lunes, 8 de diciembre de 2014

LA BURGUESÍA RUSA DISPUESTA A SOMETERSE A WASHINGTON PARA SALVAR SUS GANANCIAS



Las contradicciones del emergente capitalismo ruso en su competencia con Occidente
Lunes, 8 de diciembre de 2014
      Por JULIO ANDRÉS CAPEY / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-    O Putin elimina al viejo sistema oligárquico o ese statu quo lo derrota. Esta es la conclusión que se extrae del detallado artículo “Vulnerabilidades de Rusia ante las sanciones de Estados Unidos, la Unión Europea y la rapiña militar de la OTAN”, del sociólogo estadounidense James Petras.
   El destacado profesor de la universidad de Binghamton, del estado de Nueva York, comienza su análisis refiriéndose al golpe de Estado patrocinado por Estados Unidos y la Unión Europea en Ucrania, a partir del cual se “ilustra la peligrosa vulnerabilidad en la que se puede encontrar la economía y la seguridad del Estado ruso frente a la agresión occidental”.
    Para Petras, el éxito de Putin para “poner fin a las formas más salvajes de saqueo de la economía y el restablecimiento de la soberanía de Rusia” fueron “distanciando a Rusia de las “políticas dominadoras y colonizadoras que Occidente le imponía”.
  El sociólogo norteamericano puso como ejemplo el cambio de los funcionarios corruptos o vendidos –a Occidente- y la eliminación de “todos los vicios y prácticas corruptas de la era Yeltsin”.
     “Este es el momento -asegura Petras- en el que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) lanzaron una estrategia política hostil hacia Rusia”.
 La guerra económica
     Petras señala que la injerencia occidental se ha desarrollado, en primer lugar, mediante “Organizaciones No Gubernamentales (ONGs)" rusas financiadas por fundaciones estadounidenses que actuaban en realidad de manera encubierta para la CIA y  lograron generar protestas callejeras masivas.
    Pero, según Petras, donde más se hizo sentir la presión estadounidense contra Rusia fue en el Cáucaso y en el Mar Negro, “cuando el régimen de Georgia bajo la órbita de Washington invadió por sorpresa a Osetia del Sur en 2008.  Un ataque nocturno que “mató a decenas de fuerzas de paz rusas y a cientos de civiles”.  Recuerda el profesor que dicho ataque fue repelido por una contraofensiva eficaz y aplastante por parte de Moscú.
 Entre 2013 y 2014 la ofensiva contra Rusia amplía sus acciones
   “Los Estados Unidos y la Unión Europea tomaron una importante decisión estratégica para debilitar la seguridad de Rusia y su soberanía económica: tomar el control de Ucrania, expulsar a Rusia de su base naval del Mar Negro en Crimea y convertir a Ucrania en un puesto de avanzada militar de la OTAN”- apuntó el sociólogo estadounidense.
    Fue en ese momento  -según el analista - “cuando Putin reconoció finalmente el grave peligro para la seguridad nacional de Rusia y cuando el gobierno ruso “respondió con la anexión de Crimea después de un referéndum popular y comenzó a ofrecer corredores y otras líneas de ayuda y de suministros para los federalistas asediados en el este de Ucrania que se oponen al régimen [neofascista] de Kiev”.
 Debilidades de Rusia para su soberanía
    “Los ataques occidentales contra Rusia - destaca Petras - empezaron de nuevo”. Esta vez la estrategia es la de aislar, cercar y eventualmente socavar cualquier posibilidad de un Estado independiente ruso [mediantes castigos económicos].
    “Entonces Occidente comenzó  aprovecharse de las vulnerabilidades de la economía rusa, vulnerabilidades que resultan del modelo de desarrollo económico de Putin, e impuso a Moscú una amplia lista de sanciones económicas destinadas a paralizar la economía de Rusia". 
   Petras concluye que las estrategias de Putin, que fueron la clave de su éxito en el pasado, son al mismo tiempo, su gran debilidad en el presente.
    En lo económico, señala, “la estrategia de expansión y de crecimiento económico de Putin estaba conectada exclusivamente hacia los mercados Occidentales. Es decir, la Unión Europea y Estados Unidos. No miraba hacia el este: Asia/China, ni tampoco miraba hacia el sur: América Latina, lo cual es una debilidad importante".
    Petras asegura, asimismo, que “frente a las sanciones occidentales, el punto más débil de Putin para poder dar una respuesta contundente curiosamente son los oligarcas-aliados”.
    Estos oligarcas-aliados estarían presionando a Putin para que “ceda y acepte lo que Washington está exigiendo […]”.
    “Están desesperados por proteger sus bienes en Londres y Nueva York.  En una palabra, están apurados y desesperados por que el presidente Putin llegue rápidamente a un acuerdo con la Junta [neofascista] de Kiev y abandone a los luchadores federalistas rusos-ucranianos que exigen libertad y democracia en el sureste y este de Ucrania” - reitera en su análisis el profesor Petras.
    El sociólogo opina, a este respecto, que “fue un éxito táctico de Putin en un principio el de aprovechar la «ayuda» de los oligarcas en su proyecto de crecimiento a través de la estabilidad pero, paradójicamente, esto se ha convertido hoy en una debilidad estratégica en la defensa del país contra las represalias económicas occidentales agobiantes”. 
   Al cúmulo de debilidades rusas el análisis del profesor Petras añade otras dos que, combinadas, conforman el principal riesgo para el futuro de Rusia.
   Primero: “La totalidad de la economía ya no está bajo un mayor control estatal”.
    Segundo: “La dependencia rusa de los altos precios de las exportaciones de materias primas y de productos energéticos hacia los mercados occidentales”.
    Este análisis serviría –más que a Rusia- también para los que creen, como lo creyó Moscú, que haciendo concesiones al Imperio tendría garantizada su lealtad.  Ya lo dijo el sexto presidente de EE.UU. John Quincy Adams “Estados Unidos no tiene amistades permanentes, sino intereses permanentes”.








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