Mientras Xunta y Fomento celebran
el momento "histórico" de la inauguración del eje atlántico de alta
velocidad localidades como Ferrol, Lugo o Monforte siguen con precarias, caras
y lentas líneas ferroviarias con prácticamente los mismos trazados del siglo
XIX.
01/04/2015
- 13:38h
Estación
ferroviaria de Lugo, sin trenes / Adif
A
últimas horas de la tarde del pasado lunes los andenes de la nueva
estación ferroviaria de Vigo estaban atestadas de gente. Parecía una
manifestación, pero no lo era. Se trataba de una enorme acumulación de
cargos públicos y de algunas personas con deseo de serlo que culminaban la
carrera de inauguraciones que la convocatoria formal de las elecciones
municipales frenó en seco desde este martes. Allí, en la flamante y
todavía no operativa nueva estación de Urzáiz el presidente de la Xunta
saludaba la "culminación del Eje Atlántico de Alta Velocidad" como
"un momento histórico". La conclusión de 14 años de obras
"cambiará la forma de entender Galicia, de relacionarnos", auguraba.
Cabe
la posibilidad de que a la misma hora que Alberto Núñez Feijóo pronunciaba
estas palabras alguien se sentara con resignación en uno de los trenes que
circulan por Galicia sobre vías trazadas en el siglo XIX y que unen -es un
decir- pueblos y ciudades a las que el AVE, la alta velocidad o la
velocidad alta les quedan tan lejanas como la carrera espacial. Podría ser el
caso, por ejemplo, de alguien que se aventurase a coger el tren para ir de Lugo
a A Coruña, de Vigo a Ourense o de A Coruña a Ferrol, ejemplos paradigmáticos
de trayectos que no lucirían nada en una de esas fotos preelectorales.
La Galicia
del tren lento tiene poco que ver con la que, en próximas semanas, verá cómo es
posible llegar de A Coruña a Vigo en 70 minutos. También dista mucho de la
situación actual en la que, a pesar de a las deficiencias de confort,
planificación y horarios, ya es posible optar entre casi una veintena de
frecuencias diarias para viajar entre ambas ciudades. En el caso del trayecto
entre A Coruña y Santiago, donde el tren rápido está operativo desde finales de
2011, son casi 30 las opciones para viajar en poco más de media hora por
precios que rondan los 6 euros.
Las
líneas que no salen en la foto
Todas
esas condiciones desaparecen y pasan al terreno de la ficción cuando se mira
hacia las líneas que se han quedado fuera de la foto. Es el caso, por
ejemplo, de la villa que antaño fue el gran nudo ferroviario de Galicia:
Monforte de Lemos. Si alguien desea acercarse a A Coruña desde la capital
de la Ribeira Sacra dispone únicamente de siete trenes al día, dos de ellos con
trasbordo en Betanzos. Para realizar el viaje tendrá que pagar entre 17 y 30
euros, según la hora, y prepararse para pasar en el tren entre dos y tres
horas, dependiendo del escogido.
Un
poco más al norte, en Lugo, la situación no es mejor. Si, como el viajero
imaginario de Monforte, alguna persona residente en la ciudad de la Muralla
quiere acercarse a A Coruña por vía ferroviaria debe comenzar sabiendo que
dispone de tres trenes entre las ocho y media y las nueve y media de
la mañana y de ninguno más hasta las siete de la tarde, hora a partir de la
cual hay disponibles otros tres. Dos de estas seis frecuencias implican también
trasbordo en Betanzos y ninguna permite completar el recorrido en menos de una
hora y media, si bien el viaje dura hasta dos horas. A pesar de a las
condiciones escasamente competitivas en un recorrido que en coche exige
disponer apenas de una hora los precios oscilan entre los 10 y los 20 euros. En
el sentido contrario, de A Coruña a Lugo, las frecuencias son solo cinco y las
tarifas van de los 9 a los 15 euros.
La
comunicación de la habitualmente vacía estación lucense es aún más difícil si
el destino elegido es Ourense, ciudad con la que ni siquiera existe una vía de
alta capacidad para viajar en coche. Solo dos trenes unen las dos grandes
ciudades del interior gallego en sentido sur y otros dos, en sentido norte. Se
trata del Alvia que va a Madrid y de otro tren de media distancia. Ambos parten
de Lugo a las once de la mañana y vuelven de Ourense a las cinco y
media de la tarde con precios que van de los 7 a los 25 euros para un
viaje de hora y media.
Esta
precariedad ferroviaria no es, con todo, exclusiva del interior. Un buen
ejemplo de esto es Ferrol. A pesar de su cercanía con A Coruña solo
existen seis opciones diarias para viajar en tren entre ellas: cinco de media
distancia y el Alvia de Madrid. El viaje dura alrededor de hora y cuarto y
cuesta entre 4 y 15 euros. Si el destino elegido es Lugo el viaje se acerca a
las dos horas y desde allí sería imposible viajar en tren directamente hasta,
por ejemplo, Santiago, toda vez que entre las dos ciudades no existe vía
férrea.
El
AVE del interior que iba a pagar Feijóo
Una
de las soluciones formuladas desde las Administraciones públicas para paliar el
aislamiento ferroviario del interior gallego fue a extender las líneas de alta
velocidad desde Ourense hasta Lugo, ciudad para la que incluso se llegó a
planificar una estación intermodal que tendría como objetivo aglutinar el
tráfico de autobuses y el generado por el AVE. A pesar de las diversas promesas
lo más parecido a un tren rápido que llega en la actualidad a Lugo es el
Alvia, adaptado para los nuevos trazados pero también para transitar por las
vetustas vías lucenses, recorrido que ya ha motivado protestas de
maquinistas en puntos especialmente complejos, como el túnel de Oural, cerca de
Sarria.
Aunque
la actual coyuntura presupuestaria hace que aquel prometido AVE a Lugo
sea impensable no hace tanto que su construcción todavía formaba
parte de las promesas electorales. La más llamativa se produjo el 10 de enero
de 2009, en plena precampaña de las elecciones gallegas del 1 de marzo de aquel
año. En aquella jornada Alberto Núñez Feijóo ofreció un mitin en un auditorio
lucense junto a Mariano Rajoy y allí, en plena pasión electoral, acabó
prometiendo que financiaría la línea de alta velocidad a Lugo con fondos
de la Xunta de Galicia.
La
"pesadilla" del bipartito estaba a punto de terminarse, auguraba
Feijóo, quien prometía "suplir" al Ministerio de Fomento en cuanto
llegara a la Xunta. "Después ya le pasaremos la factura, pero la Xunta
hará el AVE entre Lugo y Ourense", prometió el entonces aspirante a
presidente entre aplausos. A su juicio esta infraestructura resultaba
"básica" para la provincia de Lugo y por eso la iba "a asumir,
comenzar y terminar". "Llevaremos el AVE de Lugo a Ourense con el
dinero de la Xunta" como muestra de "compromiso real con el
equilibrio territorial" aseguró. Los sucesivos presupuestos han
dicho el contrario, al menos de momento.
Fuente:
http://www.eldiario.es/
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