ANDALUCESDIARIO.ES /
18 Ago 2013
Caricatura
de Lorca dibujada por Luis Bagaría. // El Sol
Considerada
como la última entrevista a Lorca, fue publicada en el diario El Sol en 1936,
apenas dos meses antes de morir asesinado. En una conversación con el
periodista y caricaturista Luis Bagaría, el poeta granadino habla de la vida y
de la muerte, del pueblo, del amor a la patria con venda en los ojos, de la
hipocresía, de los toros y del flamenco, de poesía… Andalucesdiario.es
reproduce estas reflexiones actuales más de tres cuartos de siglo después.
Luis
Bagaría: Tú que has dado categoría lírica a la calabaza de Gil Robles y has
visto el búho de Unamuno y el perro sin amo de Baroja, ¿me quieres decir el
sentido que tiene el caracol en el paisaje puro de tu obra?
Lorca:
Me preguntas el porqué de esa predilección por los caracoles de mis dibujos.
Pues muy sencilla: para mí, el caracol tiene un recuerdo sentimental de mi
vida. Una vez, estando dibujando, se acercó mi madre, y al contemplar mis
garabatos me dijo: “Hijo mío: Me moriré sin poder comprender cómo te puedes
ganar la vida haciendo caracoles”. Desde entonces, yo a mis dibujos los bauticé
así. Aquí tienes saciada tu curiosidad.
Poeta
García Lorca, sutil y profundo, pues tu verso tenue y bello, verso con alas de
acero bien templado, horada la entraña de la tierra: ¿Crees tú, poeta, en el
arte por el arte o, en caso contrario, el arte debe ponerse al servicio de un
pueblo para llorar con él cuando llora y reír cuando este pueblo ríe?
A
tu pregunta, grande y tierno Bagaría, tengo que decir que este concepto del
arte es una cosa que sería cruel si no fuera, afortunadamente, cursi. Ningún
hombre verdadero cree ya en esta zarandaja del arte puro, arte por el arte
mismo. En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con
su pueblo. Hay que dejar el ramo de azucenas y meterse en el fango hasta la
cintura para ayudar a los que buscan las azucenas. Particularmente, yo tengo
una ansia verdadera por comunicarme con los demás. Por eso llamé a las puertas
del teatro y al teatro consagro toda mi sensibilidad.
“En este momento dramático del mundo, el artista debe llorar y reír con su
pueblo”
¿Crees
tú que al engendrar la poesía se produce un acercamiento hacia un futuro más
allá, o al contrario, hace que se alejen más los sueños de la otra vida?
Esta
pregunta insólita y difícil de la aguda preocupación metafísica que llena tu
vida y que sólo los que te conocen comprenden. La creación poética es un
misterio indescifrable, como el misterio del nacimiento del hombre. Se oyen
voces no se sabe dónde, y es inútil preocuparse de dónde vienen. Como no me he
preocupado de nacer, no me preocupo de morir. Escucho a la Naturaleza y al
hombre con asombro, y copio lo que me enseñan sin pedantería y sin dar a las
cosas un sentido que no sé si lo tienen. Ni el poeta ni nadie tienen la clave y
el secreto del mundo. Quiero ser bueno, sé que la poesía eleva, y siendo bueno
con el asno y con el filósofo, creo firmemente que si hay un más allá tendré la
agradable sorpresa de encontrarme en él. Pero el dolor del hombre y la
injusticia constante que mana del mundo, y mi propio cuerpo y mi propio
pensamiento, me evitan trasladar mi casa a las estrellas.
“Escucho a la Naturaleza y al hombre con asombro, y copio lo que me
enseñan sin pedantería y sin dar a las cosas un sentido que no sé si lo tienen.
Ni el poeta ni nadie tienen la clave y el secreto del mundo”
¿No
crees, poeta, que sólo la felicidad radica en la niebla de una borrachera,
borrachera de labios de mujer, de vino, de bello paisaje, y que al ser
coleccionista de momentos de intensidad se crean momentos de eternidad, aunque
la eternidad no existiera y tuviera que aprender de nosotros?
Yo
no sé, Bagaría, en qué consiste la felicidad. Si voy a creer al texto que
estudié en el Instituto, del inefable catedrático Ortí y Lara, la felicidad no
se puede hallar más que en el cielo; pero si el hombre ha inventado la
eternidad, creo que hay en el mundo hechos y cosas que son dignos de ella, y
por su belleza y transcendencia, modelos absolutos para un orden permanente. ¿Por
qué me preguntas estas cosas? Tú lo que quieres es que nos encontremos en el
otro mundo y sigamos nuestra conversación bajo el techo de un prodigioso café
de música con alas, risa y eterna cerveza inefable. Bagaría: no temas; ten la
seguridad de que nos encontraremos.
Te
extrañarás, poeta, de las preguntas de este caricaturista salvaje. Soy, como
sabes, un ser con muchas plumas y pocas creencias, salvaje con dolorida
materia; y piensa, poeta, que todo este equipaje trágico del vivir floreció en
un verso que balbucieron los labios de mis padres. ¿No crees que tenía más
razón Calderón de la Barca cuando decía Pues el delito mayor del hombre es
haber nacido que el optimismo de Muñoz Seca?
Tus
preguntas no me extrañan nada. Eres un verdadero poeta, que en todo momento
pone la llaga en el dedo. Te contesto con verdadera sinceridad, con simpleza, y
si no acierto y balbuceo, sólo es por ignorancia. Las plumas de tu salvajismo
son plumas de ángel, y detrás del tambor que lleva el ritmo de tu danza macabra
hay una lira rosa de las que pintaron los primitivos italianos. El optimismo es
propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las que no ven el
torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que tienen remedio.
El optimismo es propio de las almas que tienen una sola dimensión; de las
que no ven el torrente de lágrimas que nos rodea, producido por cosas que
tienen remedio
Sensible
y humano poeta Lorca: seguimos hablando de cosas del más allá. Soy repetidor
del mismo tema, porque también el tema
se repite él mismo. A los creyentes que creen en una futura vida, ¿les puede
alegrar encontrarse en un país de almas que no tengan labios carnales para
poder besar? ¿No es mejor el silencio de la nada?
Bonísimo
y atormentado Bagaría: ¿No sabes que la Iglesia habla de la resurrección de la
carne como el gran premio a sus fieles? El profeta Isaías lo dice en un
versículo tremendo: “Se regocijarán en el Señor los huesos abatidos”. Y yo vi
en el cementerio de San Martín una lápida en una tumba ya vacía, lápida que
colgaba como un diente de vieja del muro destrozado, que decía así: “Aquí
espera la resurrección de la carne doña Micaela Gómez”. Una idea se expresa y
es posible porque tenemos cabeza y mano. Las criaturas no quieren ser sombras.
¿Tú
crees que fue un momento acertado devolver las llaves de tu tierra granadina?
Fue
un momento malísimo aunque digan lo contrario en las escuelas. Se perdieron una
civilización admirable, una poesía, una astronomía, una arquitectura y una
delicadeza únicas en el mundo para dar paso a una ciudad pobre, acobardada; a
una “tierra del chavico”, donde se agita actualmente la peor burguesía de
España.
“Se perdió una civilización admirable para dar paso a una ciudad pobre,
acobardada, donde se agita actualmente la peor burguesía de España”
¿No
cree, Federico, que la patria no es nada, que las fronteras están llamadas a
desaparecer? ¿Por qué un español malo tiene que ser más hermano nuestro que un
chino bueno?
Yo
soy español integral, y me sería imposible vivir fuera de mis límites
geográficos; pero odio al que es español por ser español nada más. Yo soy
hermano de todos y execro al hombre que se sacrifica por una idea nacionalista
abstracta por el solo hecho de que ama a su patria con una venda en los ojos.
El chino bueno está más cerca de mí que el español malo. Canto a España y la
siento hasta la médula; pero antes que esto soy hombre del mundo y hermano de
todos. Desde luego, no creo en la frontera política. Amigo Bagaría: No siempre
los interviuvadores van a preguntar. Creo que también tienen derecho los
interviuvados. ¿A qué responde esta ansia, esta sed de más allá que te
persigue? ¿Tienes verdaderamente deseos de sobrevivirte? ¿No crees que esto
está ya resuelto y que el hombre no puede hacer nada, con fe o sin ella?
Conformes,
desgraciadamente, conformes. Yo soy en el fondo un descreído hambriento de
creer. Es tan trágicamente doloroso el desaparecer para siempre. ¡Salud, labios
de mujer, vaso del buen vino que supiste hacer olvidar la trágica verdad:
paisaje, luz que hiciste olvidar la sombra! En el trágico fin sólo desearía una
perduración: que mi cuerpo fuera enterrado en una huerta: que por lo menos mi
más allá fuese un más allá de abono.
¿Me
quieres decir por qué tienen carne de rana todos los políticos que
caricaturizas?
Porque
la mayoría vive en las charcas.
¿En
qué prado corta Romanones las inefables margaritas de su nariz?
Querido
poeta: aludes a una de las cosas que llegan más al fondo de mi alma. ¡Nariz de
Romanones, excelsa nariz! La de Cyrano era una nariz desaparecida al lado de la
nariz de mis amores. Rostand gozó menos que yo con la mía. ¡Oh “paneaux” para
mis visiones decorativas! Mis margaritas se fueron cuando las entregaron en una
solitaria estación, camino de Fontainebleau. Nunca te habrán preguntado, porque
ya no es moda, cuál es tu flor preferida. Como yo ahora he estudiado el
lenguaje de las flores, te pregunto: ¿Cuál es la flor que prefieres? ¿Te la has
puesto alguna vez en la solapa?
Querido
amigo: ¿Es que piensas dar conferencias como García Sanchiz para preguntar esas
cosas?
¡Dios
me libre! No aspiro a tocar mal el violoncelo.
¿A
qué responde, querido Bagaría, el sentimiento humano que imprimes a los
animales que pintas?
Querido
Lorca: Según los católicos, los animales no tienen alma; tan sólo algunos
animales enchufistas, como el perro de San Roque, el cerdo de San Antón, el
gallo de San Pedro y el palomo de la divina carpintería; y yo he mirado de dar
humanidad a los animales sin padrinos, dignificarlos con mi lápiz, para que
sirvan de contraste con los hombres de animalidad pura. Querido Lorca: te voya
preguntar por las dos cosas que creo tienen más valor en España: el canto
gitano y el toreo. Al canto gitano, el único defecto que le encuentro es que en
sus versos sólo se acuerda de la madre; y al padre, que lo parta un rayo. Y eso
me parece una injusticia. Bromas aparte, creo que este canto es el gran valor
de nuestra tierra.
Muy
poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente en los
tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél. No cabe en
este diálogo decir nada, porque sería demasiado extenso y poco periodístico. En
cuanto a lo que tú dices, con gracia de que los gitanos sólo se acuerdan de su
madre, tienes cierta razón, ya que ellos viven un régimen de matriarcado, y los
padres no son tales padres, sino que son siempre y viven como hijos de sus
madres. De todos modos, hay en la poesía popular gitana admirables poemas
dedicados al sentimiento paternal; pero son los menos.
“Muy poca gente conoce el canto gitano, porque lo que se da frecuentemente
en los tablados es el llamado flamenco, que es una degeneración de aquél”
El
otro gran tema por que me preguntas, el toreo, es problamente la riqueza
poética y vital mayor de España, increíblemente desaprovechada por los
escritores y artistas, debido principalmente a una falsa educación pedagógica
que nos han dado y que hemos sido los hombres de mi generacióon los primeros en
rechazar. Creo que los toros es la fiesta más culta que hay hoy en el mundo. Es
el drama puro, en el cual el español derrama sus mejores lágrimas y sus mejores
bilis. Es el único sitio adonde se va con la seguridad de ver la muerte rodeada
de la más deslumbradora belleza. ¿Qué sería de la primavera española, de
nuestra sangre y de nuestra lengua si dejaran de sonar los clarines dramáticos
de la corrida? Por temperamento y por gusto poético soy un profundo admirador
de Belmonte.
¿Qué
poetas te gustan más de la actualidad española?
Hay
dos maestros: Antonio Machado y Juan Ramón Jiménez. El primero, en un plano
puro de serenidad y perfección poética, poeta humano y celeste, evadido ya de
toda lucha, dueño absoluto de su prodigioso mundo interior. El segundo, gran
poeta turbado por una terrible exaltación de su yo, lacerado por la realidad
que lo circunda, increíblemente mordido por cosas insignificantes, con los
oídos puestos en el mundo, verdadero enemigo de su maravillosa y única alma de
poeta.
Adiós,
Bagaría. Cuando te vuelvas a tus chozas con las flores, las fieras y las
torrentes, diles a tus copañeros salvajes que no se fíen de viajes de ida y
vuelta a nuestras ciudades; a las fieras que tú has pintado con ternura
franciscana, que no tengan un momento de locura y se hagan animales domésticos,
y a las flores, que no galleen demasiado su hermosura, porque les pondrán
esposas y las harán vivir sobre los vientres corrompidos de los muertos.
TIENES RAZÓN, POETA. VUELVO A MI SELVA, A RUGIR CON MIS RUGIDOS, MÁS
AMABLES QUE LAS BELLAS PALABRAS DE LOS AMIGOS, QUE A VECES SON BLASFEMIAS EN
BAJA VOZ.
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