La negativa a la "Gran
Coalición" del secretario general del PSOE lo obliga a agotar la
legislatura
Martes, 9 de diciembre de
2014
CORONEL AMADEO MARTÍNEZ INGLÉS /
CANARIAS-SEMANAL.ORG.- Los estrategas de medio pelo del actual presidente del
Gobierno, formados a la vera del antes todopoderoso y ahora cuestionado por
muchos de los suyos, Don Pedro "El Cruel" (sí, sí, el tal Arriola),
lo habían planificado con todo detalle. Tanto, que hasta habían puesto
sobre la mesa eventuales "daños colaterales" en forma de
inconvenientes reacciones viscerales de la plebe española (harta de
sacrificios, paro y recortes) y contemplado drásticas medidas correctoras a
cargo nada más y nada menos ¡ojo al dato, señores demócratas del 78!... que de Unidades
militares del Ejército español de guarnición en determinadas ciudades españolas,
que deberían intensificar su preparación en misiones totalmente atípicas para
las Fuerzas Armadas (aunque no infrecuentes en Ejércitos propios de
Regímenes dictatoriales) como son las de mantenimiento del orden público,
contraguerrilla urbana, acciones especiales antisubversivas y de control en
general del territorio urbano.
El plan, el previsto golpe de mano
electoral del señor Rajoy, que yo ya me permití esbozar para mis
lectores hace escasas semanas y que el pasado sábado 6 de diciembre,
aniversario de la Constitución, él mismo se permitió negar ante los
periodistas sin que nadie se lo hubiera pedido jurando y perjurando que quiere
agotar la presente legislatura y seguir masacrándonos a los españoles por lo
menos hasta diciembre del año que viene, nació ¡faltaría más! Con la
clasificación de "Secreto" en las catacumbas de La Moncloa (por
más que todos los habitantes de este arruinado y envilecido país, incluidos los
que los redactan, seamos conscientes del corto recorrido que los secretos
tienen por estos lares) y llevaba ya en esa fecha emblemática del aniversario
constitucional bastantes días asentado en las brillantes cabezas cuadradas de
los fontaneros monclovitas que asisten al incólume cacique gallego que todavía
ejerce de presidente del Gobierno español, habiendo sido incluso trasladado,
por lo menos en parte, al papel (no necesariamente cuché, ya me entienden) con
lo que, dadas las pedestres normas carpetovetónicas que todavía se usan en las
relaciones interministeriales españolas en materia de "Inseguridad
nacional", no habría encontrado mayor problema en dejarse ver, por lo
menos en alguno de sus escasos folios, en determinados escalones intermedios de
la Administración (militar, por supuesto) desprovisto de las más elementales
medidas de encriptación y seguridad.
Bueno, pues en esencia (ya saben
bastantes de mis lectores de qué va la cosa) el susodicho plan, el "golpe
electoral" de los señores Rajoy/Arriola y sus mariachis (no se
crean, apenas una escueta directiva de planeamiento de andar por casa
confeccionada por personal manifiestamente mejorable en tareas de planificación
operativa) consistía, al estilo de la sorprendente maniobra que meses atrás con
Rajoy y Rubalcaba a la cabeza y en cuestión de horas cambió la
titularidad en la Jefatura del Estado dejando en la inopia a la totalidad del
pueblo español y salvando de la quema total a una monarquía corrupta y
desprestigiada… en disolver por sorpresa las Cortes Generales para ir con ello
a unas elecciones generales anticipadas (Febrero parecía el mes preferido) con
el fin de conseguir (o, por lo menos, de intentarlo) que el PP, sacudiéndose su
desesperado estatus político y social actual, pudiera mantenerse en el poder
otra legislatura más, aunque fuera en minoría y echando mano, de ser necesario,
de un eventual Gobierno de concentración, "salvación nacional" o
"salvación del Régimen". Se trataba pues a todas luces
(y así caló en determinados sectores que tuvieron constancia de semejante
proyecto) de una huída hacia delante del presidente Rajoy y los suyos (aunque
todos conocemos el talante inamovible y pétreo del Registrador gallego)
lanzando un verdadero órdago a la sociedad española en general y a
"Podemos" en particular, escenificando un verdadero golpe de mano
electoral e, incluso, un arriesgado "ataque político preventivo" que,
de contar con los apoyos necesarios, podía cambiar de raíz el actual escenario
político y, lo que sin duda era más importante para sus promotores, el que se
puede crear el próximo mes de mayo de 2015.
Ahora bien, este arriesgado
plan de salvación del PP y del Régimen que en este momento representa este
partido de la derecha extrema española, presentaba, como todo en la vida, su
talón de Aquiles, su flanco más débil, su hipótesis más peligrosa, su todo o
nada… en este caso personificado por un joven político que ha llegado con
fuerza inusitada a la cancha representativa nacional y que, entre ocurrencia y
ocurrencia y, eso sí, apareciendo en las teles, en las radios, en las fotos y
en los videos, casi, casi, con tanta profusión como el "pequeño
Nicolás", lidera a día de hoy y con autoridad indiscutible el nuevo
Partido Socialista salido de las garras de personajes de triste recuerdo como Felipe
González, Zapatero y el ya mencionado Rubalcaba. Me estoy
refiriendo, obviamente, a Pedro Sánchez quien, al contrario de lo que le
hubieran dicho a Rajoy estos acomodaticios socialistas de la transición, el
pasteleo, la cohabitación y el posibilismo, le ha escupido en la cara al
cacique gallego que todavía nos gobierna (es un decir) un triple y bíblico
"NO, NO y NO" ante sus pretensiones de que el PSOE se comprometiera a
formalizar con su partido (el de Bárcenas, la Gürtel, la Púnica, los sobres,
los sobresueldos y la Caja "B") una futura "gran coalición"
materializada en un Gobierno de concentración o "salvación del Régimen del
78" tras una urgente e hipotética llamada a las urnas al pueblo español
antes de que sea demasiado tarde.
Lógicamente, dadas las
especiales circunstancias del partido en el Gobierno, las debilidades de todo
tipo que arrastra desde hace ya años y el nivel de corrupción que gestiona en
estos momentos, Sánchez no podía aceptar el abrazo que el "oso
Rajoy" pretendía endiñarle con intenciones aviesas. Hubiera sido
una torpeza, una ingenuidad y una soberana debilidad que el pueblo español
hubiera utilizado para castigarle de inmediato a él y a su partido, quizá ya
para siempre. Y, por supuesto, no la ha cometido, dejando al presidente
Rajoy con el culo político al aire por más que éste, cabezón como nadie,
intente (que lo intentará) taparse echando mano de nuevo de su aburrido cuento
de la lechera de una economía líder en Europa y de un poder en el Parlamento al
que le quedan como mucho (condenado ahora como está a seguir solo hasta
diciembre del año que viene aunque tampoco puede descartarse totalmente en
estos momentos que incumpla de nuevo su palabra y disuelva las Cortes a las
primeras de cambio si la cosa la ve excesivamente fea en los próximos meses)
doce meses de "ancha es Castilla".
Pues en esas estamos, amigos
y compañeros de fatigas, el gran Rajoy, el supercacique de la política
española, el teórico representante del pueblo español que usa su mayoría en el
Parlamento como un arma de destrucción masiva contra ese mismo pueblo que lo ha
elegido (bueno a él solo lo ha elegido el "león de Bagdad" o sea Aznar
y sus compinches de partido) se ha visto obligado, ante el brutal desplante del
líder del PSOE, a hacer de la necesidad virtud saliendo ante la prensa, esta
vez sin plasma pero con la misma caradura de siempre, a decir que él sigue, que
está muy fuerte y con ganas de seguir luchando dentro de un año contra
"Podemos" o contra el mismísimo Lucifer vestido de yihadista.
El próximo año, seguro, nos vamos a divertir mucho todos los españoles.
Bueno, los que sobrevivan, los que puedan seguir comiendo y los que no se hayan
ido a Alemania dando un corte de manga a los que no tenemos más cojones que quedarnos
en esta basura de país…
Fdo: Amadeo Martínez Inglés Coronel.
Historiador. Escritor.
Fuente:http://canarias-semanal.org/
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