Con los compañeros en huelga de hambre en Barcelona. No hay tregua
en la lucha
Artículos
de Opinión | Francisco González Tejera | 24-11-2012 |
Los "buenos
propósitos" de la oligarquía siempre han acabado en violencia y muertes
masivas de quienes piensan diferente. Esta ha sido la dinámica de la historia
más inmediata en ciertos países donde el latrocinio y la corrupción son la
tónica general. Todo parece indicar que el infierno neoliberal nos arrastra a
la miseria y al empobrecimiento generalizado, mientras las huelgas y
movilizaciones masivas son incapaces de parar el saqueo y la pérdida de derechos
fundamentales.
Una casta política entregada
a la delincuencia financiera internacional, un pueblo masacrado y abocado al
abismo, con unos niveles de pobreza inéditos en los últimos 30 años, donde cada
vez hay más ricos y mucha más gente sobreviviendo con sueldos de miseria o
formando parte de esos 6 millones de personas desempleadas, víctimas de un
sistema corrupto que genera desnutrición infantil, desahucios, suicidios,
desesperanza y una justicia de pago para evitar que la gente humilde pueda
recurrir sentencias o demandar los abusos de poder y los robos. Unas medidas
orquestadas para beneficiar a la gentuza que despide impunemente, que explota y
que secuestra los más elementales valores democráticos.
En Madrid la alcaldesa
Botella vende viviendas sociales a una de las muchas empresas del marido de
Cospedal, dejando en la calle a cientos de familias en situación de exclusión
social. ¿Qué será ahora de esta gente?. Mientras estos millonarios especulan
con viviendas públicas sin un mínimo de humanidad, demostrando lo poco que les
importa el pueblo, los sectores más desfavorecidos de la sociedad. El dinero es
la clave que mueve sus vidas, esos flejes de billetes de 500 euros que muy
pocos hemos tenido en nuestras manos. Resulta patético y surrealista que se
pisotee de esta forma la dignidad de millones de ciudadanos/as.
Todo parece estar invadido de
una paz siniestra después de la Huelga General. Los grandes sindicatos apenas
aparecen, no se ven resultados y el gobierno se muestra reafirmado en sus
políticas. Ningún líder sindical o político de la izquierda parlamentaria
plantea alternativas movilizadoras más contundentes y todo parece quedarse en
nada, en conformismo, en permitir que nos sigan estrangulando sin paralizar de
una vez el país de forma indefinida, sin articular estrategias de lucha y
movilización que ataquen directamente a la yugular de un gobierno de bandidos
legales.
La única forma de combatir el
neoliberalismo es con medidas radicales (ir a la raíz de las cosas), de lo
contrario acabarán con nosotros/as tarde o temprano. Comienzan por quitarte la
sanidad y la educación pública, con bajarte él sueldo con la excusa de este
montaje de crisis y en pocos meses despedirte y dejarte sin nada, para luego
desahuciarte de tu casa, condenarte a la indigencia y a ver como tus hijos/as
pasan hambre. Las posturas moderadas y de respeto a esta mentira de
“democracia” no conducen a nada. Hay que comenzar por cuestionar este sistema,
este gobierno y esta monarquía heredera del franquismo, desarrollar acciones que
realmente transformen y hagan daño de verdad a una calaña de gobernantes sin
escrúpulos, ministras con maridos corruptos, banqueros, príncipes y reyes al
servicio del gran capital financiero.
Sigamos el ejemplo heroico de
los compañeros en huelga de hambre en Barcelona en solidaridad con un compañero
despedido por el monstruoso emporio de Telefónica. Esta si que es una lucha de
verdad, hasta las últimas consecuencias de la que debemos tomar buena nota. Una
batalla noble y justa de la que medios internacionales como The New York Times
o el Sunday Times, han elaborado reportajes leídos por millones de personas en
todo el mundo. Hasta han sido visitados en su encierro por Alexis Tsipras del
Syriza griego, sin que la vergonzosa y manipulada prensa estatal del régimen se
haya hecho eco de la enorme trascendencia de una acción que los puede conducir
a la muerte si no es readmitido Marcos.
Todo mi apoyo solidario y
fraterno desde las Islas Canarias para Laurentino, Marcos, Carlos, Albert y
Josep. Su sufrimiento también es por todos/as nosotros/as y nos debe marcar el
camino de la victoria.
LA LUCHA CONTINÚA.
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