La reversión de la planta, construida en 1929, abre la vía para recobrar
concesiones casi centenarias otorgadas a las eléctricas
Puede aportar 3,5 millones en beneficios al año
Parecía que el momento no iba a llegar. Que la recuperación por el
Estado de las concesiones casi centenarias otorgadas a las eléctricas para
explotar los ríos era una quimera. Pero ha ocurrido. El pasado 30 de julio, la
Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), del Ministerio de Medio Ambiente,
asumió la gestión —y los beneficios— del salto de El Pueyo, en el río Caldarés,
en Panticosa (Huesca). La central fue construida en 1929 y desde entonces ha
generado un fabuloso negocio para las eléctricas que lo han explotado (la
última, Endesa). Hay cientos de concesiones hidroeléctricas que van a cumplir
los 75 años —ampliables— próximamente.
En la era de la privatización, el presidente de la CHE, Xavier de
Pedro, del Partido Aragonés (PAR), defiende que la gestión sea pública. “Hace
casi 100 años comenzaron a hacerse grandes inversiones en presas cuyos
beneficios ahora deben revertir a la sociedad. Esta es la primera de España,
pero en la cuenca del Ebro a partir de ahora van a caer concesiones en cascada
en los próximos 20 o 30 años que van a volver al Estado”. La próxima, el salto
de La Afortunada Cinqueta, en un afluente del río Cinca, que gestiona Acciona,
según De Pedro.
El negocio es formidable. El sistema de formación de precios de la
electricidad hace que cada kilovatio producido por esta central construida en
1929 y cuyo combustible —el agua— es gratis lo cobre al mismo precio que el de
una central de gas recién construida.
Octavio Escartín trabajó como mecánico en esa central y otras de
la zona entre 1969 y 1999. “El túnel por el que baja el agua lo construyeron
obreros a mano, con puntero y maza”, cuenta. En este caso no hay ni presa, y la
central toma el agua de un lago, que por un túnel va a las turbinas. Eso hace
que la producción sea casi constante y no dependa de los desembalses. “Aunque
tiene pérdidas en el túnel, es muy rentable. Es como una hucha, porque en
condiciones normales turbina las 24 horas y tiene solo un pequeño gasto en
mantenimiento”.
La CHE ha contratado una empresa para que opere la central, que
lleva un mes parada. El dinero se debe destinar a “la restitución económica y
social de los territorios”, la restauración ambiental, la modernización de
regadíos y las necesidades energéticas del organismo. La central produce unos
57 millones de kilovatios hora, el equivalente al consumo de 15.000 hogares.
Pese a su pequeña potencia, la CHE estima que sus beneficios anuales rondan los
3,5 millones de euros, aunque ahora bajarán con la reforma energética. La
concesión, de 2.500 litros por segundo, cumplió los 75 años en 2004, pero ha
sido ahora cuando la CHE ha tramitado la caducidad. Mientras, Endesa, que no ha
querido dar su versión, la ha seguido explotando.
El alcalde de Panticosa, Ricardo Laguna (PP), pide su parte: “Es
una oportunidad para este tipo de pueblos en valles que nos despoblamos, pero
los beneficios tienen que ir también para el Ayuntamiento”. Alega que parte de
la central está en monte municipal y exige un porcentaje.
Pedro Brufao, presidente de la ONG Ríos con Vida, ha emprendido
diversas campañas contra embalses y saltos hidroeléctricos que, en su opinión,
han matado los ríos españoles. “El deber de la Administración debería ser
demoler estas presas y recuperar los ríos”. En los últimos años, en EE UU ha
habido demoliciones de presas gigantescas construidas hace un siglo por su
impacto ambiental.
De Pedro dice que en algunos casos se puede discutir si el impacto
ambiental es excesivo y buscar la demolición, pero que lo normal es que la
situación esté asumida y no se llegue a eso. Por si acaso, en un real decreto
aprobado en 2012 el Ministerio de Medio Ambiente incluyó una cautela por la
cual puede exigir a las eléctricas la demolición de la obra si la “considerase
inviable, o su mantenimiento resultase contrario al interés público”.
Por
ahora, los saltos que van a revertir a la Administración no son grandes. La
auténtica batalla vendrá cuando cumplan 75 años los grandes embalses
construidos por Franco. Veremos si pierden las eléctricas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario