Un
genocidio que no interesa a los grandes medios de comunicación
Lunes, 23 de marzo de 2015
Por JUAN ANDRÉS PÉREZ RODRÍGUEZ / CANARIAS-SEMANAL.ORG.- Como
los medios de comunicación corporativos tienen sus prioridades informativas
bien definidas y orientadas, especialmente contra Cuba, Venezuela u
otros países que no se subordinan a Occidente; usted no sabrá que la nación
indígena Wayúu [1], la mayor de Colombia, se muere de hambre y sed porque
el río madre de la región donde radican fue represado y su agua privatizada
para el servicio de la industria agrícola y la explotación de la mina de carbón
-a cielo abierto- más grande del mundo. Por esa misma razón, ignorará,
seguramente, la denuncia que esta comunidad ha presentado ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos -CIDH-, de la OEA, con sede en
Washington, por la violación de sus derechos vitales fundamentales.
Los datos que existen del crimen que se
comete contra la etnia Wayúu no son precisos, informa la web las dos orillas.com.
Según esta fuente, en el extenso territorio que ocupan en el extremo Norte del
país sudamericano, la nación de origen prehispánico carece de controles y
presencia estatal colombiana. En cualquier caso, según Armando Valbuena,
autoridad tradicional Wayúu, unos 14 mil niños de la etnia han muerto de
inanición y la mortandad no se detiene.
A todo esto hay que agregar que la escasa
ayuda que el gobierno colombiano los Wayúu no llega a los indígenas. El
caso del Programa de Alimentación y Nutrición, en el que se invierten
más 15 millones de dólarez, es un ejemplo. Buena parte de ese dinero -
denuncian los voceros de Wayúu Armando Valbuena y Javier Rojas Uriana-
se queda en redes de corrupción y termina siendo utilizado en las campañas
políticas para la compra de votos. Téngase en cuenta, además, que La
Guajira posee una población de 500 mil habitantes y ha recibido, durante los
últimos 20 años, más de mil millones de dólares por la extracción de sus
recursos naturales (carbón y gas), además del dinero que le corresponde cada
año del presupuesto nacional. Pero ese dinero es robado por la corrupción
que domina las administraciones públicas locales.
En medio de ese panorama, en
febrero de este año cinco autoridades tradicionales indígenas, a través de su
representante legal Javier Rojas Uriana, solicitaban a la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dictase medidas cautelares
urgentes que les permitan recuperar el uso del único río que poseen para
detener la actual mortandad por inanición de niños y adultos mayores. La
acción pretende que el organismo interamericano ordene la apertura inmediata de
las compuertas que restringen el paso del agua del río Ranchería, que es
acumulada en la represa El Cercado.
Según la abogada Sáchica Moreno,
del Consultorio Jurídico de la Universidad de Bogotá, el agua del río,
un bien público, fue privatizado y la primera consecuencia de ello es el
proceso de exterminio en que se encuentra esta etnia colombiana, sumida en la
miseria y el abandono.
La cruda realidad para estos seres
humanos es que la mayor parte del río quedó completamente seco, pues su caudal
hoy está destinado exclusivamente a grandes haciendas del sur de La Guajira y a
las operaciones industriales de las minas de carbón de Cerrejón.
De acuerdo a la solicitud presentada ante la
CIDH, la legislación internacional y nacional, y a estudios de la Defensoría
del Pueblo y la Contraloría General de la República de Colombia, los
primeros destinatarios del agua deben ser siemprelos seres humanos.
Solamente después de que ellos la tengan garantizada a satisfacción, los
excedentes que resulten pueden ser usados en menesteres agrícolas, industriales
y otros.
Por otra parte, además de pedir la
apertura inmediata de las compuertas de la represa para que el agua llegue
cuanto antes a los indígenas, se pide que se ordene suspender de manera
inmediata las tomas de agua de La Guajira que Cerrejón obtiene de otras fuentes
públicas distintas al río, principalmente subterráneas, hasta que una
evaluación técnica idónea e imparcial determine si, después de abastecer
satisfactoriamente a los seres humanos en la región, quedan excedentes de agua
para destinarlos a la agricultura a gran escala y a la explotación de las
minas.
Finalmente, del conjunto de pruebas
judiciales que serán presentadas a la Comisión se destaca el documental inédito
que acaba de terminar el periodista colombiano Gonzalo Guillén, "El río
que se robaron", donde se testimonian los hechos denunciados a través de imágenes
sobrecogedoras de La Guajira y declaraciones de los protagonistas.
[1] El Nobel de literatura
colombiano Gabriel García Márquez tuvo linaje Wayúu por parte de madre y la
influencia de esa cultura está presente en una buena parte de su obra.
VÍDEO RELACIONADO: El río que se robaron (Trailer)
Fuente: http://canarias-semanal.org/
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