias de los intereses de la Banca internacional y ellos
mismos terminaron convirtiéndose en gestores de la especulación de los
mercados bursátiles. En las elecciones del pasado mes de febrero la
derecha recibió el apoyo del 57% de los votantes. La sociedad
chipriota apartó a los "comunistas" del gobierno.
LOS "COMUNISTAS" DEL
PARTIDO DE LA IZQUIERDA EUROPEA
En realidad, AKEL y el resto de partidos
"comunistas" que en el Parlamento europeo integran el PIE
(Partido de la Izquierda Europea ) - Partido Comunista de España,
Partido Comunista Francés, Refundación Comunista, etc.-, junto a
organizaciones como Die Linke o Syriza., parten de la ilusión ideológica
reformista, socialdemócrata, de que es posible cambiar desde
dentro las instituciones estatales o supraestatales, mediante un
"sabia" combinación entre la "presión" de la
calle y la "negociación" institucional.
“El brutal ataque a los salarios no
solo son un gesto cicatero de la patronal, es sobre todo una imposición de la dinámica del desarrollo del sistema
capitalista”.
Los
partidos del PIE no hacen sino recoger el legado de las
antiguas formaciones socialdemócratas europeas, consistente en "concertar"
con las clases sociales hegemónicas acuerdos que "alivien" el
peso de la explotación capitalista. Pero llegan a destiempo. El panorama
para la lucha de los asalariados europeos no puede ser más desolador.
El enemigo con el que se han batido históricamente las clases
dominantes europeas se encuentra ideológicamente diezmado por la
arrolladora influencia de más de dos décadas de reformismo político y
amarillismo sindical. Y en el plano internacional ya no existe un "campo
socialista" que pueda equilibrar la correlación de fuerzas,
haciéndola más favorable a las clases trabajadoras.
LA NUEVA
SITUACIÓN EUROPEA Y EL FUTURO DE LAS POLÍTICAS REFORMISTAS
La presente crisis económica ha servido para poner de
relieve que los objetivos del gran capital europeo están orientados a la
recuperación del terreno perdido a lo largo de la segunda mitad del siglo
XX. Los drásticos recortes salariales, el fin de las prestaciones
sociales gratuitas, las privatizaciones masivas o el alargamiento de la edad de
jubilación no son recortes coyunturales y reversibles en cuanto se
supere la "crisis" . El objetivo de la clase capitalista
europea es estratégico. Lo que intenta es aumentar a toda costa la tasa
de ganancia empresarial en un mercado mundial altamente competitivo,
donde no puede permitirse hacer concesiones de ningún tipo. No se
trata solo de un gesto cicatero de la patronal, sino esencialmente
de una imposición de la dinámica del desarrollo del sistema
capitalista. Y es justamente por esa razón por la que las políticas de "concertación"
y "reformas" propugnadas por las organizaciones
que integran el "Partido de la Izquierda europea"
están condenadas de antemano al más estrepitoso fracaso.
Lo que se avecina en el escenario social de Europa es una dialéctica de clase
contra clase. Y para ello deben prepararse tanto los asalariados como
sus organizaciones políticas y sindicales.
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