jueves, 29 de noviembre de 2012

“UN OPORTUNISTA SIN CONCIENCIA POLITICA PARA TREPAR EN EL MUNDO CAPITALISTA”



LAS AVENTURAS POLÍTICAS Y FINANCIERAS DE UN EX COMUNISTA QUE TERMINÓ SIENDO MINISTRO DE AZNAR (I)
Miembro de mil y un consejo de administración, financiero, inversionista, asesor de un sin fin de empresas, multimillonario...
Miércoles, 28 de noviembre de 2012
Por Máximo Relti - Canarias Semanal
    Josep Piqué, el flamante ex ministro de José María Aznar, será a partir de ahora el nuevo presidente del Consejo de la empresa "Vértice Servicios Audiovisuales", filial de la productora que preside Manuel García Durán, encargada del suculento negocio de pujar por los contratos de externalización de las televisiones autonómicas.

         Sólo a lo largo del presente año Josep Piqué, que también es presidente de "Vueling" , ha añadido a su haber cuatro nuevas poltronas en Consejos de Administración de grandes empresas. Aparte de su cargo en la filial de "La Productora", ha entrado en Ezentis, en Sanjosé y en EADS como consejero indepediente. Pero es que, además, este catalán  acaparador  de sustanciosos cargos, ostenta la representación de los intereses del Gobierno de España en la matriz de Airbus, de la que posee el 5,54 por ciento a través de la Sepi.

       El que en un día fuera ministro de Industria y Energía del gabinete del ultraconservador José María Aznar,  pasando luego a ocupar las carteras de Asuntos Exteriores y de Ciencia y Tecnología,  se ha convertido en uno de los "ex políticos" más demandados por las grandes empresas multinacionales, a las que no duda  en prestar su valioso "asesoramiento". ¿Se trata, pues, de un hombre de excepcionales cualidades cuyos consejos resultan imprescindibles para el buen funcionamiento de la gran empresa? En absoluto. Piqué no hace sino dar continuidad a la línea histórica que desde la época de la dictadura franquista, han seguido todos los ministros y presidentes de los gobiernos subsiguientes. Quienes han estado insertos en el andamiaje gubernamental  utilizan sin rubor alguno  las relaciones y contactos que han establecido en el curso de sus gestiones ministeriales para colocarse posteriormente en ubicaciones privilegiadas de la gran empresa privada. Por ello, no resulta extraño que sin haber dejado de ser ministro, los comentaristas de prensa  anuncien  desde ahora un puesto en Repsol al canario José Manuel Soria. Y es que granárselo - hay que reconocerlo-  se lo está ganando.

       Según se comenta en medios digitales y de la prensa menos oficialista, citando fuentes confidenciales, Josep Piqué ha confesado más de una vez  que entre sus ambiciones más codiciadas se encuentra ser el futuro presidente de Repsol. Incluso hay quienes le reprochan que aprovechando los conflictos generados por el  ERE en la Compañía Iberia, Piqué esté operando bajo cuerda para ocupar la dirección de la maltrecha aerolínea. Todo un Maquiavelo en el teje maneje de las rifas de los Consejos de Administracion.

      Pero el rosario de "pertenencias" de Piqué no concluye con los cargos citados. El ex ministro del gabinete de José María Aznar forma parte, igualmente, del Consejo asesor de la cadena  hotelera Hotusa, de ING España, de UPS, de Seat o del despacho Cremades & Calvo Sotelo, entre otros muchos.

DE LA "REVOLUCIÓN DEL 68" AL PROCELOSO MUNDO DE LOS NEGOCIOS

       Josep Piqué no es, desde luego, el típico conservador mesetario, tosco y sin idea de lo que tiene por delante.  Mientras su amigo José María Aznar malgastaba  su tiempo escribiendo  cartas rancias en la prensa falangista del Madrid de principios de los setenta, defendiendo la figura de José Antonio Primo de Rivera, Josep Piqué se adscribia a la juventudes "rebeldes"  de las postrimerías del franquismo. Josep Piqué, el hijo del último alcalde franquista de Cataluña, quiso lavar su genealogía familiar y se puso a militar en el grupo Bandera Roja, en cuya jefatura se encontraba otro desertor de la izquierda, el ya fallecido Solé Tura. . Posteriormente Piqué, con sus compañeros de grupo pasaría  a engrosar las filas del PSUC, la otrora famosa y sólida organización de los comunistas catalanes.

       El hoy multimillonario Piqué formó parte de aquella "progresía" de papel cuché  que pasó del "hay  que cambiarlo todo" de los años setenta, a descubrir las "mieles" de la economía de mercado en los 80. De repente, los antiguos rebeldes del 68 descubrieron que con contactos y relaciones no resultaba imposible hacerse millonario.  De forma que el "ex revolucionario" Piqué se metió de lleno en el proceloso mundo de los negocios, de los grandes negocios, en aquella España felipista en la que según el ministro socialdemócrata Solchaga   "todo el mundo podía hacerse rico en poco tiempo". Y Piqué, de la mano de Javier de la Rosa, se hizo rico, inmensamente rico.

¿UN TECNÓCRATA?

        En 1996, sin ser todavia militante del Partido Popular, gracias a su estrecha amistad con Anna Birulés, la ministra de Ciencia y Tecnología, Piqué fue llamado por José María Aznar para que ocupara la cartera de Industria. En el curso de  la segunda legislatura aznariana, Piqué  fue convertido en ministro de Asuntos Exteriores y, también, en titular del Ministerio de Ciencia y Tecnología. Cuando los "populares" fueron desalojados del gobierno por el otro partido turnante,  Pique se vio obligado a ocupar la presidencia  del  Partido Popular en Cataluña. Pero después de haber ostentado cargos de tanta relevancia, ser presidente de una organización política en un territorio  comanche, donde no tenía  una maldita rosca que comerse, no era apetitoso para un personaje con aspiraciones tan ambiciosas  como las de Josep Piqué. De forma que se dejó de perder el tiempo y retornó eufórico al mundo de las finanzas.

UN HALCÓN ILUSTRADO

      Se equivocan aquellos que mantienen la creencia de que Piqué fue  fundamentalmente un tecnócrata "aséptico", sin grandes preocupaciones fuera del dinero y del brillo público. Ni de coña.  Como ministro de Asuntos Exteriores su agenda diplomática  estuvo orientada a la defensa de la política agresiva del  gobierno de George Bush, no solo en Oriente Medio sino también en América Latina. Durante su mandato en Exteriores  apoyó  públicamente al presidente golpista venezolano Pedro Carmona Estanga, aquel empresario, presidente  de las Camaras patronales venezolanas  que quiso acabar por las armas con el gobierno popular de Hugo Chávez . Aunque tampoco el gesto es como  para echarse manos a los pelos, teniendo en cuenta que en Canarias, el presidente de la Comunidad autónoma, rl "progre"  Román Rodríguez hizo  lo mismo, y apenas ya hay nadie que  lo recuerde.



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