Euskadi, Cataluña y España
Artículos de
Opinión | Mikel Itulain | 27-10-2012 |
En las
recientes elecciones celebradas en Euskadi, los partidos que apuestan por un
espacio político diferente han ganado por amplia mayoría: de los 75 escaños en
el parlamento, el PNV tiene 27 y EH Bildu 21, que suman 48. Los demás partidos,
que apuestan por una continuidad de este sistema: PP, PSOE y UPyD, obtuvieron
entre los tres 27, como el PNV, aunque con menos votos, 363.338 frente a 383.565
del primero. Debido a que, como en las elecciones en España, el voto de cada
persona vale diferente según donde vivas: en este caso si vives en Gipuzkoa no
vale tanto y en Bizkaia todavía menos. Hay que decir que Izquierda Unida-Los
Verdes, no obtuvieron representación en el parlamento.1
En primer
lugar creo necesario precisar que no son como tal elecciones del País Vasco,
como las llaman algunos, ya que Euskadi es solo una parte del País Vasco, en
todo caso son elecciones que se dan en un territorio de ese País Vasco. El País
Vasco, como lo describía bien Pio Baroja, es algo más:
Cuatro son
las provincias que comprende el País Vasco español: Álava, Guipúzcoa, Navarra y
Vizcaya, cuyas capitales respectivas son Vitoria, San Sebastián, Pamplona y
Bilbao. Tres son las provincias que forman el País Vasco francés: Labourd, Baja
Navarra y Soule. El interés y la sugestión que ejerce sobre el visitante la
tierra vasca, tanto en su parte española como en la francesa, son debidos
principalmente a la originalidad de los rasgos típicos que la unifican y
diferencian de los demás países.2
Bien, hecha
esta necesaria e importante aclaración, digo que estos resultados demuestran
algo más que unas simples elecciones en una comunidad de España; muestran, si
se quiere ver, que la mayoría de la gente se ha cansado de un sistema y una
política que no funciona, en realidad funciona, pero funciona bastante mal o
muy mal. Yo, lo que veo, como lo veo también en Cataluña, es que hay un
cansancio de España, al menos de esta España que nos deparó la transición y que
ha llegado a un punto de corrupción y de decadencia que no depara en absoluto
un buen futuro.
No es
cuestión, creo yo, como hacen algunos, de cargar contra los que llaman
"independentistas" por supuesta insolidaridad. En primer lugar esto
no es cierto y en segundo, tanto los catalanes como los habitantes de Euskadi o
los de Navarra deberán decidir ellos mismos su futuro, nadie les debe obligar a
hacer lo que no quieran. Y, pienso yo, que una buena respuesta democrática a
ello sería consultarles mediante referéndum que futuro político e institucional
desean.
La culpa que
se pretende achacar a los también mal llamados partidos nacionalistas, ya que
en todo caso todos son partidos nacionalistas, incluidos PP, PSOE, IU o UPyD, y
todos también constitucionalistas, aunque otros desearían otra constitución,
seguramente propia; esa culpa pretendida, no es de ellos, sino más bien de que
en España se han hecho las cosas ciertamente mal. En la obra que escribí sobre
la crisis económica, La crisis vista por un ciudadano,3 comentaba las pésimas
políticas económicas seguidas en España ya desde tiempos de la dictadura y
mantenidas después por la transición y la llamada democracia, que finalmente
han conducido a este país a este gran desastre actual. El paro supera
ampliamente el 25%, siendo en los jóvenes mayor al 50% o al 60% según regiones,
acompañado por una pobreza galopante.3, 4 Pero en España no solo hubo, o no
solo hay, un problema de políticas económicas, sino que hubo y hay un problema político
de fondo, que condujo de paso a esas malas políticas económicas. ¿Cómo se puede
entender que una dictadura que destruyó una democracia, precisamente una
democracia que traía la mayor época de progreso y adelanto a España, pueda ser
la que dirija y dé el visto bueno a una transición democrática? ¿Cómo una
dictadura puede imponer al Jefe de Estado como Rey que la va a suceder en una
supuesta democracia? Difícilmente, tan difícil que no es posible que de ahí se
derive una democracia en condiciones, en condiciones de ser realmente una
democracia, que además lleve al país a un estado de bienestar para todos sus
ciudadanos. El estado presente de España no es fruto de la mala suerte, de la
mala fortuna o de incluso la casualidad, es, en realidad, una consecuencia
lógica de lo que se sembró y se abonó. Hoy se recoge el fruto amargo de
aquello, lo recogen en realidad sus ciudadanos, los españoles; que no deberían
culpar a catalanes o vascos porque quieran desarrollar un proyecto político
propio, más bien, en realidad, lo que deberían hacer es pensar qué van a hacer
ellos en su país, ¿van a hacer algo por cambiarlo?, ¿por mejorarlo? En eso
deberían pensar.
Pienso,
también, que un pueblo, un país, unos ciudadanos, que no escuchan a sus mejores
pensadores, entre ellos a Gonzalo Puente Ojea, muy bien encaminados no podían
ni pueden ir. Este autor, Puente Ojea, escribió, tal vez, el mejor o uno de los
mejores artículos que se han hecho sobre la transición, su título: Del
confesionalismo al criptoconfesionalismo.5 Habló claro y con honestidad, pero
no se le hizo caso, y hoy se tiene lo que se tiene.
Hay quien
hoy quiere hacer remiendos, me refiero a Izquierda Unida, con su supuesta
federalidad. La solución no son los remiendos, sino el no haber aceptado lo que
no se debía haber aceptado, las imposiciones de la dictadura y la renuncia a
los principios y la dignidad de la Segunda República. De aquellos barros estos
lodos, se suele decir. De hecho en España sigue sin haber un partido con peso
que esté defendiendo en serio aquellos principios válidos y honestos de la
Segunda República, y así difícilmente puede haber un proyecto de futuro que
valga la pena en España. No echemos la culpa a quienes aquí no ven futuro y lo
buscan en otra parte, como hacen muchos jóvenes españoles hoy también.
La llamada
"izquierda" de España especialmente, y los que se denominan
demócratas, que supuestamente creen en la democracia, en vez de estar poniendo
palos en la rueda o haciendo de perros del hortelano, deben demostrar que
tienen suficiente talante democrático como para admitir que serán los vascos y
los catalanes los que libremente elegirán su futuro. Si quieren que la actual
España permanezca unida, que hagan una España atractiva de verdad, la Segunda
República era un buen ejemplo.
Notas:
1. Elecciones
al Parlamento Vasco 2012. Wikipedia
2. Pío
Baroja. El País Vasco. Txalaparta, 3ª edición octubre 2007.
3. Mikel
Itulain. La crisis vista por un ciudadano. 2012.
4. Vicenc
Navarro. ¿Por qué la pobreza está creciendo en España? 31.5.2012.
5. Puente
Ojea Gonzalo. Elogio del ateísmo, pp: 330-392. Ed. Siglo XXI, 1ª
edición, abril 1995.
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