Eduardo Montagut
historiador
04 de abril de 2015
Continuando con el estudio del republicanismo mallorquín del
siglo XIX nos acercamos a la figura de Antoni Villalonga i Pérez.
Nuestro protagonista nació en Palma de Mallorca en 1821. A
mediados del siglo XIX comenzó su protagonismo político en Mallorca cuando fue
nombrado vicepresidente del Comité de Palma del Partido Democrático en el año
1856. Como muchos de los demócratas evolucionó hacia el republicanismo. En 1863
fue nombrado archivero del Ateneo Balear.
Villalonga fue protagonista de la Revolución de 1868 en
Mallorca, en la Junta Revolucionaria con otros destacados republicanos
mallorquines como Miquel Quetglas o Rafael Manera, entre otros. Organizó el
Comité Republicano de las Islas Baleares, que era la sección allí del Partido
Republicano Democrático Federal. En las elecciones de abril de 1872 fue elegido
diputado por Palma, repitiendo en las elecciones de agosto de dicho año y en las
de 1873. Entre febrero y julio de 1872 fue alcalde de Palma de Mallorca. En su
mandato impulsó la construcción de un cementerio no católico y se inició la
demolición del convento de la Misericordia.
Al establecerse la Restauración fue detenido y encarcelado
en Valencia. Cuando salió de prisión se dedicó a los negocios privados con
bastante éxito pero no desatendió la política. En una época más favorable para
la oposición política al sistema de la Restauración, es decir en los años
ochenta, puso en marcha el Partido Republicano Federal en Mallorca, y participó
en la creación de la Unión Obrera Balear. Se presentó tres veces a las
elecciones para diputado pero no consiguió ser elegido. En principio se opuso a
la Unión Republicana, pero terminó integrándose, siendo nombrado presidente en
1897. Fue elegido concejal del Ayuntamiento de la capital mallorquina entre
1901 y 1905. Murió en Palma en 1910.
Villalonga fue un destacado masón y amplió la Biblioteca
Villalonga, iniciada por su padre Francesc Marià de Villalonga i d’Escalada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario