El 14N y la desinformación
Artículos de
Opinión | José Enrique Centén Martín | 23-11-2012 |
La
información de muchos diarios, tanto prensa escrita como digitales, al cargar
sobre los sindicatos el 14 N, diciendo que no era el gobierno quien se la
estaba jugando, sino la credibilidad sindical, pretendiendo en realidad un fin,
su desprestigio y el de las manifestaciones, manipulan el número de
participantes, diciendo por unanimidad la escasa participación, ocultando la
realidad, las movilizaciones la ha protagonizado la población en general, los
sindicatos se han hecho eco del descontento, y como interlocutores importantes
gracias a su aparato de propaganda muchos asalariados más han seguido esta
huelga, entre todos los sindicatos no tienen tantos afiliados, los importantes
son los manifestantes, hartos del menosprecio de los gobernante y sus política
económica, por ahora son manifestaciones pacíficas, pero ¿hasta cuándo? si
siguen en su actitud, llegará el momento en que nos levantaremos con o sin
sindicatos, o con un líder global, nosotros.
Con este
tipo de acciones orquestada desde el poder financiero, pretenden restar
protagonismo a los verdaderos protagonistas y perjudicados: los parados,
funcionarios, profesores, médicos, jubilados, asalariados en general, también
parte de la tropa del ejército, policías locales…
Las
manifestaciones han sido multitudinarias en todas las poblaciones junto a los
sindicatos generalistas, incluso uno de ellos, claramente afín al gobierno
actual y que no secundó la convocatoria nunca, en un momento dado y dada la
magnitud del descontento que se palpaba antes del día 14, optó por estar en la
tribuna de discursos, pero pocas banderas de ese sindicato ondearon en la
manifestación. Consciente soy y como yo, numerosos militantes o simpatizantes
sindicales, que el actual sindicalismo debe de cambiar y volver a sus orígenes,
en los años 60 y 70 funcionábamos sin subvenciones, éramos verdaderamente
independientes, con una sola meta, la mejora social de todos, conseguimos parte
de todas aquellas metas, incluso volvimos a tener representación parlamentaria
a la sombra de determinados partidos políticos, pero la trampa de la
subvención, urdida por todos ellos, incluso por los que creíamos más afines,
cegó a nuestros sindicatos y dirigentes, las subvenciones cortó independencia,
cuando esa es la única forma de luchar por los intereses de los trabajadores,
debemos de hacer hincapié en ella y conseguir una afiliación que nos lleve al
Parlamento de nuevo, para que no se convierta en una regresión histórica sus
medidas económicas, haciéndonos volver al siglo XIX.
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