Paco Rodríguez de
Lecea
Escritor
04
de Abril de 2015(17:24 h.)
Ante
semejantes desafueros por parte de un gobierno de Catalunya que ha puesto ya el
piloto automático para conducir al país a una declaración unilateral de
independencia, uno se pregunta si tantas prisas por tener un «Estat propi» no
se deberán al hecho de que cuentan en firme con un comprador para el mismo, y
no tienen la menor intención de echar a perder el negocio
Se
ha presentado en Barcelona el Pacto Social para el Agua Pública en Catalunya,
dirigido a una gestión integral, pública y participativa del agua, dado que los
servicios “en baja” (a los hogares) en todos los principales centros urbanos
están gestionados por la empresa mixta formada por la multinacional Agbar
(Aguas de Barcelona) y la AMB (Área Metropolitana de Barcelona), que aprobó la
creación de dicha empresa con los votos favorables de CiU y PSC. Los promotores
del Pacto Social han sido la plataforma Aigua és Vida, los sindicatos CCOO y
CGT, la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), la
Confederación de Asociaciones Vecinales de Catalunya (CONFAVC), Ecologistas en
Acción, y hasta un total de más de veinte organizaciones. Han suscrito el pacto
las siguientes instancias políticas: ERC, ICV, EUiA, la CUP, Barcelona en Comú,
Podemos y Procés Constituent, que se han comprometido a incluirlo en sus
programas para las próximas elecciones municipales.
No
parece exagerado calificar de importante el Pacto, y sin embargo aún no lo
encuentro reseñado en las ediciones digitales de El País ni La Vanguardia, que
en cambio dedican atención al anuncio hecho por el alcalde Trías de un nuevo
cuerpo policial que perseguirá conductas incívicas tales como el consumo de
alcohol y el orinar en la calle.
Al
menos encuentro también en los dos medios citados el eco del malestar que está
provocando el conseller de Sanidad Boi Ruiz, reincidente empedernido en
políticas privatizadoras, con dos iniciativas de su departamento: la creación
del Consorci de Lleida, y la propuesta de venta de datos sanitarios recogidos e
informatizados por la Administración. Son dos temas en los que el Parlament ha
dado el alto al conseller, sin conseguir detenerlo hasta el momento. Alega el
hiperactivo Boi Ruiz que publicar en el Diario Oficial de la
Generalitat la propuesta de Estatutos del futuro Consorci no implica
desobediencia al mandato del Parlament de paralizar las gestiones para su
creación. En el caso de los datos sanitarios, afirma estar llevando a cabo su
“anonimización” e insiste en los beneficios de ponerlos a disposición de la
ciencia y la investigación. Pero no estamos hablando de puesta a disposición
sino de venta, y esta no se limitará a organismos científicos y universidades,
sino que podrá recaer en primera o en segunda instancia en otras entidades; por
ejemplo las compañías farmacéuticas, vieja obsesión de sor Teresa
Forcades, las cuales cuentan con medios muy avanzados y sofisticados,
susceptibles de “desanonimizar” lo “anonimizado”.
Ante
semejantes desafueros por parte de un gobierno de Catalunya que ha puesto ya el
piloto automático para conducir al país a una declaración unilateral de
independencia, uno se pregunta si tantas prisas por tener un «Estat propi» no
se deberán al hecho de que cuentan en firme con un comprador para el mismo, y
no tienen la menor intención de echar a perder el negocio.
Fuente:
www.nuevatribuna.es
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