Exigen el cumplimiento de las demandas del
pueblo. En caso contrario anuncian la creación de una hoja de ruta con medidas
para garantizar su aplicación, aunque niegan que se trate de un golpe militar
PÚBLICO /
AGENCIAS El Cairo 01/07/2013 16:59 Actualizado: 01/07/2013 22:52
La plaza Tahrir de El Cairo vuelve a estar abarrotada
de manifestantes que piden la dimisión de Mohamed Mursi.- REUTERS
Las Fuerzas
Armadas de Egipto han lanzado un ultimátum de 48 horas a las fuerzas políticas
ante las masivas protestas contra Mohamed Mursi, las más
multitudinarias desde la revolución popular que acabó con Hosni Mubarak.
Tras el anuncio, el mandatario se ha reunido con el jefe castrense y ministro
de Defensa, Abdel Fatah el Sisi, y el primer ministro Hisham Qandil.
Como ya
ocurriera en 2011, el Ejército ha amenazado con intervenir en la crisis
política, aunque también ha negado que se trate de un "golpe
militar". En este caso, exige al presidente egipcio, en el cargo desde
hace un año, que asuma su responsabilidad, cumpla las demandas que exige el
pueblo y llegue a un acuerdo con el resto de formaciones políticas para acabar
con la violencia que asola el país y que ya se ha cobrado 20 vidas. En un
comunicado difundido por la televisión estatal, el Ejército señaló que en caso
contrario anunciará una hoja de ruta para el futuro y supervisará su
aplicación "si no se realizan las reivindicaciones del pueblo en ese
plazo". Además, advirtió de que "la pérdida de más tiempo solo
conseguirá más división y conflicto".
El Ejército
egipcio advierte de que "la pérdida de más tiempo sólo conseguirá más
división y conflicto"
Abdel Fatah
el Sisi destacó que los ciudadanos han expresado su voluntad de una forma sin
precedentes y, como tal, "las Fuerzas Armadas dan 48 horas como la última
oportunidad para que las fuerzas políticas asuman su responsabilidad en este
momento histórico que atraviesa la patria, que no va a perdonar a ninguna
fuerza que deje de asumir su responsabilidad", señala el
comunicado.
En el caso
de que eso no ocurra, el Ejército consideró que se va a ver en la
"obligación nacional e histórica de respetar las reivindicaciones del
pueblo" y anunciar la hoja de ruta y encargarse de aplicarla. En ese
sentido, El Sisi reiteró su llamamiento del pasado día 23 cuando instó a todas
las fuerzas políticas a que llegaran a un consenso para salir de la crisis. Sin
embargo, lamentó que en una semana no haya habido "ninguna iniciativa o
acto", lo que -a su juicio- ha motivado la salida a las calles de los
ciudadanos "con determinación, insistencia y libertad, de manera
admirable".
Las Fuerzas
Armadas justificaron su postura en la necesidad de proteger la patria, ya que
"la seguridad nacional del Estado está muy amenazada ante los
acontecimientos que vive el país". También destacaron que las protestas
que comenzaron contra Mursi fueron "manifestaciones del pueblo que expresó
su opinión y su voluntad de una forma pacífica y civilizada sin
precedentes".
"Es
obligatorio que el pueblo reciba una respuesta a su llamamiento y que cada
parte asuma su responsabilidad"
"Es
obligatorio que el pueblo egipcio reciba una respuesta a su llamamiento y que
cada parte asuma su responsabilidad en estas circunstancias peligrosas que
rodean a la patria", agrega la nota. No obstante, el Ejército puntualiza
que "no va a ser parte del juego político ni del gobierno, y no
aceptará salir de su papel estipulado en el sistema democrático auténtico, que
deriva de la voluntad del pueblo".
Más tarde,
en un comunicado difundido en la página de Facebook del portavoz
castrense, Ahmed Mohamed Ali, el mando supremo del Ejército señala que
"la doctrina y la cultura de las Fuerzas Armadas no permiten la política
de 'golpes militares'", y reitera que los militares "no serán parte
del juego político ni del gobierno".
"La
doctrina y la cultura de las Fuerzas Armadas no permiten la política de 'golpes
militares'", asegura el Ejército
El
movimiento Tamarrud (Rebelión), organizador de las movilizaciones contra Mursi,
ha acogido con agrado el ultimátum castrense y ha instado a los ciudadanos a
seguir manifestándose hasta que el mandatario dimita. Tamarrud, que asegura
haber recogido 22 millones de firmas para pedir la renuncia del
presidente, ha lanzado su propio ultimátum a Mursi para que presente su
dimisión y convoque nuevas elecciones con la amenaza de comenzar una campaña de
desobediencia civil.
El
comunicado del jefe del Ejército ha sido difundido apenas horas después de que
los ministros de Turismo, Asuntos Parlamentarios, Telecomunicaciones, Medio
Ambiente y Recursos Hídricos presentaran su dimisión porque Mursi "no ha
respondido a las demandas del pueblo que ha salido a la calle en las protestas
del 30 de junio". Asimismo, el exjefe del Estado Mayor Sami Anan, antiguo
"número dos" de la Junta Militar que gobernó Egipto tras la caída de
Mubarak, ha dimitido como consejero de Mursi ante "las
circunstancias que atraviesa el país". Además, el gobernador de la
provincia de Ismailiya, Hasan Rifai, también ha presentado su renuncia para
"preservar el interés público".
Las
manifestaciones continúan este lunes y la plaza Tahrir vuelve a estar
abarrotada
Las
manifestaciones han continuado este lunes y Tahrir ha vuelto a abarrotarse. Una
ola de euforia desbordó la plaza, donde los manifestantes acogieron con los
brazos abiertos el ultimátum del Ejército. Familias enteras volvieron a
marchar hacia el epicentro de la revolución contra Mubarak, donde el
ambiente seguía siendo pacífico y festivo como la víspera.
Ante la
posibilidad de que la escena política egipcia pueda dar un giro copernicano en
cuestión de días, los opositores quisieron mantener la presión en las calles
contra Mursi, a quien acusan de monopolizar el poder en favor de los Hermanos
Musulmanes y de no solucionar los graves problemas económicos del país.
Las tarjetas
rojas con la palabra "Erhal" (Vete, en árabe) volvieron a inundar la
plaza Tahrir y otros puntos de la capital egipcia. Hace un año, la plaza era
escenario de la celebración por el triunfo de Mursi en las primeras elecciones
democráticas tras la caída de Mubarak. Ahora, sumidos en el descontento, los
manifestantes han vuelto su mirada al Ejército como garante de la
estabilidad en un país que sigue sin encontrar la fórmula de una democracia que
satisfaga a todos.
Fuente: www.publico.es
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