Entre la última
sesión de control al Gobierno y la próxima transcurrirán 55 días sin que Rajoy
y sus ministros rindan explicaciones al Parlamento
JUAN
ANTONIO BLAY Madrid 03/01/2014 07:21 Actualizado: 03/01/2014 11:16
Alfonso Alonso y Alberto
Ruiz-Gallardón conversan en el Congreso, prácticamente vacío. Archivo EFE.
En
casi dos meses los escaños del hemiciclo del Palacio de la Carrera de San
Jerónimo, sede del Congreso de los Diputados, apenas estarán ocupados durante
dos días por los 350 miembros de la Cámara baja. Esas dos jornadas —durante el
pleno que, previsiblemente, se convocará para los días 22 y 23 de enero—
constituirán la única ocupación para la mayoría de diputados que abandonaron
los pasillos de la sede parlamentaria el pasado 19 de diciembre tras
finalizar el último pleno del pasado periodo ordinario de sesiones.
El
calendario del próximo periodo de sesiones no arranca hasta el día 11 de
febrero, cuando está convocado el próximo pleno ordinario. Esto supone un
"hueco" de 53 días sin reuniones plenarias de la cámara que,
en el mejor de los casos, sólo se verá interrumpido por una sesión
extraordinaria a finales de este mes. Para ello, la excusa es la de que el
presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ofrezca las obligadas
explicaciones sobre el contenido del último Consejo Europeo, celebrado en Bruselas los días 18 y 20
de diciembre.
"Incluso
esta cita se celebrará más de un mes después de la cumbre europea. Es mucho
tiempo para este tipo de comparecencias y también es muy larga la
inactividad parlamentaria con el parón de las fiestas navideñas y fin de año y
del mes de enero. Es lo mismo que pasa en julio, cuando además se añade el
mes de agosto", razona una veterana parlamentaria ahora en la oposición.
"Debería haberse cambiado", concluye sin saber explicar muy bien por
qué no se ha hecho.
El
próximo periodo de sesiones no arranca hasta el 11 de febrero
Ese
"parón" de 53 días se ve aumentado en dos más cuando se trata de
contar los días que median entre la última sesión parlamentaria de control
al Ejecutivo —celebrada el pasado día 18 de diciembre— y la próxima
prevista en el calendario de plenos —fijada para el 12 de febrero—. Eso,
siempre que la agenda del presidente Rajoy o de alguno de los miembros de su
Gobierno no justifique una ausencia por las razones más dispares. Se ha dado el
caso de que más de un ministro ha estado ausente más de tres meses en
estas sesiones casi semanales de control parlamentario.
En
el caso de Rajoy, el grupo socialista ha solicitado para este mes de enero un
pleno extraordinario en el que se incluyan preguntas al presidente del
Gobierno. La mayoría absoluta del PP no lo permitirá. Ese es el
precedente del pasado mes de julio cuando una negativa en este sentido generó
una bronca en el pleno extraordinario que
la Cámara baja celebró en las dependencias del Senado por las obras
que se hacían en el Palacio de la Carrera de San Jerónimo.
En
cualquier caso, en las vacaciones parlamentarias del pasado mes de julio se
celebraron dos plenos extraordinarios —uno por la cumbre de la UE en
Bruselas de finales de junio y otro para tramitar la ley Wert—,
a los que hay que sumar el pleno convocado el 1 de agosto en el que
Rajoy se pronunció por primera y última vez
sobre el caso Bárcenas. No parece que ahora vaya a repetirse este
frenesí en un periodo considerado inhábil en términos parlamentarios.
El rodillo del PP, aún
en marcha
La
actividad parlamentaria durante este paréntesis de casi dos meses se completará
con una reunión de la Diputación Permanente, órgano que suple al pleno
en los periodos no ordinarios de sesiones y que está formado por 52 diputados
que constituyen la élite de la cámara. Sus miembros no cesan cuando se convocan
unas elecciones generales —como sí lo hace el resto de diputados— y mantienen
su condición de parlamentarios, cobrando, hasta que se constituye la nueva
cámara. En el Senado ocurre otro tanto.
En
enero no se prevé actividad parlamentaria tampoco en las Comisiones
Para
que este órgano se reúna se requiere que al menos dos grupos parlamentarios lo
soliciten. Para este mes de enero ya lo han
planteado el grupo socialista y el de la Izquierda Plural con el fin de que se
apruebe la comparecencia de hasta ocho miembros del Gobierno ante sus
correspondientes comisiones parlamentarias. Salvo que al Ejecutivo
le interese, por razón de su estrategia política, lo más probable es que la
mayoría absoluta del PP vete la convocatoria de esas comparecencias. En consecuencia,
no se prevé, a priori, ninguna actividad parlamentaria en comisiones.
El
viejo argumento de que estos parones servían a los diputados para "retomar
el contacto con los electores de sus respectivas circunscripciones",
empleado durante varias legislaturas para justificar esa estructura de
actividad parlamentaria, ya no lo esgrime nadie en estos momentos. "Esta
claro que los viajes y las comunicaciones hoy en día no tienen nada que ver con
la situación de hace treinta y tantos años" admite un parlamentario del PP
con apenas una legislatura de experiencia. Pero tampoco sabe por qué se
mantiene este modus operandi.
Lo
cierto es que salvo un pleno a finales de mes —de dos días de
duración— y la reunión de una Diputación Permanente (sus debates suelen
ocupar unas cuatro horas, en función de los asuntos incluidos en el orden del
día) no hay otra actividad parlamentaria prevista en estos casi dos meses
que median entre el fin del periodo de sesiones anterior en diciembre y el
inicio del próximo en febrero.
J.A.B.
El
"parón" navideño y de cambio de año también afecta a otras
instituciones del Estado. Sin ir más lejos, a la Casa Real. La agenda oficial
que se facilita a los medios de comunicación regularmente cada semana lleva dos
entregas con la misma escueta frase: "No hay previstas actividades
oficiales con cobertura informativa". Esa es toda la actividad oficial
entre los pasados días 23 de diciembre y este próximo domingo día 5, fecha en
la que el rey Juan Carlos cumple 76 años.
La
Casa Real facilita los actos oficiales que tienen una cobertura
informativa y que son protagonizados por el rey y la reina, juntos o por
separado, los príncipes de Asturias, también como pareja o individualmente, y
la infanta Elena. La otra hija de los reyes, la infanta Cristina, hace ya
tiempo que no protagoniza actos oficiales de la Casa Real.
El
rey, que convalece de su última operación de cadera que le practicó el
doctor Cabanelas el pasado 21 de noviembre,
presidirá el próximo lunes la celebración de la Pascua Militar en el Palacio
Real. Será su primer acto fuera de La Zarzuela desde su operación. Desde
que salió la última vez de la mesa de operaciones su actividad ha sido muy
limitada y siempre sentado: los días 4 y 11 de diciembre presidió los actos
de jura y promesa de los nuevos miembros del Consejo General del Poder Judicial
y de su presidente, respectivamente. Y el día 12 recibió al presidente de la
UE, Herman van Rompuy. Todo ello en La Zarzuela.
Los
príncipes de Asturias y la propia reina se han prodigado para llenar la agenda
de la institución: en la semana del 16 al 22 de diciembre, cuando el rey no
tuvo ninguna presencia pública, la monarca protagonizó cuatro actos y los
príncipes de Asturias otros tres.
Fuente: www.publico.es
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