La Conferencia Episcopal
Española trata de justificar la generosa financiación estatal
Miércoles, 19 de junio de 2013
Redacción Canarias-semanal
Con
objeto de acallar las cada día más crecientes voces de protesta contra la
financiación de la Iglesia Católica por parte del Estado, la jerarquía
eclesiástica española ha hecho pública
en su
Memoria Justificativa de Actividades del año
2011, las actividades pastorales, sacramentales y de atención personal
ofrecidas por la Iglesia. De acuerdo con el contenido de esta Memoria, la
actividad de la Iglesia pone en movimiento una extraordinaria cantidad de
recursos humanos y materiales. La "Memoria Justificativa"
indica que de ser contratadas en el mercado, la movilizacion de estos recursos
supondrían un importe de casi 2.000 millones de euros.
La Iglesia Católica - sigue especificando el balance de la jerarquía- aplicando criterios de gratuidad de los recursos y de eficiencia en su utilización, desarrolla estas actividades en 818 millones de euros, menos de la mitad de lo que le pagaría el mercado, con un ahorro cercano a 1.139 millones de euros. “Aunque valorar en términos económicos la aportación que realiza la Iglesia a la sociedad es una misión compleja, la actividad desplegada, en el ámbito pastoral, educativo, cultural y asistencial, supone un ahorro de miles de decenas de millones de euros para las arcas públicas”, enfatiza la Memoria
En cinco años la asignación tributaria del Estado a la Iglesia ha pasado de 173 millones de euros (2006) a 247 millones de euros (2011) y ha sumado, además, un millón de declarantes de la casilla iglesia del IRPF. El Fondo Común Interdiocesano o presupuesto de la Conferencia Episcopal Española ascendió en 2011 a 233 millones de euros. La mayor partida 197 millones de euros se destina a las 69 diócesis. El pago anual de la seguridad social de sacerdotes y obispos asciende a 19 millones de euros. La propia Conferencia Episcopal se asigna un presupuesto de 2,5 millones de euros para sus actividades.
Según la jerarquía, de cada euro que se invierte en la Iglesia, este rinde como 2,39 euros en su servicio equivalente en el mercado. “Esto es posible -explica el balance eclesial - gracias a la entrega generosa de miles de personas que se realiza aplicando los criterios de gratuidad de los recursos y eficiencia de su uso”.
LA RÉPLICA
Sin embargo, contrariamente a lo que plantea la Memoria Justificativa de la Conferencia Episcopal española, un informe elaborado por la entidad laicismo.org sostiene que la principal vía de financiación de la Iglesia son los conciertos educativos, que en 2012 costaron a las arcas públicas del orden de 3.900 millones de euros, con los que se mantienen 2.400 centros privados. Por otra parte la "compensación" por la asistencia sanitaria prestada en sanatorios, orfanatos, dispensarios y asilos se aproxima a los 2.700 millones. El tercer capítulo por su cuantía es el dedicado a la conservación de las 103 catedrales y los 280 museos propiedad de la Iglesia, con un montante de 700 millones de euros.
El informe aludido indica, además, que el resto del dinero, hasta alcanzar los 8.500 millones, corresponde a los salarios de los profesores de religión, al pago de los capellanes que siguen prestando sus servicios en las cárceles, en los hospitales, en las universidades y en las fuerzas armadas, a las ayudas para la celebración de eventos como la Jornada Mundial de la Juventud y a las transferencias que reciben las dos grandes ONG católicas: Cáritas y Manos Unidas.
La Iglesia Católica - sigue especificando el balance de la jerarquía- aplicando criterios de gratuidad de los recursos y de eficiencia en su utilización, desarrolla estas actividades en 818 millones de euros, menos de la mitad de lo que le pagaría el mercado, con un ahorro cercano a 1.139 millones de euros. “Aunque valorar en términos económicos la aportación que realiza la Iglesia a la sociedad es una misión compleja, la actividad desplegada, en el ámbito pastoral, educativo, cultural y asistencial, supone un ahorro de miles de decenas de millones de euros para las arcas públicas”, enfatiza la Memoria
En cinco años la asignación tributaria del Estado a la Iglesia ha pasado de 173 millones de euros (2006) a 247 millones de euros (2011) y ha sumado, además, un millón de declarantes de la casilla iglesia del IRPF. El Fondo Común Interdiocesano o presupuesto de la Conferencia Episcopal Española ascendió en 2011 a 233 millones de euros. La mayor partida 197 millones de euros se destina a las 69 diócesis. El pago anual de la seguridad social de sacerdotes y obispos asciende a 19 millones de euros. La propia Conferencia Episcopal se asigna un presupuesto de 2,5 millones de euros para sus actividades.
Según la jerarquía, de cada euro que se invierte en la Iglesia, este rinde como 2,39 euros en su servicio equivalente en el mercado. “Esto es posible -explica el balance eclesial - gracias a la entrega generosa de miles de personas que se realiza aplicando los criterios de gratuidad de los recursos y eficiencia de su uso”.
LA RÉPLICA
Sin embargo, contrariamente a lo que plantea la Memoria Justificativa de la Conferencia Episcopal española, un informe elaborado por la entidad laicismo.org sostiene que la principal vía de financiación de la Iglesia son los conciertos educativos, que en 2012 costaron a las arcas públicas del orden de 3.900 millones de euros, con los que se mantienen 2.400 centros privados. Por otra parte la "compensación" por la asistencia sanitaria prestada en sanatorios, orfanatos, dispensarios y asilos se aproxima a los 2.700 millones. El tercer capítulo por su cuantía es el dedicado a la conservación de las 103 catedrales y los 280 museos propiedad de la Iglesia, con un montante de 700 millones de euros.
El informe aludido indica, además, que el resto del dinero, hasta alcanzar los 8.500 millones, corresponde a los salarios de los profesores de religión, al pago de los capellanes que siguen prestando sus servicios en las cárceles, en los hospitales, en las universidades y en las fuerzas armadas, a las ayudas para la celebración de eventos como la Jornada Mundial de la Juventud y a las transferencias que reciben las dos grandes ONG católicas: Cáritas y Manos Unidas.
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