Las políticas de derechas matan más que la ETA y Al Queda
Artículos de
Opinión | Gustavo Vidal Manzanares | 25-11-2012 |
El
terrorista más sanguinario (valga la redundancia) jamás podría soñar con matar
tanto como las políticas propugnadas por el PP
Los recortes
en sanidad, dependencia o pensiones, no solo generan un insoportable dolor
físico y psíquico en millones de ciudadanos honrados, sino que los abocan, sin
más, a la muerte. Desde ancianos y crónicos que abandonan sus tratamientos,
dejan de recibir atención sanitaria o reciben una de peor calidad que precipita
su fallecimiento, hasta trabajadores de bien que deciden suicidarse cuando van
a ser desahuciados.
Aunque,
parece ser, Rouco Varela y la sin par Ana Botella acostumbran a rezar mucho en
estos casos.
Las armas
homicidas de los terroristas clásicos, la bomba y las balas de 9 mm parabellum,
han sido sustituidas por el Decreto Ley con la coartada de unas elecciones. Y
digo coartada porque los ciudadanos no les votaron para perpetrar las medidas
de ajuste neoliberal.
Unas medidas
que nacieron del terrorismo de Estado
Conviene
destacar que las medidas de corte neoliberal, no comenzaron a imponerse de
manera pacífica, sino mediante el terrorismo… ¿quién iba a renunciar a su vida,
salud y bienestar?
Para su
progresiva implantación fue necesaria la espantosa dictadura del cobarde
general Augusto Pinochet, junto a un colosal despliegue internacional de
terrorismo de Estado bautizado como “operación cóndor”. Mediante aquella
“operación”, en muchos países del cono sur se asesinó a quienes se oponían a la
implantación de las políticas económicas neoliberales.
Coches
bomba, apuñalamientos o tiros en la nuca, planificados y ordenados desde
cancillerías y capitanías, segaban la existencia de miles de ciudadanos que se
atrevían a resistir la entrega del país y sus derechos a compañías
multinacionales, generales barrigudos y políticos corruptos.
Y estas
medidas son las que enriquecen hoy a empresarios y banqueros sin alma, las
mismas ante las que babean personajillos como la condesa Aguirre, Rajoy y otras
heces sociales de la banca, gran empresa y caverna mediática.
Terrorismo
de Estado mediante Decreto Ley
En toda
nación donde se han aplicado las medidas neoliberales, es decir los recortes en
dependencia, salud, educación, pensiones, sanidad, en todas, repito, en todas…
docenas, cientos y hasta millones de ciudadanos han recibido prematuramente la
visita de la muerte.
Como asegura
el profesor Torres, España no va a ser una excepción. Las medidas de ajuste de
Rajoy matarán a miles de ciudadanos. Ahora, por fin, comienzan a divulgarse los
suicidios de gente honrada ante las leyes draconianas a favor de la banca en
materia de desahucios.
Pero
desconocemos las cifras aterradoras de ancianos, crónicos, enfermos,
dependientes, que engrosaran las estadísticas de los tanatorios por recibir una
sanidad pendiente de la cuenta de resultados, por no poder costear sus
medicinas, por privarse de la calefacción en invierno… serán las víctimas
ocultas de los dogmas neoliberales, tan falsos como asesinos. Pero, eso sí,
confeccionados a la milimétrica medida de los intereses bancarios y
especuladores.
¡Y qué decir
de los ciudadanos que se abisman en el alcohol o la droga para combatir la
angustia de los despidos, la ruina, la ausencia de futuro!, ¡qué decir de
tantos hombres y mujeres que deambulan como zombies con la sangre anegada de
antidepresivos o ansiolíticos a causa de las medidas que Rajoy y sus ministros
celebran entre risotadas y trajes caros!
El
neoliberalismo es vulgar crimen organizado
Aunque las
medidas neoliberales han conseguido ganar, de momento, la guerra, albergo la
convicción de que algún día serán repudiadas y calificadas como lo que son:
crímenes contra la Humanidad. Posiblemente no lo veré. Pero nada anhelaría más
que contemplar ese momento.
Y este
crimen lo perpetran los especuladores—como bien enseñan los profesores Torres y
Navarro—cuando inflan artificiosamente los intereses.
Así, abocan
a cada Estado hacia deudas innecesarias, falsas, artificiales, pero que
arruinan sus economías y por ende las vidas de sus habitantes.
A su vez,
los recortes, bajo el pretexto de las crisis, no cumplen otra función que
entregar la salud, la educación, las pensiones y la vida de la mayoría a manos
privadas. Esas manos sucias y podridas de codicia han visto secarse el momio de
la construcción y las grandes obras públicas. Son incapaces de generar riqueza,
de innovar. Pero quieren seguir manteniendo su lujoso tren de vida.
Y lo
mantienen saqueando los servicios públicos de educación de los jóvenes, la
salud de la población, el futuro de la mayoría. Su codicia y maldad troncha las
ilusiones más legítimas, frena el desarrollo social, agosta la cultura y la
ciencia, amarga y tiñe de negro los últimos días de millones de ancianos. Todo
acaba en la fosa séptica de los paraísos fiscales, la corrupción y la avaricia.
Os maldigo. Os maldigo con todas las fibras de mi alma, y juro que si algún día
la sociedad se convulsiona acudiré implacable y en persona a por vosotros.
¿Y qué decir
de los banqueros? Tras provocar la crisis y desviar la culpa a la política,
cargan sus costes sobre las costillas de la gente honrada. Quienes perpetran
políticas de derechas, sean del partido que sean, permiten estos desmanes y
dejan indefensos a los ciudadanos ante la voracidad de banca, grandes
empresarios, especuladores...
Son
conscientes de su inicuo proceder. Por eso pretenden arrancar de raíz las
nuevas formas de protesta. Ahí tenemos el proyecto de nuevo Código Penal
elaborado para reprimir las protestas ciudadanas mientras se extiende la
alfombra roja a los defraudadores y se indulta a políticos condenados por
corrupción…¿cuántos indultados por corrupción van ya, señor Ruíz Gallardón?
Nada extraño cuando la cartera de “Justicia” la ocupa vd, el yerno del
presidente de la fundación Francisco Franco. ¿Alguien entendería una fundación
Adolfo Hitler en Alemania?
Un genocidio
silencioso con responsables
Esta
gigantesca maniobra de muerte no podría haberse desplegado sin planificar una
deuda tan colosal como innecesaria.
Esta deuda
no existiría si el Banco Central Europeo hubiese prestado dinero directamente a
los Estados. Pero en Europa el BC presta ese dinero a bajo interés a los bancos
privados quienes, a su vez, lo prestan a los Estados elevando los intereses.
De esta
manera, miles de millones de euros acaban en el bolsillo de banqueros sin razón
ni mérito alguno. Y son los ciudadanos trabajadores, honrados y de bien,
quienes pagan con su vida, su salud y su sangre, esta orgía de codicia.
Cuando
afirmo que el PP, a través de sus políticas, mata más que la ETA y Al Queda no
me refiero, obviamente, a que directamente arrojen a las gentes desde las
ventanas cuando van a ser desahuciados. Tampoco expreso que retiren
materialmente las medicinas de los ancianos y crónicos o que clausuren
personalmente las consultas médicas.
Pero,
trágicamente, sí elaboran las leyes que arrastran y arrastrarán a miles de
ciudadanos hacia la desesperación, el dolor y la muerte. Y en un mundo donde
existiera una justicia avanzada deberían de ser juzgados. Del mismo modo que
fueron enjuiciados quienes ordenaron construir los campos de exterminio nazi, y
no solo los operarios que materialmente abrían la espita del gas tóxico.
Los
ciudadanos que clamamos por la justicia jamás debemos callar. Debemos gritarles
alto y fuerte, sin temor ni reserva mental, que sus manos gotean sangre
inocente, que sus decisiones a favor de bancos y grandes empresas matan más que
el terrorista más sanguinario, que sobre ellos recae la responsabilidad del
dolor, la angustia, el sufrimiento y la muerte de millares y millares de
inocentes.
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