jueves, 25 de octubre de 2012

“UNA MIRADA EN PROFUNDIDAD A LA BARBARIE DEL SIGLO PASADO”



“Medusa”, Ricardo Menéndez Salmón. Retratar la barbarie
El mal, en esta ocasión representado en la mirada de un artista a la barbarie que se ha gestado durante el siglo XX, sigue siendo la temática central de la obra del asturiano
Cultura | Kepa Arbizu - TerceraInformación | 24-10-2012 | 
 El mal, en su estado más puro, ha estado presente desde siempre en la literatura , debido a su carácter prácticamente inherente al ser humano, y ha tenido un papel determinante en muchos autores y/o obras. Ahí están los ejemplos de Joseph Roth, Fiódor Dostoievski, Joseph Conrad o el Conde de Lautrémont. Una lista a la que perfectamente se le podría añadir el nombre de Ricardo Menéndez Salmón, uno de los que han hecho de esta idea eje central de su prosa.
En su nueva novela, “Medusa”, el asturiano vuelve a reflexionar sobre ello, en esta ocasión imbricado con otra temática a la que ya dio forma en su libro “La luz es más antigua que el amor” como es el papel del arte en la sociedad. En esta ocasión la narración se articula entorno a la biografía del alemán Prohaska, un artista multidisciplinar inventado por el escritor y que se muestra tan enigmático como controvertido. En él convivirá por una parte el drama personal (su padre muerto durante la guerra, denostado y nada querido por su familia y el fallecimiento de su hijo casi recién nacido) y las tragedias que asolan el siglo XX que vivirá (hará por vivirlas) en primera línea.
Estamos ante de uno de esos personajes (ficticios) que tiene una enorme atracción para el lector. Eso es gracias al semblante que adquiere repleto de ambigüedades. No obstante está en su propia esencia, ya que si su vida es retratar y dejar para la inmortalidad todo aquello que ha vivido y visto, pone el mismo empeño en no dejar rastro de sí mismo. Pero quizás el más impactante, y uno de los elementos reflexivos de la obra, es la forma aséptica y aparentemente alejada con la que hace ese trabajo (ya sea en fotografías, películas o pinturas). El ejemplo más revelador, y dramático, es que la brutal descripción que hace de las consecuencias de la llegada del nazismo lo hace gracias a trabajar para el Tercer Reich.
El trayecto vital y artístico de Prohaska transcurrirá por todos aquellos “infiernos” que el siglo XX ha parido. Se trasladará desde la España de la Guerra Civil hasta el Japón devastado por el impacto de la bomba atómica. En todos ellos, con diferentes formas, mostrará la cara más cruel de la humanidad. Si en el libro de Salmón “La Ofensa”, el protagonista, tras descubrir cara a cara el terror, “desconectaba" su cerebro, en esta ocasión sucede lo contrario, necesita acercarse a él.
Estructurado a base de algo así como pequeños capítulos/reflexiones, la novela está escrita de forma certera pero con claros repuntes líricos (característica habitual del autor) y repleto de referencias culturales. Junto a un tono apocalíptico que sobrevuela todo el texto hace que a pesar de su brevedad, sea un libro absorbente y de difícil asimilación rápida. Algo que no impide que estemos ante una obra esencial. Con ella, Menéndez Salmón plantea la ambigüedad y problemática a la hora de situarse frente a la barbarie (de rostro humano) que inunda el mundo, pero por encima de todo, está la reivindicación del arte de mirar, y dejar reflejado, todo aquello que nos rodea.
             Fuente: http://www.tercerainformacion.es/



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