El ginecólogo deberá responder el 16 de
diciembre ante los juzgados de Plaza Castilla por la presunta muerte de Beatriz
Soriano, uno de los cinco bebés que en apenas 24 horas falleció por culpa de
una supuesta otitis en enero de 1964 en la maternidad de O'Donell
(Madrid).
ALEJANDRO TORRÚS Madrid 09/12/2014 00:00 Actualizado:
09/12/2014 13:06
Imagen del libro de defunciones de la maternidad de O'Donell.Plataforma
de afectados por el robo de niños en clínicas
Hasta cinco bebés nacidos en enero de 1964 en la maternidad
de 0'Donell (Madrid) murieron en tan sólo 24 horas por idéntico motivo: una
extraña otitis asesina. Sin embargo, este no fue el único brote que acabó
con un buen número de neonatos. Aquel maldito mes de enero de 1964 murieron
hasta 37 niños en tan sólo 22 días en la misma maternidad. Y otros 34 niños
fallecieron en noviembre de 1973. El doctor que firmó la defunción de los cinco
bebés por otitis fue el ginecólogo Ignacio Villa Elizaga, padre del
periodista Nacho Villa, quien el 16 de diciembre tendrá que acudir a los
juzgados de Plaza Castilla como imputado por el presunto robo de Beatriz
Soriano, una de los cinco bebés que nació y, presuntamente, murió en los
primeros días de 1964.
El caso de Beatriz Soriano está siendo investigado en el
juzgado de primera instancia número 46 de Plaza Castilla desde el año 2004,
fecha en la que la hermana de la presuntamente fallecida, o robada, presentó la
denuncia. El miércoles, por fin, era el momento señalado para que Villa
declarara ante la Justicia pero, finalmente, el juicio se ha pospuesto hasta el
16 de diciembre debido a que los juzgados no han podido notificar la citación
judicial a tiempo.
Un día después de su nacimiento un doctor espetó a la madre:
"Tenemos que llevarnos a su hija"
El caso de Beatriz Soriano es similar a las miles de
denuncias de bebés robados que se han expuesto en España. Beatriz nació el 3
de enero de 1964 en un parto que no tuvo complicación alguna. Era una niña
sana, bien de peso y que "se enganchó a la teta de su madre sin
dificultad". Con la noticia del nacimiento de la pequeña, varios
familiares se acercaron al hospital madrileño. Nadie detectó nada. La niña,
dicen, estaba perfectamente.
Al segundo día, sin embargo, un médico del hospital y una
enfermera entraron a la habitación donde descansaba la madre de la niña. "Nos
tenemos que llevar a la niña", le espetaron, según narra a Público
Mar Soriano, hermana de la presunta fallecida. "Le explicaron que se la
llevaban porque al ser madre primeriza, la niña estaría mejor en la incubadora
y así ella podría descansar", afirma Soriano. Beatriz siguió en la
incubadora, o eso le decían a sus padres, los próximos días. Cuando el padre se
acercaba, las enfermeras le señalaban una de las muchas cunas nido. Sin
embargo, los padres de Beatriz no la volvieron a ver nunca más.
Así continuó la historia hasta el día 17 de ese mes de
enero. El padre se acercó al hospital como cada día y una enfermera le replicó:
"¿Usted qué hace aquí? Su hija ha muerto y ya está enterrada", relata
la denunciante Mar Soriano a este medio. "Mi padre contestó preguntando
las causas de la muerte y replicando al hospital que quién les había dado
permiso para enterrar a la pequeña sin el consentimiento y la presencia
de los padres. Y en ese momento comenzaron a marearlos, llevándolos de un sitio
para otro", asegura Mar Soriano.
Mala sangre
Los supuestos restos de la niña fueron exhumados en 1975 sin
avisar a la familia
Y aquí comenzó el baile de fechas. El 17 de enero le dicen
al padre que la niña está muerta y enterrada. Pero el certificado de defunción
no aparece firmado hasta el día 20 de ese mismo mes especificando que la niña
había muerto por una otitis. Dos días antes, un doctor del hospital había
informado a los padres de que la causa de la muerte era "que la madre le
había dado mala sangre". "Hoy día suena ridículo, ¿no? Pues eso le
dijeron a mis padres", denuncia Soriano, que continúa la lucha de su familia
por recuperar a la pequeña, que en caso de estar viva, cumplirá 51 años este
mes de enero. "Para colmo dicen que exhumaron sus restos en el 75 y
no avisaron a nadie", sentencia Soriano.
"Culpa de la ultraizquierda"
El doctor Villa-Elizaga ya declaró en calidad de testigo en
un juicio por el caso de los bebés robados. Fue en septiembre de 2012 y en
aquella ocasión, tras abandonar por su propio pie los juzgados de Plaza
Castilla y ser increpado e insultado por las denunciantes, Villa-Elizaga espetó
a una víctima: "Cállese o le doy una torta", según recoge el
diario El País.
No obstante, antes de esta fecha, cuando comenzaron a
aflorar las denuncias por bebés robados en España durante el franquismo, el
doctor Villa-Elizaga había desmentido en declaraciones a Elplural.com
toda vinculación con el robo de bebés denunciando que todo se trataba de un
montaje de la ultraizquierda. "Ni he participado en robos de niños en el
franquismo", afirmó entonces el doctor, que señaló que lo de los niños
robados "es una tontería, una farsa, un nuevo follón que está impulsando
Zapatero y Garzón". De hecho, el doctor consideró entonces que se trata de
"una falsedad de juzgado de guardia" impulsado por Público y
periodistas de "ultraizquierda" como Enric Sopena.
Fuente: www.publico.es
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