¿Por qué un Frente Internacional de la Comunicación Emancipadora?: La
Unidad
“¡Proletarios de todos los países, uníos!”
(Proletarier aller Länder, vereinigt euch)
Artículos de
Opinión | Fernando Buen Abad Domínguez | 30-10-2012 |
No hay
tiempo que perder, las oportunidades son de oro
Carlos Marx,
que era también un comunicador tozudo, pensaba que la única manera de librarnos
del yugo capitalista era avanzar unidos, no amontonados, no en tropel, no en
estampida, no amorfos... No con cualquier “Unidad”, no uniformes, no sin
identidad y no sin diversidad. No reformistas, no reconciliadores, no
olvidadizos. Pensaba en la Unidad para lo inmediato y para los largos plazos,
pensaba en la Unidad como un salto cualitativo de la conciencia, no utópica
sino concreta, racional y de corazón. Pensaba en la unidad como peldaño
necesario para salir de la prehistoria y construir la etapa verdaderamente histórica
de la humanidad, esta vez sin clases sociales. Pensaba, pues, en una Unidad
rica y sabrosa compendio de las mejores ideas, acciones y voluntades que se
empeñan en impulsar el desarrollo y el bien común a toda costa. Una Unidad que
implica mucho más que acuerdos de coyuntura o episodios diplomáticos para salir
del paso. Marx pensaba en una Unidad inmensa y generosa plena de retos y
promesas que se ofreciera siempre dinámica y frondosa en las manos proletarias
que luchan por emanciparse. En fin una Unidad dialéctica y sin simplismos que
sigue siendo asignatura pendiente y desafío nuestro.
No saldremos
de las trampas que el capitalismo nos tiende a mansalva si no logramos
construir nuestra Unidad de clase armados con un programa socialista para la
revolución permanente. Hay que insistir en el problema de la Unidad y en la
trascendencia que tiene aprovechar el tiempo y las oportunidades para las
luchas emancipadoras, reiterar, sin cansancio, lo lamentable que es perder el
tiempo y las oportunidades que pueden ser usados, paradójicamente, en nuestra
contra. Nuestras tareas consisten en estar a favor del proletariado - de las
masas - y de la maduración irreversible de la Unidad. ¿Hay algo acaso más
importante?
El cúmulo de
los problemas y estragos que enfrentamos por ser blanco y víctimas de la
ofensiva mass media burguesa, de la guerra ideológica con sus episodios de
terrorismo mediático y de la violencia simbólica contra la conciencia de la
clase trabajadora, es de tal calibre y extensión que, se vea por donde se le
vea, siempre queda claro que estamos en desventaja, en condiciones asimétricas,
a veces lentos y muchas veces débiles. Nada de lo cual quiere decir incapaces.
Y no obstante el despojo, el secuestro y la subordinación de las herramientas
para la comunicación, tenemos hoy un escenario mundial extraordinario donde
fermentan y crecen, de manera desigual y combinada, experiencias emancipadoras
que impulsan la liberación honesta de los caudales expresivos revolucionarios.
Es decir, la libertad de expresión verdadera. Pero estamos, por causas muy
diversas, atomizados y divididos mientras las burguesías lo celebran.
Hoy no
tenemos manera de eludir la tarea de unirnos en el sentido en que Marx lo
pensaba, de unificar fuerzas y talentos para que todos nuestros medios de
comunicación, inspirados en la transformación profunda de la realidad y la
superación definitiva del capitalismo, contribuyan sistemática y efectivamente,
al acenso del proletariado, al florecimiento de la revolución y a la
construcción de su poder socialista. Ha llegado un momento exigente para luchar
por elevar la conciencia de la totalidad del proletariado y poner al servicio
de esa lucha todos nuestros medios y modos de comunicación democráticos que
entienden la lucha por los intereses inmediatos de los trabajadores y también
sus intereses mediatos.
Hoy no hay
excusa que valga para eludir la Unidad. Nuestro interés en la lucha
comunicacional emancipadora debe tener por prioridad el interés del movimiento
revolucionario mundial. Es necesario un Frente Internacional de la Comunicación
Emancipadora como acción política de la clase proletaria que hoy cuenta con
miles de activistas de la comunicación pero que no cuentan suficientemente con
la Unidad de programa, de acción y de dirección. Este tiempo es un tiempo
extraordinario que de no aprovecharse puede tronarse en cierto reflujo, puede
generarnos sentimientos de retirada, de merma en el estado del ánimo, de
decepción y abandono. No podemos correr ese riesgo. A estas horas un continente
entero, pese a todos los pesares, conserva e impulsa sus ideales
revolucionarios. No hay excusa para dilatar la Unidad especialmente cuando el
continente enfrenta el momento de nuevas elecciones de jerarquía geopolítica
histórica. Brasil y Venezuela por ejemplo.
Tenemos
muchos medios muy desorganizados. Tenemos un terreno excelente para nuestra
propaganda a través de los medios alternativos y comunitarios, las
universidades con algunos estudiantes y profesores críticos, los medios de los
gobiernos democráticos de verdad... tenemos la prensa de muchos partidos
revolucionarios y muchos movimientos sociales y, también tenemos mítines,
discursos, cátedras, asambleas, manifestaciones... herramientas excelentes que
languidecen si no se organizan... si no se unen.
Por desorganizados
tenemos periódicos sin lectores, televisoras públicas sin público, revistas sin
audiencias... porque entre otras calamidades tenemos ciertos sectarismos -de
género muy diverso- que ahuyentan a las masas y desilusionan a los
trabajadores. El resultado suele ser que tenemos pueblos movilizados con
urgencias de cambios radicales, que olfatean el rumbo pero que no encuentran
qué leer confiable porque esencialmente perciben desorganización, tendencias
individualistas y tufos burocrático-sectarios. Mal de males. Así pues, nuestra
desorganización se vuelve instrumento de la burguesía, ella a cambio se
organiza y nos derrota.
Y nuestra
tarea es ahora la Unidad. Combatir los vicios que nos des-organizan, impulsar
un Frente imbricado hondamente con las luchas del proletariado. Frente a favor
de la revolución cuya comunicación sea acción de conjunto del proletariado
asegurado de englobar a todas las opiniones, todas las tendencias, con base
democrática efectiva y luchar por los intereses mediatos e inmediatos. Es
necesaria la unidad de acción, esa debe ser nuestra táctica. Unidad de acción
contra los reformistas y contra los sindicaleros corruptos. Unidad de acción
que construya un programa muy flexible, pero al mismo tiempo enérgico, porque
la dirección seguirá siendo la misma. No confundir las tácticas con los
principios.
Necesitamos
un Frente Internacional de la Comunicación Emancipadora porque en el tiempo y
en las condiciones actuales nuestros triunfos borrarán todo obstáculo
psicológico, todo escepticismo, todo desánimo y eso tiene una gran importancia.
Necesitamos la Unidad en un Frente Internacional de la Comunicación
Emancipadora como resultado de una situación proactiva creada por nosotros en
una organización de acción inmediata completamente dentro de la lógica de las
tareas que nos debemos. Este Frente sentirá la necesidad de hacer toda acción
posible, mediante la propaganda, mítines o demostraciones, hay camaradas que lo
necesitan y lo reclaman, son optimistas y no le tienen miedo a los agentes del imperialismo.
Necesitamos un Frente que de ninguna manera abandone la Unidad organizativa,
bajo ningún concepto abandone la lucha ideológica y mantenga una posición firme
en todas las tareas y tácticas de la Unidad revolucionaria que exige precisión
teórica y política en interés del porvenir humano. Las condiciones están dadas.
¿Nos unimos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario