LA IZQUIERDA EN EUSKADI
Artículos de
Opinión | Vicent Selva* | 23-10-2012 |
El pasado 21
de Octubre tuvieron lugar sendos procesos electorales en dos de las conocidas
como “nacionalidades históricas” del Estado Español: Galicia y Euskadi. De cada
uno de ellos puede extraerse una lectura muy clara: el triunfo del nacionalismo
y el soberanismo en Euskadi, con una abrumadora mayoría de las fuerzas
nacionalistas y/o independentistas (PNVy EH Bildu) en el plano relativo a la
cuestión nacional, pero del centro-derecha o derecha en lo social (PNV, PP y
UPyD), lo cual abre un escenario para que el partido ganador, el PNV, aunque
sin mayoría absoluta pueda desenvolverse con tranquilidad en los dos ejes que
vertebrarán su acción política, las aspiraciones soberanistas, pactando estas cuestiones
con Bildu, y su conservadurismo social y económico, de la mano del PP y,
probablemente, de la ultraespañolista UPyD.
Sin embargo,
es necesario destacar que las fuerzas denominadas constitucionalistas, PP y
PSOE, que han mantenido durante unos años un pacto de gobierno enfrentado a las
fuerzas soberanistas gracias al elemento distorsionador de la realidad
sociopolítica que significaba la exclusión de la izquierda abertzale mediante
una ley de partidos hecha a medida del bipartidismo.
Por último,
malos resultados de la izquierda federalista, el denominado quinto espacio,
cuyo eje principal es la política de izquierdas y la neutralidad más o menos
marcada en la cuestión nacional, partidaria del federalismo, aunque sin
renunciar al derecho de autodeterminación. Un espacio, en realidad, muy
estrecho, donde en una sociedad tan polarizada como Euskadi en cuanto al
elemento nacional, donde el independentismo abarca desde posiciones
conservadoras hasta de extrema izquierda.
Un punto
negativo, para esta izquierda fue además la desunión entre sus dos principales
exponentes, el actual referente de IU, Ezker Anitza, y el antiguo, Ezker Batua,
divididos a raíz de un conflicto larvado desde hace mucho tiempo atrás entres
los diferentes sectores que convivían bajo las mismos siglas, con proyectos y,
sobre todo, con proyectos organizativos y prácticas políticas muy diferentes.
Unas prácticas que fueron la gota que colmó el vaso, con las peticiones por
parte del sector madracista, hoy en Ezker Batua, que pueden definirse de poco
éticas, dando el gobierno de las Juntas Generales de Álava al PP, tras pedir
dinero, puestos y prebendas al PNV a cambio de su apoyo para regir esta
institución. Práctica, ésta, que marca un importante punto de inflexión y
dificulta enormemente la posibilidad de alcanzar acuerdos a estas dos
organizaciones que provienen del mismo espectro, que se autositúan en el
llamado quinto espacio, lo que supone, al menos en teoría, una apuesta por una
práctica política que desbanque el debate identitario del centro de actuación
político en Euskadi y lo sitúe en el plano izquierda-derecha, sin que ello
signifique desentenderse de la realidad y olvidar que existe un conflicto
identitario, el cual debe resolverse de la forma más democrática posible,
reivindicando el derecho a decidir, pero sin olvidar que en estos momentos es
mucho más urgente la alternativa socioeconómica, crear unas condiciones y un
movimiento nítidamente de izquierdas, que abarque desde la independentista
hasta la republicana federalista, que ofrezca un paso hacia adelante y a la
izquierda en dirección a crear un nuevo marco social y económico que permita
luchar con fuerza contra las medidas conservadoras y neoliberales, tanto del PP
como del PNV, sin olvidar al PSOE, asimilable en neoliberalismo y en
españolismo al partido de Rajoy, como demuestra y ha demostrado a lo largo de
sus muchos años de gobierno.
Por ello,
desde mi punto de vista, lo urgente para Ezker Anitza debe ser dar una serie de
pasos, entre los cuales, en primer lugar, desembarzarse de las prácticas si no
corruptas, al menos sí poco éticas del madracismo de Ezker Batua y, exigirles,
para una posible convergencia futura, una depuración de responsabilidades sobre
lo ocurrido en las Juntas Generales de Álava y el vergonzoso comportamiento,
así como un compromiso ineludible con la prácticas política ética y
transparente. Sin ello, sería aconsejable para IU-Ezker Anitza evitar coqueteos
con Ezker Batua.
En segundo
lugar, desde mi punto de vista, sería aconsejable buscar los puntos en común
con los componentes de EH Bildu en todo lo que se refiere a modelos económicos
y alternativas sociales. Unos acuerdos que permitan ofrecer un modelo de país
radicalmente diferente al modelo antisocial y neoliberal del PNV, del PP e,
incluso, del PSOE. Para ello Ezker Anitza debe asumir como propio y sin
ambigüedades el derecho a decidir, un derecho que está sobre la mesa y que los
vascos, a tenor de los últimos resultados electorales están exigiendo. Sin que
ello, sin embargo, no implique que en el marco del derecho a decidir, Ezker
Anitza defienda su modelo de estado republicano y federal, plurinacional,
multicultural y con múltiples identidades. Al mismo tiempo, Ezker Anitza debe
exigir a la izquierda abertzale un compromiso claro con la batalla social por
los derechos de la clase trabajadora, por un nuevo modelo productivo, un nuevo
modelo social y el respeto a la diversidad cultural e identitaria, así como al
resultado democrático salido de las urnas en un hipotético derecho a decidir,
sin perjuicio de la legítima defensa que realice de sus ideas con respecto a la
cuestión nacional y su postura abiertamente independentista. Ello, obviamente,
no debe significar, a mi juicio, la entrada de Ezker Anitza en EH Bildu, pero
sí crear espacios de encuentro, de diálogo y de actuaciones comunes en aquellos
puntos donde las coincidencias, que existen, sean inequívocas en dirección a
una apuesta clara por un modelo económico opuesto al neoliberalismo y al
neonacional-catolicismo que el PP y, no nos engañemos, algunos, muchos,
sectores del PSOE, están poniendo en práctica.
En
definitiva, desde mi punto de vista, Ezker Anitza debe ser capaz de tejer
complicidades, huyendo de aquellos cuyas prácticas políticas cotidianas se
alejan del espíritu de honestidad y transparencia que las organizaciones de
izquierda deben preservar, a pesar del poco espacio electoral y mediático del
que puede disfrutar en una sociedad abiertamente polarizada en temas
identitarios, en su lucha por conseguir aunar esfuerzos por crear una alternativa
social y económica que permita poner freno, e incluso crear una auténtica
alternativa social y económica, con aquellos sujetos políticos con los que
comparta los principios de igualdad y justicia social, así como no renunciar a
su apuesta por un estado republicano federal, plurinacional, multicultural,
dentro de un marco donde el derecho a decidir de cada pueblo sea un derecho
real, contemplado en el corpus jurídico del Estado y que, en definitiva,
permita la libre unión de los pueblos sin imposiciones, en un modelo social
basado en la justicia social. Quizás la línea marcada por Esquerda Unida, con
su apuesta por la AGE, junto al histórico Beiras, sea un elemento a tener en
cuenta.
P.D.: Vaya
mi más sincero respeto al ahora excoordinador de Ezker Anitza, del cual lamento
su dimisión, consciente del enorme esfuerzo y las dificultades a las que se
enfrentaba Ezker Anitza en estas elecciones, dando un ejemplo de honestidad,
coherencia y transparencia. Desde aquí, mi apoyo.
*Vicent
Selva: Concejal de EUPV en Crevillent. Coordinador comarcal EUPV-BAix Vinalopó.
Miembro Consell Nacional EUPV.
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